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VEINTISÉISMY SOUL MATE, NOT YOURS

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VEINTISÉIS
MY SOUL MATE, NOT YOURS

Manejó, saltándose la última clase, directo hacia el loft de Derek. Cuando llegó, vio a Cora limpiando el charco de sangre. No le había visto, ni siquiera cuando había llegado. La menor de los Hale sintió su olor, por lo que, alzó la mirada. La observó y sus ojos de inmediato se llenaron de lágrimas.

—¿Lisa? —preguntó, soltando el trapero.

—Oh por Dios —sollozó.

Bajó los escalones, corriendo hacia ella. Se fundieron en un abrazo fuerte, a ella sin importarle el dolor que aún sentía por el hoyo que Kali le había hecho a Derek en el pecho. Hale con su fuerza de mujer lobo la alzó, relajándose con el olor de la bruja.

Luego de aquel emocionante encuentro, ambas se sentaron en el sofá, mientras Cora le contaba sobre lo que había sido de su vida desde hace siete años, la cantidad de años que no se habían visto.

—Fue tan rato —comenzó Elizabeth—. Pensé en ti mucho tiempo, algo me decía que no cuadraba lo que sea que pensaba. Me hubiese gustado haber estado para ti, Cora.

—A mí también —confesó—. Pensé que Derek estaba muerto. Intenté ir por ti pero... ya sabes... sigo siendo menor de edad.

—Si —se rió, dándole un trago a su té verde—. Cuando mi mamá murió, estaba tan sola en Mystic Falls. Luego, Nana murió y...

—Espera, ¿Sheila murió? —preguntó, sorprendida. Ella asintió, con un par de lágrimas en los ojos.

—Por culpa de unos estúpidos vampiros —contestó—. Cuando ella murió entendí que sólo me quedé en Mystic Falls por ella. Si ella no estaba, no tenía mucho sentido seguir torturándome en un lugar que no era mi hogar. Así que, Derek me recibió en ese horrible subterráneo donde se quedaba, y ahora tengo mi propio departamento.

—¿Qué? ¿Y ese giro de la historia? —se rió Cora, haciéndola reír también.

—El vampiro Original es mi mejor amigo —explicó—. Él me consiguió el departamento y también me malcría bastante —carcajeó.

—¿Klaus? —preguntó, sorprendida.

—¿Lo conoces? —preguntó, también sorprendida.

—Escuché un par de historias, pero jamás pensé que fuera real —contestó—. Se oye tan... Peter.

Las dos rieron a carcajada limpia. Derek las escuchaba detrás de la puerta de su loft con una sonrisa. No había visto a Cora sonreír o escucharla reír desde que se habían encontrado, y había extrañado esa risa que escuchaba solo dos veces al año.

Abrió la puerta, interrumpiendo del momento. Las dos dejaron de reír para verlo a él. Cora lo observó con cuidado, pero Liz le dedicó una sonrisa radiante. Él, contagiado por su sonrisa, también lo hizo. Llegó hasta sentarse en medio de ambas, interrumpiendo el momento.

𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 // 𝑾𝑨𝑻𝑬𝑹 • 𝐈.𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora