Esa suave voz tuya que me roza Por favor llama mi nombre una vez más me quedo quieto bajo la fría puesta de sol, pero Caminaré hacia ti paso a paso Todavía estoy contigo
❝ Stillwith you ❞—JUNGKOOK
Izuku ha entrado a la enorme casa vacía; no se molesta en encender las luces, a oscuras camina hasta su habitación. Se apoyó contra la pared y jadeó por un poco más de aire. Su dolor de cabeza entonces comenzó a marearle.
¿Cómo puede no tener miedo? Miedo a la soledad, miedo a la decepción y miedo a caminar solo de nuevo. No debería estar acostumbrado a esto… Pero se vuelve familiar una vez más.
Izuku tomo su celular y empieza a escribir un mensaje de texto a Katsuki.
Kacchan❣️✨
¿Vendrás a casa hoy? ✓✓
tal vez podremos salir hoy. ✓✓
El clima es bueno; el cielo está despejado y las estrellas se observan mucho mejor.✓✓
Después de un rato no hay respuesta alguna. No hace mucho Katsuki empezó el segundo año en la UA. Desde que se mudo a los dormitorios a dejado de ir a visitar a Izuku, se a vuelto costumbre los mensajes llenos de escusa por parte de Bakugou.
Está demasiado cansado como para buscar algún medicamento para su malestar, cuando se acuesta en la cama, puede escuchar el sonido de un río fluyendo en su abdomen. Sabe que está acostado de lado, pero su mandíbula está casi pegada a sus rodillas. Está delgado. Es un pequeño ovillo. Este es el tiempo más largo en el que deseó que Katsuki estuviera en casa.
Es verano y el calor es insoportable aun por las noches. El sonido grave del aire acondicionado es lo único que se escucha en aquella habitación solitaria.
Se acurrucó en la cama, sus ojos estaban cubiertos con una gruesa capa de lágrimas, su mente llena de cosas y pronto se queda dormido...
. . . . . . . . . . . . .
Izuku de 13 años; estaba en su habitación terminado de ponerse su yukata. Esta realmente feliz porque fue Katsuki quien le propuso primero ir a ver los fuegos artificiales. Salió de la habitación y se coloco frente el pequeño altar de su madre.
—Mamá, mírame. Me vestí con yukata. La tía Mitsuki me lo dio para poder ir con Kacchan hoy. —sonrió y dio una última vuelta. Miro la hora en el reloj de pared en la sala. —Oh ya es hora. Me voy al festival con Kacchan. ¡Nos vemos, mamá!
En el festival
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