𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑 || 𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔

CINCO

Las semanas pasaban y todo continuaba siendo igual, Tzuyu se iba antes que Sana y luego volvían juntas. Hablaban un poco más, haciendo que inclusive Mina viera extraño eso de ellas dos. Tzuyu le comentó a las demás lo de las propuestas que les hizo hecho, y la razón por la que las rechazo, Elkie rió por ello, mientras que  Mina sabía realmente la razón de la menor. El trabajo continuaba igual o peor que antes, sobre todo luego de que Momo se fue, y peor aún cuando Mina también se fue. Tzuyu intentaba tomar la mayor parte del trabajo, pero las tres omegas que se encontraban allí, la regañaban por ello.

Los jefes de allí muchas veces comenzaron a enviar a Tzuyu a hacer otras cosas fuera de aquel lugar, haciendo que veces las omegas se quedasen solas. A pesar de que la alfa intentaba hacer las cosas rápido y lo antes posible, no siempre funcionaba.

Tzuyu había llegado más tarde, en cuanto entro vio a Nako y Elkie solas.

— ¿Y Sana? – ambas miraron a Tzuyu, Elkie no quería decirle donde estaba, por lo que simplemente volvió a su trabajo. No es que no deseaba hacerlo, pero les habían dicho que si lo hacían las despedirían, y ella necesita ese trabajo.

Tzuyu miró a Nako, quien le dijo con su cabeza la oficina de uno de sus jefes. Tzuyu sintió su enojo salir a flote, intentaba usualmente mantenerse calmada ante situaciones así, pero esto ya estaba comenzando a cansar. Las primeras veces eran Elkie o Nako, pero ahora estaba allí dentro Sana. Y claramente no aceptaría eso.

Se acercó a la oficina, haciendo que la secretaria la mirará y bajara la cabeza, fingiendo que no la había simplemente visto. En cuanto abrió la puerta ese hombre mantenía a su omega contra una de las paredes, Sana mantenía sus ojos cerrados y los abrió un poco en cuanto oyó la puerta abrirse. Sintió su cuerpo temblar en cuando sintió el aroma de Tzuyu.

La alfa se acercó al hombre mayor y lo obligo a soltar a la omega, haciéndole un gesto a Sana para que saliera de allí. Ella le hizo caso. La secretaria miró a Sana y le entregó una carpeta, donde tenía un par de papeles.

— El no dejara que te quedes aquí – murmuró.

Oyeron algo caer al suelo, haciendo que Elkie como Nako se acercaran también. Nako frunció el ceño para luego entender que Tzuyu estaba allí dentro. Eso era un problema, y ​​muy grande. Oyeron otra cosa caer al suelo, Sana abrió la puerta haciendo que el aroma de enojo de la alfa las golpeara a las cuatro omegas.

Luego de eso, ninguna de las omegas pudo recordar mucho que sucedió, el aroma de la alfa las había mareado lo suficiente como para olvidarse de lo que había sucedido. Lo último que recordaron fue cuando Tzuyu salió de la oficina y les dijo que se fueran.

Sana esperó a Tzuyu fuera, no quería irse sola, no de noche. Últimamente se quedaban todo el día allí. Nako se había ido al igual que Elkie, pero ella aún esperaba a Tzuyu.