Me levanté sin ganas y me dirigí al baño. ¿Porqué no quiero alejarme involuntariamente de "Chris"? Fue extraño, es extraño no huir de el inmediatamente al estar cerca de él, siendo un desconocido para mí. Me frustra. No logro caerle bien ni que me caiga bien nadie. Es así de simple, aunque no sea porque yo lo quiera. Le echo la culpa a mi enfermedad, mi trastorno o lo que sea. Prefiero llamarlo "Mis demonios".Cuando salí del baño me puse unos shorts de talle alto, un tank top de manga corta de Guns 'n Roses, una camisa de cuadros azules abierta y mis botas de combate. Recogí las mangas de la camisa hasta mis codos y dejé mi lacia y larga cabellera suelta. Me cepillé los dientes y bajé con toda la calma del mundo.
-Lindas piernas.- silbó. Hice una mueca de burla. Sí, claro.
-Dyanne, tengo hambre.- abrí la refri y saqué una manzana. La lavé y la mordí.
-No te haré nada de comer. Y no hagas nada. Vamos a almorzar con Chris.-
-¿Qué? Dyanne, ¿te has estado drogando o algo?
-No tiene nada de malo. Es un agradecimiento. No todos te devuelven objetos de valor. Y es agradable.- puse los ojos en blanco. Un poco, demasiado agradable. -Y si es necesario te llevaré arrastrando.
-Bien- gruñí volviendo a morder la manzana.- Pero eso será todo. ¿Okay?
Como era de esperarse no contestó y me sonrió con malicia. Dyanne y yo no nos parecemos en nada. En la personalidad es obvio pero tampoco físicamente. Yo mido un metro cincuenta y ocho, de cabello lacio castaño oscuro, ojos de un tono verde - azulado, delgada del torso, caderas anchas, es decir, en forma de reloj de arena, lo que me molesta ya que desearía ser más delgada. En cambio Dyanne tiene el cabello rubio, ojos azules, piernas largas y delgadas y mide un metro setenta y séis.
Dyanne tiene un auto el cual solo usa para ir a trabajar o a un lugar que no está cerca de casa. Ambas preferimos caminar pero de las dos soy yo la que usa más el autobús y el subterráneo.
Fuimos caminando a Tiffany's que solo quedaba a tres cuadras de casa y al entrar vi a Chris. Estaba de espaldas leyendo y rayando un periódico con un bolígrafo.
-Es él.- murmuré. Dyanne sonrió y se dirigió con entusiasmo halando mi mano hacia la mesa en donde estaba él. Nos pusimos a su lado y Chris en seguida se levantó y me dio una mirada rápida para volver a mirar a mi hermana, sonriendo. Su sonrisa...
-¡Hola! Soy Dyanne, la hermana mayor de Alessa.- le extendió la mano y él le devolvió el gesto estrechándolas.
-Mucho gusto. Soy Christofer. Están muy lindas hoy.- sonrió y me miró. Okay, su nombre no es Christian.
-Alex, no me dijiste que tu amigo era tan educado. Y americano- Fruncí el ceño levemente. Al parecer no notó su acento americano cuando hablaron por teléfono. ¿En serio, Dyanne?
-Hey...- sonó casi como un susurro. Moví mi mano un poco en forma de saludo. Quiero acabar con esto. Me senté en una silla y ambos me imitaron. Christofer se sentó frente a mí y Dyanne junto a los dos. Nos atendieron y rápidamente nos trajeron la comida. Lo que me encanta de éste lugar.
Yo ya había terminado se comer y estaba sentada hasta atrás cruzando mis brazos.
Dy se esforzaba por que yo hablara más con Christofer y yo solo me limitaba a responder con palabras cortas o asentir y negar. Veía en sus ojos que comenzaba a rendirse pero Chris no dejaba de mirarme y sonreírme, lo que era frustrante porque no podía odiarlo. Y podía ver que a ella le caía bien.-¿Qué hacías, Chris?- preguntó por fin mi hermana volteando el periódico para poder leerlo ella. Alzó las cejas y me miró con una sonrisa y un curioso brillo en sus ojos.- ¿Estás buscando donde quedarte? Buscarlo en el periódico no es buena idea. No quieres estar en un cuatro lleno de ratas y arañas.
OH NO.
NO.
NO.
NO.
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Are You Mine?
RomanceY yo me vuelvo loco porque aquí no es donde quiero estar y la satisfacción parece un recuerdo lejano y no puedo evitarlo, todo lo que quiero oír es a ella diciendo "¿Eres mío?" Y la emoción de la persecución se movió por caminos misteriosos, así que...