OVA 2 < Parte 11 >

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La casa había quedado totalmente silenciosa, había puesto música al volumen más alto que le permitía su reproductor.

Estar en cama ya lo había hartado, estaba en cama en el hospital y en cama ahora también. Se había cambiado las vendas y la cicatriz había mejorado pero todavía le dolía cada vez que movía la zona, lo problemático era que hasta cuando respiraba se estiraba la piel, por eso tardaba en sanarse. Recordó las palabras de su prima sobre que si estiraba de más la piel le quedaría una cicatriz horrible; para él no suponía ningún problema pero pensar en lo sensible que era Rin ante esas pequeñas cosas lo preocupaba, no quería que ella sintiese repulsión al verlo. Cuando llegasen a... cuando llegasen más lejos podría impresionarse por las marcas y él no quería eso. Aunque como venían las cosas parecía que ese momento no sucedería, pero sus pensamientos lo hicieron sonrojarse.

Lo volvía loco, imaginarse solamente la respiración de ambos agitada, verla a los ojos. Ella era muy sensible así que tendría que tratarla con cuidado para no lastimarla, para que se sintiera cómoda. Comenzó a subirle la temperatura.

¿Cómo podía estar pensando en algo así en ese momento? Era un imbécil y un pervertido. Rin lo odiaba como nunca y él estaba pensando en aquello ¿Qué estaba mal con él? Maldijo para sus adentros no poder subir más el volumen, necesitaba callar sus pensamientos. En otras condiciones hubiese salido con la bicicleta a pedalear lo más lejos que pudiese, gastar energía para dejar de pensar y que la velocidad lo calmara.

El problema era que hacía semanas... ¿más de un mes? Que estaba sin calmarse.

Suspiró y tomó el colgante que tenía en el cuello con la clave de Fa. Lo hizo girar a la altura de sus ojos.

Había tomado la decisión de recuperarla a toda costa pero ¿No sería demasiado tarde? Pero... Él no había entendido en qué momento las cosas habían terminado tan mal. ¿Podría volver a lastimarla de esa manera sin darse cuenta? Estaba tan perdido en sus pensamientos, creyendo que todo estaba bien cuando era todo lo contrario ¿Él era capaz de tener a su lado a alguien tan frágil como Rin?

Parecía cínico de su parte tenerla para sí cuando no era capaz de detectar cuando las cosas iban mal, algo realmente simple, además era el que menos derechos tenía de reclamarla para sí. Era el más egoísta de todos.

Cerró la mano alrededor del dije que ella le había regalado y lo llevó a su pecho.

Era el peor.

.

Había caminado todo el trayecto desde su casa, no quedaba cerca pero le gustaba caminar, esa zona era tranquila y hacía buen tiempo. Había pasado también por una pequeña tienda para comprar algunos snacks y se había quedado charlando un poco con la vendedora.

En ese momento estaba tocando la puerta de la casa Kagamine pero no había obtenido respuesta. Observó su reloj, no le había dicho a Len ninguna hora en específico pero suponía que estaba bien, ni muy tarde ni muy temprano. Tocó timbre y esperó pero tampoco le respondieron. Se alejó unos pasos para ver las ventanas, estaban todas las luces apagadas. Presto un poco más de atención y pudo oír música desde el segundo piso, eso significaba que Len estaba en su habitación. Probó llamarlo pero después de un par de tonos dio el contestador. ¿Lo estaría ignorando a drede? Suspiró.

Se llevó un mechón de su cabello violeta detrás de la oreja y se agachó un poco. Al lado de la entrada había una maceta con una planta y justo detrás, escondida, había una llave de emergencia. Abrió la puerta sin problemas y entró quitándose despacio los zapatos.

-Ya estoy en casa –bromeó para ver si le respondían del piso de arriba pero no se oyó nada, sólo la música que estaba en un volumen indecente. Puso los ojos en blanco sintiéndose ignorado.

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