•Secrets Of A Time Traveler• Jeongcheol

Parte 20

YJH:

Las ojeras en los ojos de Seungcheol solo me preocupan más y más. Luego de avisar en nuestros trabajos que no podríamos ir en la semana, comprendieron la situación, al ser un pueblo pequeño son gente realmente amable. 

Seungcheol durmió un par de horas, que no fueron más que cinco, y ahora, camino a ver al abogado de su padre, se ve realmente herido y no me suelta la mano, aunque me pidió no volver a usar mis poderes para que no pase lo mismo de ayer. 

Cuando bajamos del auto que Yuto nos prestó, Seungcheol se quedó mirando el gran edificio, había un rastro de enojo en sus ojos y yo podía notarlo, y no podía culparlo. Porque estoy seguro que jamás podría sentir la frustración, y la tristeza que Seunghceol siente ahora mismo, sino fuera por mis poderes.

Resulta ser que el abogado nos esperaba, así que entramos apenas llegamos al lugar, tan perfectamente ordenado y limpio que no quería tocar nada innecesario. El abogado en cuestión, tenía el rostro menos serio de lo que pensé, pero era más viejo de lo que pensé. Amablemente nos ofreció un café, pero ambos lo rechazamos.

-¿Qué... - la voz de Seungcheol tembló un poco, por lo que aclaró su garganta y volvió a comenzar - ¿Qué cosas dejó mi padre para mi exactamente?.

-Bueno, supongo que lo más grande que dejó para ti fue la casa - Cheol y yo abrimos los ojos sorprendidos - Esta a tu nombre desde que naciste, sería tuya al morir tus padres. Te dejó cosas en ella, algunos muebles - el hombre revisaba una lista mientras hablaba - Algunas pertenencias de tu madre, todas las cosas que dejaste al irte, además de unas cosas que dejó aquí: dos cartas, una de él... - suspiro antes de hablar - Y una que escribió tu madre antes de morir. La única condición que dejo para tener todo eso... - le dio una mirada de tristeza que me hizo apretar fuerte su mano mientras él sacaba un papel de una carpeta - Debes firmar este documento donde te comprometes a no buscarlo ni contactarlo de ninguna forma a cambio de recibir lo que sería tu herencia. 

-Con que va a ser un hijo de puta hasta el final - susurra mirando el papel en la mesa, como si odiara realmente mucho a la persona que lo redacto - ¿Qué pasa si no lo firmo? ¿No puedo demandarlo o algo?

-En caso de que se niegue a esto, se le entregaran las cosas que su madre dejó específicamente para usted pero no la casa, ni ninguna de las cosas dentro de ella - Seungcheol comienza a lanzar una risa amarga que llena toda la habitación. 

-Supongo que lo firmaré, así por lo menos tendré mis cosas de vuelta - dice aún con la sonrisa llena de tristeza en su cara. 

-Si me permite decirlo, conocí a su madre mucho tiempo, y sé que ella y su padre se arrepintieron - dice el hombre pasándole el papel a Cheol - Sólo no supieron como arreglarlo, ni donde buscarlo. 

-Si me permite decirlo también - comienza Choi firmando rápidamente - Ellos ni siquiera lo intentaron. 

Una hora después logramos salir de ahí, Seungcheol ya no se ve triste, pero aprieta las llaves fuertemente en su mano derecha, y trata de no arrugar las cartas en su mano izquierda. 

Conduzco hasta su casa por petición suya, y al llegar sus ojos lagrimean antes de abrir la puerta. El polvo muestra que lleva varios meses vacía, y no puedo evitar preguntarme cuando murió su madre. Seungcheol mira toda la casa con dolor, fotos donde él no aparecía estan repartidas por la casa, y me pregunto si es buena idea que vea todo esto.

Caminando hasta el sofá, sin detenerse, al sentarse se seca las lágrimas y tira las llaves contra la pared, estas rebotan y caen a unos centimetros de mis pies. Las recojo y dejo en mi bolsillo. Caminando hasta Cheol y abrazándolo, dejando que me abrace y me apriete, mientras llora botando todo su dolor, sin soltar las cartas en su mano. Nos quedamos ahí yo a horcadas de Cheol mientras él se aferra a mi como si fuera lo único que lo mantiene a flote. Y yo lo dejo llorar, por lo menos hasta que decido que ya es hora de comer algo, donde uso poco a poco mis poderes para calmarlo. Extraño esa pequeña época de nuestra vida donde sólo usaba mis poderes para ayudar niños o para sexo. Ahora esos días parecían lejanos. Muy lejanos con un Seungcheol tan roto frente a mi.