Capítulo 10

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Me pasé toda la hora de clase pensando en como decirle a Jackson que me dijera todo lo que estaba pasando, que las pesadillas no cesaban, aunque fuese de manera un poco diferente. 

Cuando sonó el timbre, anunciando que la clase había terminado, me levanté de la silla, y empecé a guardarlo todo en la mochila, fui a coger el libro y no lo vi, así que empecé a buscarlo, de pronto escuché un voz detrás de mi.

-¿Buscas esto?

Me giré. y vi a Steve detrás de mi con el libro de Química.

-Ah! Si, gracias. ¿Dónde estaba?

-Al suelo.

Sonrió con ternura y me guiñó un ojo. Vale, estaba claro que el libro no había ido solo hasta el suelo.

-Vamos Ana, tenemos que irnos. -Dijo Jackson un poco tajante.

-Espera, estaba guardando las cosas.

Se encaminó hacia mi mesa y guardó rápidamente el libro dentro de la mochila y se la colgó del hombro. Me cogió de la mano y tiró de mi para salir de clase.

Me giré para despedirme de Steve, pero no hizo falta, estaba delante de nosotros.

-Estaba hablando con Ana. Es de mala educación que interrumpas así una conversación, Jackson. -Dijo al mismo tiempo que sonreía.

-Tenemos prisa, Steve.

-¿Os conocéis?- Intervine un tanto desconcertada.

-Sí, nos hemos cruzado antes. -Me contestó Jackson tirando un poco más de mí.-Venga Ana, vámonos, que Emma nos está esperando.

-Que sí, que sí. Adiós Steve, ¡Hasta mañana!

-¡Hasta mañana, Ana!

Llevábamos andando unos minutos y me harté de que me llevara a cuestas, así que me detuve en seco y le dije.

-Pero, ¿Dónde hemos quedado con Emma?

-En ningún sitio.

-¡¿Cómo?! ¿Te lo has inventado todo? pero, ¿Por qué?

-Déjalo Ana. Ahora en llegar a las escaleras, te vas a tu habitación.

-No, no me voy a ir de aquí hasta que no me digas por que te has inventado que teníamos prisa.

-Steve no es buen chico.

-Te estás quedando conmigo, ¿verdad?

Jackson cogió aire, desesperado.

-No, no me estoy quedando contigo. 

-Pues no digas que Steve es mal chico, cuando lo conoces menos que yo. Además, se nota que se preocupa por los demás.

Jackson empezó a reírse de una manera nerviosa.

-Pero, ¿Qué haces? Estamos hablando seriamente, ¿Y te ríes? Jackson, no te entiendo, estás cada vez más raro, no te conozco.

Él intentó cogerme del brazo, pero lo esquivé, y me fui hacia mi habitación pensando en todo lo que acababa de pasar.

De camino a la habitación pasé por delante de la estatua del árbol, y vi un pequeño destello cayendo a los pies del tronco, me acerqué, y vi que era una hoja de ese espantoso árbol. Lo primero que me dije a mi misma fue: "A saber cuántos años tiene esto, que se cae a trozos."

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Era viernes, ya habían pasado tres días desde el encuentro entre Jackson y Steve y aún no sabía por que Jackson se había puesto de esa manera, no era para tanto, ni si quiera lo conocía lo suficiente para juzgarlo.

Siempre que intentaba quedarme a solas con él para hablar de lo ocurrido, pasaba algo que lo impedía, pero lo más constante era ver a Amy acercarse y llevárselo de mi lado.

Ese viernes, después de ir a clase, Emma y yo nos fuimos a comer y después a la biblioteca para hacer un trabajo que nos había mandado el profesor Cameron.

Mientras hacíamos el trabajo, se nos sentó Steve al lado y empezó a hablar.

-Que, ¿Ya estáis haciendo el trabajo? Yo ya lo he terminado.

-No nos importa, Steve, ya puedes irte. -Le dijo Emma de mala manera.

Miré a mi compañera de habitación un poco desconcertada al no saber por que le había hablado así.

-No pasa nada, Steve, puedes quedarte el tiempo que haga falta.

-No venía a quedarme, sino a hablar contigo.

-Está haciendo un trabajo conmigo, ahora no puede.-Dijo Emma.

-Solo será un momento, ahora vuelvo y lo terminamos enseguida.-Le contradije.

Así que me levanté de la silla y salí con Steve de la biblioteca.

Cuando estuvimos fuera empecé a hablar.

-Bueno, ¿Qué querías decirme?

-A ver, es que se que conoces a Jackson mejor que a mí, y es comprensible que le hagas caso a él más que a mí. Y solo decirte que no soy como los demás, que ese día se levantó con mal pie y lo pagó conmigo, pero no he hecho nada como para que ahora tú dejes de hablarme tan solo porque él te lo haya dicho.

-¡Eh! Alto, yo no he dejado en ningún momento de hablarte porque él me lo haya dicho. No he podido hablar contigo porque es mi primera semana de clase, y aún no estoy habituada a todo esto. Todo es nuevo para mí y tengo que acostumbrarme.

-¿Por eso me evitas? Venga va Ana, me tienes al lado en Química y ni siquiera me diriges la palabra, por algo será, digo yo.

-Bueno, y que pasa, ¿Que no puede hacer cada uno lo que quiera?

-Déjalo estar, no he venido aquí para discutir, he venido para arreglar éste mal entendido. 

-Vale, todo arreglado.

-Solo era dejarte bien clara una cosa, y es que no le hagas caso a las cosas que digan de mí, no me conocen, ya sabes como es la gente de criticar sin saber.

Lo miré un tanto preocupada por lo que me acababa de decir. Y pensé que todos necesitan una segunda oportunidad. Y que por mucho que me dijera Jackson que no era un buen chico, no iba a dejar de hablarme con él. Además, ¿Quién  era él como para decir nada de nadie? Me acerqué a él y lo abracé en señal de comprensión. Y después de eso, nos despedimos y volví a la biblioteca.

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Morir para volar #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora