OVA 2 < Parte 10 >

170 18 1
                                    


-¡Aaah, cómo detesto el tráfico! –tocó bocina exasperada- Así estaré llegando tarde y no podré darles un paseo en auto... -dejó caer la cabeza sobre el volante- Debe haber un desfile o algo que hay tanta gente un sábado...

-No te preocupes, tía, con que nos dejes cerca estará bien, habrá tiempo para un paseo más tarde, me sentiría mal si por nuestra culpa llegas tarde al trabajo...

Rin en el asiento de atrás no las escuchaba, estaba leyendo los mensajes que Len le había mandado y sentía un nudo en la garganta. ¿Estaba exagerando? ¿Se estaba comportando de manera cruel con él? Después de todo lo que había pasado era ella la más insegura de ambos, pero no podía soportar la comparación con otras mujeres. Hoy era su prima la que la opacaba y le robaba la atención de su hermano, mañana podría ser cualquier otra como en el pasado lo había sido Miku. Él le decía que era su princesa pero ya había escuchado los rumores de que su hermano había sido un mujeriego luego de haber terminado con Miku ¿Si sólo era uno más de las mujeres en su lista? ¿Si luego presumía con sus amigos "yo he podido seducir hasta a mi propia hermana y a la sensual de mi prima, nadie me niega nada"? Apretó los dientes molesta.

Lo peor era saber o creer saber que su hermano no era esa clase de personas. Pero lo había sido a sus espaldas, no le había mostrado jamás esa parte de él, pero lo había sido. ¿Por qué desconfiaba ahora de él si lo había visto llorar por ella? ¿Realmente creía que era todo un engaño? En el fondo sabía que no. El problema era que no podría vivir toda su vida comparándose con cada mujer más bella y segura, cualquiera que tuviera más derechos que ella misma de estar con su hermano.

Entonces ¿Estaba enojada con su hermano o con su propia debilidad? No podía mirarlo a los ojos pensando que quizás él deseara a una mujer mejor que ella, a alguien como Lily. El problema no era que él le mintiera, el problema era que Len no sabía que quería a alguien mejor y algo lo cegaba por ella, quizás su cariño sobreprotector de hermano. Pero cuando apareciera esa persona mejor se acabaría todo para ellos y ella tendría que dejarlo ir porque lo amaba.

Decidió que no estaba de humor para salir con su madre y su prima. Buscó a Miku en su lista de contactos.

"Necesito un rescate urgente" envió suspirando, tenía ganas de llorar pero se estaba aguantando.

"¿Dónde estás? Si no me das pistas no puedo ir a buscarte en mi brioso corcel, ¿te encuentras en la torre del castillo?" recibió como respuesta automáticamente. Puso los ojos en blanco y miró por la ventana dándose cuenta en ese momento que no habían avanzado demasiado en los últimos minutos.

"Atascada en el tráfico. En XX y ZZ, en el auto con Lily también. Me arrastran al centro"

"Perfecto" le llegó dos segundos después. Le extrañó un poco que no le preguntara dónde podían encontrarse ni nada.

-¿Rin, esa no es Miku? –inquirió su madre señalándole la calle.

-¡¿Hatsune Miku?! ¿Es ella? ¡No la veo hace mil años y ahora es famosa! –saltó su prima bajando la ventanilla del auto. La menor en la parte de atrás levantó la vista asombrada.

En la esquina se encontraba efectivamente su amiga, estaba vestida de manera casual, se había trenzado el pelo para que no cayera en su espalda y se reconociera tan fácilmente, llevaba anteojos de sol y un sombrero más bien sospechoso. Los saludaba con la mano habiendo reconocido el auto. Atrás de ella había un guardaespaldas pelado y con cara seria.

Su prima básicamente salía por la ventana del auto, tenía medio cuerpo afuera y respondía el saludo con la mano.

-¡Cuánto tiempo sin vernos, Mi...! –Al instante reconoció las señas para que guardara silencio, medio desesperadas de la chica. Le dijo algo a su guardaespaldas que asintió y se acercó trotando al auto. Meiko paró el motor del auto para que ella subiera, a pesar de que igualmente estaban detenidos.

Miku se sentó en la parte de atrás con Rin. Se quitó los anteojos y le guiñó un ojo a Lily de forma confidencial.

-¡Tanto tiempo, Lily! Estoy aquí de incógnito y hay mucha gente, no quiero llamar la atención más de la cuenta, ayúdenme a seguir invisible por favor –sonrió e hizo una pequeña reverencia a modo de disculpas por pedirles ese favor- ¡Gracias por recogerme, Meiko-sensei!

-Siempre es un placer –le guiñó un ojo desde el espejo retrovisor y volvió a encender el auto avanzando sólo media cuadra-. Lamento no poder llevarte a ningún lado con este tráfico horrible...

-Eso no es ningún problema, justamente estaba caminando hacia el centro comercial, quería comprar algo de ropa y no estamos muy lejos... Han cortado algunas calles por el desfile, por eso Frank pensó que no valía la pena salir en auto...

-¿Cuántas cuadras de tráfico hay así? –dijo resignada.

-Como unas cinco más, pero una vez que las pase estará liberada la carretera –le sonrió conciliadora-Pero, Rin... -se dirigió a ella poniéndole una mano en el hombro- ¿No quieres acompañarme a comprar algo de ropa? Me serías de gran ayuda, Frank no sabe nada de moda...

-¡Por supuesto! –sonrió contenta de verse liberada y tomó su cartera del asiento- Lamento no poder acompañarlas en su paseo, nos ve...

-¡Rin!-la reprendió su madre- ¿Cómo puedes ser tan poco considerada? –se giró en el asiento para mirar a Miku algo apenada- Disculpa, Miku, ¿podría acompañarlas también Lily? Ahora mismo estoy yendo al trabajo y no me gustaría saber que está sola por la ciudad, me gustaría que pudiese pasear un poco.

La aludida miró a su amiga y suspiró, le sonrió a la conductora y se puso los aneteojos de sol nuevamente.

-¡Claro que sí! Discúlpame, Lily si soné descortés, estaba dando por hecho que vendrías con nosotras –abrió la puerta del auto a pesar de que no estaba detenido y Meiko tuvo que pisar los frenos de golpe- Nos vemos luego, suerte en el trabajo, sensei –se bajó y esperó a que su amiga que la observaba molesta bajara.

Lily salió de un salto y tomó por el brazo a Miku y a su prima.

-Diviértanse, chicas –les tocó bocina Meiko antes de volver a avanzar con el auto.

-¡Qué increíble que nos hayamos encontrado! Cuando nos conocimos recuerdo que contaste que querías ser una estrella que cante ante miles de personas ¡Mírate ahora! Te envidio un poco –le sonrió alegre-. Bueno, ¡Hay tanto que me gustaría preguntarte!

Rin puso los ojos en blanco. Le había robado a su hermano y ahora a su mejor amiga. Genial.

AdolescenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora