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—¡¿Acaso estás sorda, te dije que colocarás esos documentos sobre mi escritorio?!—

Repitiendo lo mismo una y otra vez, ese maldito anciano, no me dejaba en paz ni por un momento.

Siete de la mañana, mi jefe harto de mi (al igual que yo estoy harta de el).

No es precisamente mi trabajo de ensueño pero fue lo que pude conseguir, en estos momentos los mejores trabajos y los mejor pagados solo los pueden tener aquellos a los que se les llama "Héroes".

Aquellos que están dispuestos a arriesgar su vida para salvar a otros pero para eso tienes que tener un buen quirk, lo cual no era mi caso.

—Lo siento mucho...ahora mismo llevo los documentos—

Dije con una reverencia, tome los documentos y rápidamente los lleve al escritorio de mi querido jefe, el cual siempre estaba sentado en esa maldita oficina impregnada con el asqueroso olor de cigarro.

No podía hacer más que obedecer, este trabajo de mierda es lo único que pude obtener y debido a mi poca experiencia laboral soy la "peor" de la oficina.

A pesar de que me esforzaba cada día, llegar temprano y quedarme hasta tarde, nunca deje de ser una inútil para mi jefe.

Trabajar en una agencia de héroes, no era nada fácil o por lo menos para mí no, a pesar de que hacía lo "típico" en una oficina, llevar café, hacer informes, obedecer a tu jefe aún así sea la tarea más absurda de todas el trabajo ahí era desgastante.

Muchas veces tenía que estar en la oficina hasta tarde todo por los errores de mis demás compañeros y debido a que yo era la "nueva" tenía que ser como un perro obediente, soporte todo esto creyendo que algún día tendría una recompensa, anhelaba un ascenso.

Sin embargo esa recompensa nunca llegó, simplemente era una empleada explotada laboralmente por su jefe y sus compañeros de trabajo no iba a soportar más esos tratos, ya había tenido bastante por dos años.

Estaba decidida a renunciar, además hay muchas agencias de todo tipo, inclusive en unas paguen mejor que la miseria que me pagaban.

Una de las pocas amigas que llegue a hacer en esa agencia, me aconsejo enfrentar a mi jefe o presentar directamente mi caso ante alguna autoridad, incluso estaba dispuesta a ayudarme.

Pero yo ya estaba decidida, tenía la carta de renuncia y todo el papeleo que estuve preparando con anticipación, no había fallas, el único inconveniente es que para renunciar tenía que tener una firma pero no era cualquier forma sino la del dueño de la compañía, en este caso del héroe.

—Dejame entender esto...entraste aquí...¡¿Sin saber para quién mierda trabajas?!—

Trate de callar a Kaede, estaba llamando la atención de todos por su alboroto, aún así pienso que no era para tanto.

Pero lo que ella dijo es verdad, nunca preste atención al nombre de la agencia mucho menos al héroe a la que dicha pertenecía, lo poco que sabía es que es uno de los héroes más populares y que estaba en el Top 10 sin embargo nunca tuve el interés de saber quién es, tampoco considere que fuera importante.

—Sí...algo así... pero da igual lo único que quiero es largarme—

Dije susurrando.

Quería irme como llegué, de manera silenciosa y sin llamar mucho la atención pero debido al pequeño escándalo que hizo Kaede, me iba a ser un poco difícil.

—Tienes razón, cambiando de tema, ya tienes todo pero necesitas esa firma—

Genial, espero que no sea un anciano decrépito como mi ex jefe.

—¿Dónde lo encuentro?—

Pregunté.

Después de esto quería celebrar, olvidando todo este tiempo perdido en esta maldita empresa.

—Tiene un horario ocupado—

Claro, es un héroe, ellos siempre están ocupados, gastando sus yenes.

—¿Tú no me puedes conseguir su firma?...ya no quiero estar aquí ni un minuto más—

Dije tratando de persuadir a Kaede.

No tenía ánimos de ver a ese héroe, seguramente era uno más del montón, con su moral más elevada que sus salarios y dejando en claro que son los mejores debido al lugar que la sociedad les dió.

—Lo siento linda...pero tienes que ir tu personalmente, tú eres la que está solicitando la renuncia...aunque sigo sin entender porque te vas, se que ese viejo te hace la vida imposible pero yo podría ayudarte—

La respuesta a eso era un claro no, siempre he sido una cobarde, prefiero evadir los problemas en lugar de enfrentarlos.

—Tal vez pero me conoces quiero ir por el camino más fácil—

Mentí y Kaede lo sabía, ella sabe que soy una cobarde.

—Bien, te extrañaré pequeña pinocho, conseguiré el horario y una cita así que espera un poco—

Kaede me guiño el ojo, mientras se concentraba nuevamente en la computadora, ahora solo tenía que esperar.

No iba a gastar mis últimos minutos en la oficina haciendo caso al imbécil de mi jefe, así que decidí sentarme en uno de los sillones que estaban en la oficina de Kaede.

—¡T/N! ¡¿Dónde carajos te metiste?!—

No pasaron ni diez segundos y parece que alguien invoco al viejo pero está vez no me iba a quedar así, tenía que enfrentarlo era mi último día y tenía que darle a ese anciano su merecido.

—¿Si dígame señor Takashi?—

Trate de sonreír una última vez para ese maldito anciano.

—Borra esa expresión, necesito que calcules la tasa de criminalidad de los últimos dos meses, igualmente un informe de los nuevos reclutas que llegaron ayer todos son héroes novatos así que asegúrate de que todos cumplan con todos los requisitos...—

El viejo comenzó a balbucear muchas cosas más, que ya ni siquiera me tomé la molestia en escuchar.

—¿Algo más señor, no quiere un
café?—

Traté de sonar lo más sarcástica que pude, para que el imbécil captará la indirecta de que no iba a hacer nada de eso, mientras que Kaede solo me miraba con una mirada que me decía "Por favor no lo hagas" pero ya era tarde para detenerme, enojada no era la palabra que podría usar para definir lo que sentía, muy dentro de mi sabía que no me iba a arrepentir de lo que iba a hacer a continuación.

🌹⋆' 𝑀𝓎 𝐿𝒾𝓉𝓉𝓁𝑒 𝐵𝒾𝓇𝒹   '⋆🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora