𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 // 𝑾𝑨𝑻𝑬𝑹 • 𝐈.𝐋

16

DIECISÉIS
ACTUALLY, I AGREE WITH BEETHOVEN

—Entonces, ¿una manada de alfas?

—No digas como si te importara, Stefan.

—De acuerdo.

Stefan y Klaus seguían su camino, ya se habían detenido lo suficiente y aún no encontraba la manera de crear híbridos.

—Avísame donde sea que llegues, ¿entendiste? —preguntó hacia Klaus, terminando de cargar las cosas a la camioneta.

—Sí, madre —se rió, para abrazarla con fuerza—. Llámame si necesitas que le parta la cabeza a Deucalion.

—No creo que sea necesario. Si están aquí por Derek y yo, los haré perseguirse sus colas —sonrió, mirando hacia arriba por la diferencia de altura.

Klaus besó la frente de Elizabeth, sin querer irse. Se despidió de Stefan con un asentimiento de cabeza. Ambos vampiros se fueron en el auto, dejando atrás a Elizabeth. La muchacha se fue en su camioneta directo al nuevo loft de Derek, que de nuevo no tenía nada.

—Der-bear, en serio necesitas una remodelación —canturreó en cuanto llegó.

—Genial, la brujita está aquí —habló Peter irónicamente.

—Oh, disculpa Beethoven, ¿acaso tú vas a detener a Deucalion? —preguntó enfadada.

—De hecho, estoy de acuerdo con Beethoven —habló Isaac, causando que Elizabeth alzara ambas cejas y se cruzara de brazos, esperando una explicación. Isaac se colocó nervioso—. Digo... es... peligroso

—¿Te crees esta basura? —preguntó hacia Derek, quien negó con una sonrisa.

—No. Yo sé tu verdadero potencial y de lo que eres capaz —contestó, ganando una mirada triunfadora en Elizabeth y que Isaac rodara los ojos.

—Lamento tratar de protegerte —se excusó, sentándose en el sofá. Elizabeth le siguió, tomando el brazo de Isaac para pasarlo por sus hombros.

—Oh, cariño. No necesito protección de nadie —sonrió arrogante.

Luego de tener una seria reunión de al menos tres horas, Isaac y Elizabeth volvieron a casa, estaban a punto de entrar, cuando desde la puerta de enfrente, alguien que ambos conocían estaba saliendo.

—Tiene que ser una broma —murmuró Elizabeth entre dientes.

—Yo...

Antes de que Allison hablara, Elizabeth la colocó contra su voluntad pegada a la puerta. Allison no podía moverse, y estaba desesperada por hacerlo. Isaac se quedó junto a la puerta de su casa, expectante.

—Escucha, Green Arrow —habló, haciendo iluminar sus ojos azul beta inconscientemente por el enojo—. Si te atreves a lastimar a Isaac otra vez, me aseguraré de que tus flechas terminen en un lugar donde en serio no quieres que terminen. ¿Entendiste?