Capítulo 3: A lo lejos

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CAPÍTULO 3:

Regresé al final donde seguían todos reunidos, pero mi cuerpo y mi mente no tenían demasiadas ganas de fiesta, no como el ambiente de la sala. Paula bailaba en lo alto de una mesa mientras que los otros hacían de coro o yo que sé. Lo que había paso antes me había pillado demasiado. Había sido un poco volver al pasado y la verdad es que no me había gustado ese sentimiento:

-¿Estás bien?- preguntó de repente Paula al verme tan callada- Estás alejada de todo y creía que esto era lo tuyo.

-Sí-mentí- Solo cansada de toda la aventura de hoy- respondí- ¿Y que te hace pensar que yo solo quiero esto?- la verdad es que antes era así, pero después de lo que había pasado, todo mi yo cambió.

-¿Quieres que te lleve a casa?- me giré y observé la escena.

Todos habían bebido y lo único que quedaban allí era una panda de borrachos y yo, que no estaba demasiado para aventuras. Asentí, cuando más antes me fuera, mejor sería. Allí lo que haría sería comerme más el coco, pero aun así, había un lugar donde quería ir; necesitaba ir. Asique, sin decir nada, nos levantamos y nos marchamos Paula y yo. Si nos íbamos a ir, al menos que no nos dejaran la cuenta a nosotros. Me habían invitado además. Que pagaran ellos.

-¿Dónde vives?- preguntó Paula una vez estuvimos ya lejos de todo aquello.

-¿Ya quieres saber donde vivo?- no pude evitar burlarme de ella una vez más- Ni si quiera hemos tenido nuestra primera cita para que me preguntes mi dirección.

-Cansada, pero con tonterías para rato, ¿no?- se burló. Solo asentí- Dime la dirección de una vez...- la miré y sonreí.

Necesitaba la moto primero, pero si me quería llevar ella, ¿por qué no? Sería más fácil.

-Sant Street.

-¿Ves como no ha sido tan difícil?- preguntó esta burlándose.

-No, pero que sepas que quiero mi cita- observé como se sonrojaba un poco.- Que no se te olvide.

-Sí, claro- me miró- en tus sueños- una pequeña sonrisa se dibujo en mis labios.

-Eso ya veremos- si quería apostar que no conseguiría una cita, ya lo veríamos.

Paula me gustaba, era diferente a las demás chicas, no era como las demás. Su actitud era de chica guerrera. Un poco la Amelia antigua. Era como una doble mía, solo que yo estaba más buena que ella, claro. Tenía que ver aquella chica alguna vez más, sentía que debía. Quizás la vida, me regalaba una segunda oportunidad.

-Bueno, princesita, hemos llegado- respondió esta parando en frente de la casa- Son cincuenta por el servicio taxi a domicilio.

-Oh, valla, que pena que no tenga cambio- me burlé haciendo la que buscaba dinero- ya te lo pagaré otro día- reí saliendo de aquel coche.

Aunque claro, aun quedaba más. Me di la vuelta al coche y toqué su ventanilla indicando que la bajara y, por primera vez, lo hizo sin rechistar.

-¿Y ahora que?- rio esta.

-¿Puedo tener su número de teléfono o eso sería mucho pedir?- me miró- Oh, vamos, solo eso- le rogué- ¿por favor?- no respondió, solo volvió a su asiento y encendió su motor de nuevo.

-¿Por qué no hacemos una cosa?

-¿Qué?

-A medida que me valla alejando, vas mirando mi matricula- asentí- mi matrícula te llevará a mi calle y la calle... a mi número. ¿Qué te parece el trato?

-Está bien- me preparé para correr cuando esta apretó el acelerador sin darme tiempo a reaccionar- ¡Hey! ¡No corras!- empecé a correr tras el coche- ¡No corras!- cinco, seis...- ¡Cinco, seis, uno, dos, b, g,f!- lo tenía casi por poco cuando mis pies no dieron más y paré.

Tengo ganas de ti - Luimelia //Segunda parte A3MSC// COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora