Al salir sentí unas leves gotas de agua caer sobre mi piel. Comenzaba a lloviznar, tomé por inercia la mano de Chris, quise soltarla de inmediato al sentir como se me erizaba la piel junto con un... escalofrío correr por mi espalda, pero por alguna razón no me solté de su cálido tacto.
-Vamos, conozco un restaurante que te gustará- le sonreí y tiré de su mano echando a correr por las calles de la ciudad. Corría lo más rápido que me permitían mis cortas piernas ya que para él era fácil alcanzarme.
Íbamos a cruzar la calle, quería pasar antes del autobús rojo que venía así que aceleré el paso pero también el conductor aceleró. Era casi una competencia. Estaba a punto de bajar de la acera cuando Chris tiró de mi brazo hacia él hacíendome perder el equilibrio. Sostuve con fuerza la bolsita de mis medicinas para que no cayeran y contuve la respiración. Tenía sus brazos impidiéndome moverme, nuestros rostros estaban muy cerca y el miedo a que me hiciera daño se apoderó de mí. Me moví con toda la fuerza que tenía y le pegué en el pecho para que me soltara.
-¡Sueltame! ¡Sueltame!- exclamé haciendo que varias personas voltearan a mirarnos. Mi corazón estaba latiendo rápidamente y todo mi cuerpo temblaba, me sentía pequeña y estaba asustada.
-Shhh, tranquila, Alex. No voy a lastimarte, no lo haría. Tranquila.- me acarició la cabeza y la espalda con suavidad.- Mírame...- alcé mi rostro y me encontré con sus ojos preocupados- ¿Estás bien?- yo solo asentí- Te ibas a lanzar contra ese autobús.
-Lo siento- fue lo único que pude decir, o susurrar.
-Creo que mejor vamos a casa. Yo puedo hacerte de comer, en casa hay suficiente comida, ¿De acuerdo?-Sonrió levemente con dulzura.
-De acuerdo.
Chris llamó a un taxi y cuando entramos le dijo al conductor la dirección. Sentía la mirada del conductor a través del espejo retrovisor.
-¿Su novia se encuentra bien? ¿Necesita un hospital? Está muy pálida.- dijo el señor de unos cincuenta años aproximadamente. No señor, yo soy pálida.
-No, gracias. Estoy bien- dije en un hilo de voz.
-Alex, en verdad sí estás muy pálida, tus labios están blancos.- susurró Chris en mi oído provocándome cosquillas. El conductor no escucharía debido al volumen de la radio
-Estoy bien.- lo miré fijo.- En serio.
Y sí, era mentira. Sentía que me iba a desmayar. Todo me daba vueltas. Cuando el auto paró Chris me llamaba pero yo no reaccionaba, no podía. Me sacó en brazos del taxi después de pagar, claro, y entramos a la casa. Me dejó sobre el sofá y se agachó a mi altura. Tocó mi frente.-Estás fría. Voy a hacerte de comer. ¿Quieres sopa de pollo?- preguntó.
-No...perderé la apuesta-Susurré con debilidad.
-Tu salud es más importante, Al.- me miró con preocupación mientras acariciaba mi mejilla.
-Solo dame algo que comerías tú.
-Alex...
-Por favor- susurré mientras con torpeza intentaba quitarme las botas.
-Bien, pero si no funciona, entonces tendrás que tomar sopa.- me ayudó a quitármelas y las puso en el suelo.
-Bien.
Chris trajo a Loki para que me vigilara y fue a la cocina. Acariciaba la cabeza de Loki mientras esperaba. Me empezaba a sentir "mejor" así que me senté en el sofá. Aún tenía mis medias a la rodilla protegiéndome del piso frío. El ataque de debilidad me atacó otra vez con un fuerte mareo que me hizo recostar mi espalda al suave sofá con los ojos fuertemente cerrados.
ESTÁS LEYENDO
Are You Mine?
RomanceY yo me vuelvo loco porque aquí no es donde quiero estar y la satisfacción parece un recuerdo lejano y no puedo evitarlo, todo lo que quiero oír es a ella diciendo "¿Eres mío?" Y la emoción de la persecución se movió por caminos misteriosos, así que...