OVA 1 < Parte 2 >

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-¡Atchús! –estornudó saliendo del baño envuelto en una toalla-. Mierda... -masculló entrando a su habitación.

Su hermana estaba acostada en la cama y se incorporó cuando él entró.

-¿Estás mejor? –se acercó con el ceño fruncido- ¿Por qué no te secaste el pelo? Vas a enfermarte de verdad –tocó su cabello mojado- ¿En qué estás pensando? –él la miró tiernamente- ¿Me estás escuchando?

-Eres muy linda cuando te preocupas así –sonrió y luego estornudó-. Lo siento.

-¡Sécate y abrígate! Iré a prepararte un té –dijo molesta y salió de su habitación.

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-¡Tienes fiebre! –dijo preocupada, estaba sentada en la cama a su lado con el termómetro en la mano, él estaba acostado mirándola con ojos cansados- Realmente tomaste frío esta mañana –acarició su frente con ternura-, lo siento, es por mi culpa, me diste tu campera y...

-Shh –apoyó un dedo en sus labios y le sonrió-. No te culpes por un resfrío, Rin... Si duermo será suficiente... -apoyó la cabeza en la almohada y su hermana tomó su mano, se había quedado dormido sin más.

Rin suspiró y lo contempló con cariño.

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La alarma de su celular estaba sonando, quiso extender el brazo para apagarla pero no pudo, algo estaba encima suyo. Abrió los ojos sin entender del todo la situación.

Estaba sin su remera y su hermana vestida con el uniforme recostada sobre su pecho dormía abrazándolo. Se incorporó sorprendido y notó que la cabeza le daba vueltas. Ella abrió pesadamente los ojos y lo miró somnolienta.

-Rin, estoy... yo... -ella lo miró y se sentó lentamente en la cama refregándose los ojos buscó el celular y apagó la alarma mientras su hermano se cubría con la colcha todavía sin comprender.

-¿Te sientes mejor? Lo siento me quedé dormida aquí mientras te cuidaba –bostezó, se la notaba cansada.

-¿Qué? –recordó que él día anterior tenía fiebre- Estoy bien, mejo... Espera ¿te quedaste toda la noche cuidándome? –ella bostezó.

-No, al parecer me dormí pero estabas sudando mucho y si dejaba que te enfriaras no te recuperarías –sonrió- ¡pero estás mejor! –Se apoyó en su hombro- Me asustaste cuando te dormiste tan de repente...

Él acarició su cabello y suspiró. Se levantó de la cama dejándola a ella recostada.

-Haré el desayuno, mientras, duerme un poco, te despertaré para ir al colegio... -ella asintió y cerró los ojos exhausta.

Len salió de la habitación sonriendo luego de tomar su uniforme del placard.

-¿Ya estás mejor? –Meiko tomó una de las tostadas que su hijo estaba preparando y se la llevó rápidamente a la boca mientras se servía café- Rhin esh unaah shantaah –dijo con la tostada en la boca y las manos ocupadas en el café.

-Sí –sonrió-, pero ahora está muy cansada por haberse quedado toda la noche cuidándome –suspiró.

-Te diría que no vayan al colegio pero –tomó aire molesta-, después de lo que me dijo su profesora de matemáticas deben comportarse como los mejores alumnos del instituto esta semana ¿oíste? No quiero más problemas –suspiró.

-Entiendo, lo siento –llevó las tostadas y el café a la mesa.

-Salgo para allá...

-¿No es muy temprano? –inquirió mirando el reloj de la cocina.

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