Capítulo 19

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No sabía muy bien que pensar, porque una parte de mí no quería que lo que pasó entre Jackson y yo hubiese sido un sueño, pero entonces, ¿Qué sentido tenía que no estuviesen las hojas? Bueno, pensando un poco, si hubiese sido un sueño, solo debería faltar una, pero no las dos. Eso quiere decir que alguien las ha quitado de allí, ¿Pero quién? y lo más importante, ¿Para qué las quiere?

No tenía ni la menor idea de quien las podría tener, pero lo que si tenía claro, es que las iba a encontrar.

Entre Emma y yo terminamos de arreglar la habitación por la tarde, y después de ir a cenar al comedor, nos fuimos a dormir. Pero no entendía, el por que no había ido a cenar jackson. Llevaba desde el sábado sin verlo. ¿Estaría arrepentido de todo?

Quedándome con la duda, me dormí.

Al día siguiente cuando me levanté, solo quedaban cinco minutos para llegar a clase, me había dormido y Emma no había sido capaz de  despertarme.

Mientras me cambiaba de ropa rápidamente y cogía la mochila, después de estar maldiciendo a Emma, salí de mi habitación, pero ya habían pasado ocho minutos desde que había sonado el inicio de clase.

Me tocaba Química, perfecto, el señor Cameron me iba a matar.

Toqué a la puerta, y como no me contestaron, entré en la clase. Las treinta personas que ocupaban las mesas, se giraron a mirarme, y la mirada asesina del profesor me hizo que me acobardara. 

-Señorita Brown, llega tarde.

-Lo siento. -Dije cabizbaja. 

-Sabes perfectamente que no soporto a la gente que es impuntual. 

"Perfecto, ya tengo a un profesor en mi contra lo que queda de curso." -Pensé.

La mayoría de la clase empezó a reírse y el profesor me miró aumentando su mal carácter. Al principio no entendía el por qué, pero después me acordé de que todos los del internado eran ángeles caídos y podían leer pensamientos, cuando se les antojara. Perfecto. 

A mí misma me dije: Apunte mental, acordarme de pedirle a mis amigos que me ayudaran a controlar mis pensamientos.

-¿A qué espera?-Dijo el profesor. -Siéntese en su silla.

-¡Oh!, claro perdón.

Aún más avergonzada, fui hasta el final de la clase y me senté junto a la persona que menos ganas tenía de ver, Steve.

Solo sentarme el Sr. Cameron habló.

-Bueno como dije al principio de curso, cada vez que alguien llegaba tarde a clase se anulaba un examen.-Me alegré de haber llegado tarde por una vez, al menos me libraba de hacer un examen. Yo había llegado con el curso empezado y no sabía el por qué de quitar un examen por haber llegado tarde, no tenía sentido.-Ahora ya sabéis lo que tenéis que hacer, gracias a vuestra querida compañera Ana.

Todos me miraron enfadados. Yo no comprendía el por qué, así que le pregunté a Steve.

-¿Qué se supone que hay que hacer?

-Un trabajo y proyectos para final de curso, de todo lo que hemos dado,para después exponerlo, si no le gusta el resultado, suspendemos la evaluación.

Vale, ahora comprendía todo.

-Lo siento. -Dije avergonzada para toda la clase.

-Bueno, ya sabéis, hacer el trabajo y los proyectos, pero habrá un cambio, lo haréis con vuestro compañero de mesa.

Perfecto, dos trimestres enteros haciendo un trabajo con Steve, no podía ser mejor. Que se note la ironía.

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Justo antes de salir por la puerta de la última clase del día, oí como Steve me llamaba.

-¡Ana!-Me llamó él.

Me di la vuelta y le contesté.

-¿Sí?

-Deberíamos hacernos unos horarios para organizarnos a la hora de quedar para hacer el trabajo.

-Ah, vale. -Me giré para seguir mi camino. No tenía ganas de hablar con él. Cada vez mi cuerpo me decía que me apartara de él, y no sabía por qué. 

Al segundo, me cogió del brazo y me hizo girar.

-¿Me estás escuchando?

-Sí, ¿Por qué?-Dije con voz cansada.

-Porque te estoy diciendo de hacer un horario y te vas.

-Hay más días para quedar.

-El próximo día hay que entregarle al profesor un borrador de cómo va a ser nuestro trabajo. Y el próximo día es mañana.

-Bueno, pues quedamos esta tarde. ¿Contento?-Que pesado podía ser este chico, a veces.

-¿En qué sitio quedamos?

-En la biblioteca. Como personas normales.

-Emm... vale. Bueno, a las cinco en la puerta. ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego, Steve!

Después de esa conversación, fui en dirección a mi habitación. No podía dejar de pensar en Emma, Jackson y las hojas desaparecidas. Emma, no me había despertado, y ni siquiera me había hablado en clase. Después estaba el caso de Jackson, es como si estuviera desaparecido, no lo había visto desde el día del baile. Y las hojas... ¿Quién había podido ser?

Cuando llegué a mi habitación, me puse a hacer los ejercicios que habían mandado y cuando terminé, tenía ganas de leer, así que de la estantería cogí Hush Hush, me había leído la saga una vez, pero tenía ganas de volverla a empezar desde cero y volver a enamorarme de Patch.

Me centré tanto en la historia que cuando miré el reloj, eran las cinco. Llegaba tarde.

Salí corriendo por la puerta y cuando giré la esquina para bajar las escaleras me choqué con alguien.

-Vaya, vaya. Tardona como siempre. 

-Lo siento, Steve, es que estaba...

-No hace falta que te disculpes.

-¿Qué haces aquí? Se supone que íbamos a la biblioteca.

-Sí, pero está llena y no cabemos. Iba a preguntarte si se podía en tú habitación.

-Ah, sí claro. Emma no sé donde está, así que no la molestaremos.-Empezamos a andar hacia mi habitación y me vino una pregunta a la mente.- ¿Y por qué no en la tuya?

-Simple, Ryan, mi compañero de habitación está haciendo el trabajo con Ash.

-Bueno, vamos.

Cuando entramos en mi habitación cogí la silla del escritorio de Emma para que se sentara.

-Bonita habitación.-Dijo.

-Emma es muy especialista en decorar habitaciones.-Reí, recordando el primer día.

Después de una hora haciendo el borrador, dije.

-He empezado a tener hambre. Voy al comedor y cojo dos bocadillos, ¿Te parece bien?

-Por supuesto.-Contestó.

Salí de la habitación y me dirigí al comedor. Cogí dos bocadillos, y como me llevaba bien con la cocinera, me dejó entrar en la cocina y preparármelos yo misma. Cuando terminé le di las gracias y subí a mi habitación. Cuando abrí la puerta, entré y cerré la puerta rápidamente. No podía creer lo que estaba viendo.

-¡¿Qué carajos te crees que haces?!

 

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Morir para volar #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora