TM II: TRECE

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Un mes y medio después...

Sana abrazaba a Tzuyu, mientras la menor sonreía. Esa tarde les informaron que podían llevarse a sus pequeñas a casa y esa era la mejor noticia que les habían dado en semanas, ambas estaban felices de poder estar en casa con sus bebés sin la necesidad de que tengan alguna enfermera detrás y sin tener el tiempo controlado de las veces que pueden sostenerlas en sus brazos. Tzuyu se alejó de Sana quien tenía sus ojos llenos de lágrimas, Tzuyu sonrió y tomó el rostro de la mayor en sus manos, para luego depositar un beso sobre sus labios. Tzuyu tomó el bolso de Sana y se lo entregó a la mayor, allí había ropa para las pequeñas, Sana sonrió y comenzó a buscar algo para sus pequeñas.

En cuanto las cuatro estaban fuera del hospital y finalmente en su casa, las pequeñas miraban su habitación y a sus madres repetidas veces. Sana sonreía tan feliz y orgullosa de sus pequeñas que no podía ocultarlo. Abrazó a Tzuyu repetidas veces en cuanto las pequeñas se durmieron. Tzuyu tomó a la mayor entre sus brazos y se sentó en el sofá, dejando a la mayor sobre sus piernas. Sana sonrió y depositó un beso sobre los labios de Tzuyu, haciendo que la menor sonriera. 

— Te amo – Murmuró la mayor, haciendo que Tzuyu sonriera y acariciara el rostro de la mayor

— Y yo a ti – Sana sonrió y apoyó su mejilla en una de las manos de la menor, haciendo que Tzuyu sonriera – Eres tan tierna – Sana sonrió – Te amo. 

— Yo a ti, y demasiado – Tzuyu sonrió y volvió a acariciar la mejilla de la mayor – Tzu... – Murmuró.

— ¿Qué sucede? – Apretó la cintura de la mayor con una de sus manos y con la otra acaricio su mejilla, la mayor cerró sus ojos tomando con una de sus manos la muñeca de la menor para llevarla a la marca de su cuello – Deberias esperar a que las pequeñas sean más grandes, hermosa – Sana hizo un pequeño puchero – No volveré a discutir contigo sobre los supresores. 

— No quiero – Murmuró. Tzuyu sonrió y tomó la caja de supresores que había dejado sobre la mesa de centro, la cual había sacado del bolso de Sana. La mayor hizo un puchero

— No quiero pelear contigo por esto – Sana rió – Actúas como un pequeño cachorro que acaba de tener su celo. 

— Soy una pequeña omega que por la ansiedad de tener a sus hijos en el hospital no tuvo su celo, quiero que hagas algo responsabilizándote por ello – Tzuyu rió

— Lo único que recibirás serán supresores y un vaso de agua – Sana volvió a hacer un  puchero. Tzuyu la hizo a un lado y fue en busca de un vaso con agua para la mayor. Sana hizo un pequeño berrinche pero a pesar de eso bebió su supresor. Tzuyu volvió a sentarse en el sofá y luego de dejar el vaso en la cocina, y la omega se sentó nuevamente sobre sus piernas. La alfa rió ante eso y acaricio la cintura de la mayor. – Estaremos demasiado ocupadas con esas dos hermosas bebés como para concentrarnos en esto ahora, princesa.

 𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑  || 𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora