Capítulo 12
Estaba harta de hacer los deberes del colegio. Solo quería terminar y ser libre y empezar a hacer nada por las próximas horas. Sin embargo, si no hacía las tareas hoy, no las haría después. No al autoengaño.
Ya habían pasado casi dos horas y por fin acabé. Me acosté en la cama mirando el techo. Había besado a Chris varias veces y la última vez nos habíamos pasado un poco. Cada vez que lo recordaba me sonrojaba. Cubrí mi rostro con las manos.
Por un segundo me pregunté que pensaría de mí. Después de... aquel hombre que me lastimó, no volví a ser la misma.
Mi celular empezó a sonar. Sin siquiera ver quien me llamaba contesté.
-¿Aló?- hablé mientras me volteaba quedando boca abajo. Nadie decía nada, solo escuché una respiración. - ¿Hola?
-Alessa...- era una voz grave, ronca y muy... bonita. No reconocía la voz este chico.
-Sí, soy yo. ¿Quien habla?
-Lucas.- casi lo podía escuchar sonreír.
-Lo siento... no te recuerdo.- dije apenada.
-Tal vez porque nunca te dije mi nombre, principessa. Soy tu admirador secreto no tan secreto, ahora. Pero tú prefieres llamarme "acosador pedófilo de cuarenta años".- me causo gracia lo que dijo. Pude notar que tenía un ligero acento italiano.
-Vale, me has cogido desprevenida. Ahora eres un acosador pedófilo de cuarenta años y psicópata. - lo hice reír, algo que me sacó una sonrisa.
-Hace tiempo quería escuchar tu voz.
-Ay, ya empiezas.- rodeé los ojos.
-¡No, no cuelgues! ¿Si?. En serio esperé esto. Y me sorprendió que me contestaras.
-Es porque no me fijé, solo abrí la llamada- contesté.
-Eso quiere decir que no me hubieses contestado si te hubieses fijado.
-Suena muy mal ahora que lo dices. Realmente no sabría que hubiera hecho. Eso es mejor que colgar.
-Tienes razón. Al menos te he sacado más de una oración y no estás juzgándome erróneamente.- bien eso me hizo sentir mal. Yo sabía que era que te estuviesen juzgando y no era nada bonito.- ¿Alessa?
-Lo siento, lo digo en serio. Lamento que hayan sido así las cosas. No fue mi intención hacerte sentir mal.
-No hay problema. Entiendo tu posición. Te habla alguien desconocido y obviamente actúas de manera desconfiada.
-Hablando de eso. No me has dicho absolutamente nada sobre ti, solo tu nombre.
-Lucas, diecinueve años, rubio, ojos azules, mitad italiano... mido aproximadamente 6,2 pies.- suspiró.- Me gusta patinar, pintar, la fotografía, la comida, tocar la batería y tú. Me gustas tú.- me sonrojé.
-¿y por qué te gusto? No me conoces.- pregunté frunciendo el ceño.
-No tengo que conocerte para que me gustes. Sé lo suficiente sobre ti, my darling.- dijo en un tono suave haciendo que se me erizara la piel.
-Me estás asustando.
-Lo lamento, sé a veces me paso de la raya... es solo que no me hago la idea de que por fin hablo contigo.
Escuché que tocaban la puerta.
-Debo irme, me llaman. Adiós Lucas.
-¡Espera! ¿Podremos volver a hablar? ¿Por favor?
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Are You Mine?
RomanceY yo me vuelvo loco porque aquí no es donde quiero estar y la satisfacción parece un recuerdo lejano y no puedo evitarlo, todo lo que quiero oír es a ella diciendo "¿Eres mío?" Y la emoción de la persecución se movió por caminos misteriosos, así que...