WARNING #1- 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐠𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬

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𝗔𝗕𝗥𝗜𝗟 2013

No sabía cuanto tiempo había pasado desde lo sucedido, sólo caminábamos y caminábamos en busca de algún lugar en done pasar la noche o algunos días, estaba agotada, y mis piernas dolían al igual que temblaban ya que constantemente perdía el balance debido a la falta de alimentación. Mi cabeza dolía y mis labios se encontraban secos, la falta de agua me mataba poco a poco, ya ni siquiera sabía cuanto mas duraría, simplemente veía ya el final acercase. Ya quedándome sin fuerzas para seguir de pie, me deslice por el tronco de un árbol quedando sentada en el pasto, ya no podía caminar mas, estaba demasiado débil y mi cabeza iba a explotar.

- Venus, no puedes rendirte ahora, veo una tienda a un par de metros, de seguro allí ha de haber algo. -Habló Andrea, se escuchaba un tono de preocupación en su voz, y claro que lo estaba, no me veía para nada bien.

- Váyanse..

- Estas loca si piensas que te dejáremos para que te coman los caminantes, anda, vamos. -Habló michonne colgando su katana en su espalda para ayudarme a levantarme, pero yo me solté de su agarré y la empujé sin ser brusca, no tenía fuerzas para serlo. - Venus..

- Déjenme, se retrasarán y dentro de poco oscurecerá.

- Venus no digas gilipolleces..

Y eso fue lo ultimo que escuché antes de ver todo negro y caer completamente desmayada, golpeando levemente mi cabeza con el tronco del árbol.

(...)

Abrí lentamente mis ojos, debido a que los rayos del sol chocaban contra toda mi cara, no sabía en donde estaba ni cuanto tiempo había estado inconsciente, sólo sabía que mi cabeza estaba doliendo como el mismísimo infierno. Abrí mis ojos por completo y comencé a visualizar mis alrededores, estaba en lo que parecía ser una tienda de víveres, ya que muchos barandales me rodeaban. A mi costado tenía mi mochila y mi arma, y mi cabeza se recostaba a una bolsa de pan, la cual era suave. No se escuchaba absolutamente nada, solo lo que parecía ser una gotera en el techo. Como pude me levanté ayudándome con los barandales, mi cabeza daba vueltas y sentía un dolor punzante en esta, no recordaba nada de lo que había pasado, solo recordaba el momento en el que mis ojos se cerraron y caí al pasto, nada más. Comencé a caminar por los pasillos en busca de Michonne o Andrea, pero no había absolutamente nadie, ¿acaso me habían abandonado? Imposible, michonne no se atrevería a una cosa así, ¿y si les pasó algo? Esas eran las preguntas que rondaban por mi cabeza. Ya hubo un momento en el que no pude más y apoyé ambos de mis brazos en uno de los mostradores para descansar un poco la cabeza. Solté un suspiro profundo. ¿Y ahora que haría? No tenía ni la mas remota idea.

- Mierda, despertaste. -Escuché una voz masculina a mis espaldas, por lo que me alerté y apunté con algo de dificultad debido a mis pocas fuerzas, a la persona de la que se trataba. - Wow, calma, soy inofensivo.

Mi rostro generó una expresión de confusión al ver que se trataba de un hombre, era asiático y con apariencia amistosa, no se veía como una amenaza, parecía todo lo contrario. Lentamente bajé mi arma, y seguido de esto solté un leve quejido debido a que mi cabeza parecía querer explotar. De inmediato perdí la fuerzas de mis piernas y caí de rodillas al piso. 

- Ey, ey, ¿estás bien? -El chico rápidamente vino hacia mi y me tomó de los hombros evitando que cayera hacia atrás y me golpeara la cabeza de nuevo, yo como pude negué ante se pregunta y solté un fuerte quejido, estaba segura de que mi cabeza estaba sangrando. - Mierda, estas hirviendo. Debo llevarte a la prision ya.

No podía decir nada, el dolor que sentía no me lo permitía, sabía que estaba jodida, quizá esta persona no era buena y me llevaría a quien sabe donde en donde me harían quien sabe que cosas, ¿pero que más podía hacer? No tenía fuerzas para nada, ni siquiera para hablar, solo me quedaba cerrar mis ojos y esperar que llegase la muerte, ya hasta me dolía mantener mis ojos abiertos. Sentí como aquel hombre me cargó y salió casi corriendo de aquel lugar.