✨Capitulo extra, parte 1✨

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-Senpai-


9 años atrás.

El pequeño Izuku de 8 años pasa una noche incómoda. Se levantó temprano, La persona que le saludaba en el espejo del baño minutos más tarde, era pálida, con grandes ojeras en su rostro. La preocupación de que algo le pueda pasar a su madre mientras el duerme no lo deja descansar, así que pasa noches enteras sin dormir.

Él sabe que debe mojarse la cara con agua fría y después, sacar su uniforme de la parte inferior de la caja con su ropa.

Era demasiado temprano, antes de las ocho, así que decidió pasar a ver a su madre antes de ir a la escuela. Salió de casa y se aseguro de cerrar bien la puerta. 

El camino al hospital es tranquilo, cuando llega se dirige a la habitación de su madre. Da leves golpes a la puerta para después entrar.

—¿Mamá?...—entra por completo en a la habitación y se percata que su madre aun duerme. Se acerca con cuidado de no hacer ruido, toma asiento en un banquito cerca de la cama y toma la mano de su madre. Es aun más delgada que la última vez pero sigue siendo cálida.

—Hmm… Izuku…—Ha despertado después de sentir el tacto de su hijo

—Buenos días mamá. Perdona, no quería despertarte.

—No te preocupes hijo. —Se sentó en la cama— ¿Qué haces tan temprano aquí? ¿Ya desayunaste?

—Sí, antes de salir de casa —sonrió— oh! Toma mamá, la encontré camino al hospital—le entrego una pequeña flor

—Gracias Izuku…—se la coloco detrás de la oreja.

—Oh te ves hermosa—ambos rieron y después el lugar quedo en silencio—…¿Cómo te has sentido últimamente mamá?...

—Estoy bien Izuku…—desvió su mirada—algo cansada pero el doctor dices que es por los medicamentos, es normal—tomo entre sus manos la mano de Izuku y sonrió lo mejor que pudo—No hay nada de lo que debas preocuparte. Pero ahora dime ¿has estado durmiendo a la hora que es? Te noto algo pálido y esas ojeras, hijo…—su mirada es de preocupación.

—ah… si, solo me desvele en dos ocasiones—sonrió nervioso—Últimamente los maestros han dejado mucha tarea y las clases extracurriculares me tienen muy ocupado. Pero estoy bien madre, las vacaciones de verano se acercan y podré descansar más y visitarte todos los días—se acerco para abrazarla. Inko también lo abrazo y empezó a acariciar sus cabellos.

—Izuku no tienes que ir ya a la escuela? —Izuku se separo de ella y vio la hora en el reloj de pared que estaba frente a ellos. El reloj marca las 7:30 a.m.

Izuku no sabe como decirle a su madre que detesta ir a la escuela, no porque no le guste estudiar, si no porque sus compañeros y Katsuki se la pasan molestándolo y gastando bromas pesadas. No le dice porque sabe que se preocupara y no quiere que su madre este afligida, solo quiere que descanse y se recupere pronto.

—Si… debo irme ya madre, vendré a verte más tarde—se despido con un beso en la frente de su madre. —Nos vemos

—Cuídate hijo…—sonrió mientras agitaba su mano para despedirse.

Izuku salió del hospital y se dirigió a la escuela, cuando llegó al salón de clases ya había unos pocos alumnos entre ellos Katsuki que solo lo miraba mientras reía y susurraba algo a su amigos, Izuku ignoro esto y se dirigió a su lugar percatándose que estaba sucio, tenía envoltorios de dulces, tierra, agua derramada y rayones con plumones.

—¡Kacchan! — Izuku apretó su mochila y volteo a ver a Katsuki con furia. — Tú fuiste ¿no es así? —Ahora se arrepiente de haber gritado pues Katsuki se acerca a él con un aire a amenazador.

El intrépido gato que se enamoró Donde viven las historias. Descúbrelo ahora