Capítulo 2

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     Pasado un rato el camino nos llevó nuevamente a un nivel bajo por el camino que rodeaban el río y nos reunimos con los demás, Edmund y yo nos bajamos del caballo y solo hasta ese momento me di cuenta de que seguía rodeándolo con mis brazos. 

     Me acerqué a hablar con Peter sobre algunas cosas que sabía acerca de los soldados que tenía bajo su mando Miraz mientras lo ayudaba con la canoa. Los dos sabíamos que, si encontrábamos a mi hermano, la única solución que tendríamos para que él recuperase el trono sería atacar. 

     De repente por el rabillo del ojo vi que la pequeña Lucy se acercaba lentamente a un oso y luego escuché que lo saludaba, eso hizo que todos la miráramos. 


-No te asustes - Decía mientras se acercaba. - somos amigos. 

-¡No se mueva majestad! - Le gritó el enano llamado Trumpkin y en ese momento el oso corrió para atacarla. 

-Aléjate de inmediato. - Dijo Susan apuntándole con su arco, yo de inmediato tome una de mis dagas, parece que no entienden que los animales ya no tienen conciencia como antes. 

-¡Dispara Susan dispara! - Oí gritar a Edmund cuando Lucy se tropezó y yo rápidamente lancé mi daga hacia el oso al mismo tiempo que una flecha le llegaba, el pelinegro volteo a verme y los demás voltearon a ver a Trumpkin que había disparado la flecha. 

-¿Por qué el oso no se detuvo? - Preguntó Susan mientras yo y Trumpkin nos acercábamos a este. 

-Creo que el hambre no lo dejó. - Respondió él. 

-O la falta de razonamiento. - Murmuré entre dientes. 


     Llegamos con el oso y Lucy, Peter la ayudó a levantarse y yo me acerqué para sacar mi daga, ¿es cruel hacerlo frente a una niña?, como sea, no voy a perder una de las dagas que me dio mi padre. 


-Era salvaje. - Dijo Edmund sorprendido.

-Creo que ya no era inteligente. - Habló Peter, por fin alguien lo comprende.

-Cuando te tratan como si fueras un animal - Comenzó a hablar el enano girándose a verme. - en eso te conviertes. - Volteo de nuevo la vista hacia el oso. - Nada es como lo recuerdan, Narnia es más salvaje. 

-Te lo dije. - Le susurré en el oído a Edmund. - Nos quedan unas horas más de sol, creo que podríamos avanzar por el bosque. - Les dije para disipar un poco el mal rato.

-Si vamos por el bosque tendrás que dejar al caballo. - Me dijo el enano como retándome. 

-Pues no es problema. - Dije acercándome al caballo que pertenecía a mi hermano. - Cuídate mucho. - Le susurré, okey estoy pasando demasiado tiempo con estos reyes. 


     Comenzamos a adentrarnos en el bosque y antes de que nos diéramos cuenta "el rey Peter" estaba encabezando nuestra marcha y dirigiéndonos. Dirigía mal a decir verdad, parecía que nos estaba llevando por lugares al azar, intenté decírselo pero me acalló y siguió caminando, yo me fui hasta el atrás con la cabeza agacha. 

     Antes de darme cuenta Edmund estaba caminando a mi lado. 


-Tranquila (T/N), es así con todos cuando quiere hacerse el líder. - No se si lo dijo tratando de excusar a su hermano o si fue para hacerme sentir mejor, sea cual sea, no funciona para ninguna. 

-Entonces al parecer siempre quiere hacerse el líder... - Dije entre dientes. - ¡Peter! - Grité para llamar su atención. Se giró a verme con mala cara así que logré mi cometido. 

Nos odiamos... ¿o no? (Edmund y tú)Las crónicas de Narnia el príncipe CaspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora