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𝗝𝗨𝗡𝗜𝗢 2013

Me encontraba en el puesto de vigilancia, habían pasado exactamente tres meses desde que llegué a este lugar, y pues, luego de recuperarme me asignaron trabajos y vigilar las rejas es uno de ellos. Me habían dado a elegir que trabajos eran de mi preferencia y en que tiempo de el día los quería, por lo que en la mayoría de ellos me anoté para vigilar por la noche, ya que, es un ambiente mas relajado, frío y pacifico. Me encontraba acostada en el piso del puesto de vigilancia, miraba las estrellas con los binoculares que rick me había entregado antes de comenzar mi turno por la noche, era una vista espléndida, con los binoculares era capaz de verlas a la perfección.

Mi vida en estos tres meses ha sido por primera vez normal, mi relación con estas personas va relativamente bien, aunque con cierta gente tengo diferencias, daryl dixon, joder, ese tipo si que es un rompe pelotas, al principio me caía bien, pues su humor es similar al mío y eso me alegraba, pero después pasó a ser un completo patán. Rick me dijo que daryl era difícil, pero nunca pensé que tanto, joder, hasta tengo competencia.

Puse los binoculares a un lado y solté un suspiro otra de las razones por la cual había elegido mis turnos de noche, era para no tener que ir a la celda y estar cerca de aquel mini sheriff al cual no comprendo en lo absoluto. A veces es frío, a veces me toma como su peor enemiga, y hay otras veces que simplemente logra hacer que mi corazón vaya a mil por hora, y no se si es por los nervios, o por las ganas de meterle una hostia por ser tan... gilipollas. Me levanté del piso y me senté en una de las sillas que había allí, lo malo de esto era que no podía quedarme dormida, así me estuviese muriendo del sueño.

- Hey.

Escuché una voz masculina bastante reconocible a mis espaldas, ¿acaso soy maga? Ya que siempre que estoy pensando en una persona mágicamente aparece como si nada. Lo miré y simplemente hice un gesto de saludo con mi cabeza. Se me hacía raro que tráigase aquel sombrero que siempre suele traer pegado a la cabeza, nunca la había visto sin el, ni siquiera al amanecer, abría los ojos y el ya estaba con el sombrero puesto.

- Esta muy linda la noche, ya entiendo porqué tomaste este turno. -Habló para luego soltar un suspiro y sentarse en una silla a mi lado, ¿y este que? ¿Ahora que venía a hacer aquí? - Mi padre desde que llegaste sólo se la pasa hablando de ti. "Venus hizo esto" "Venus esto" "Venus lo otro", lo tienes impresionado.

No pude evitar sonreír, aquel hombre me caía muy bien, y me alegraba saber que yo también era de su agrado. Es una lastima que no sea el mismo caso con su hijo. Escuché la risa irónica de Carl, por lo que giré un poco mi cabeza y arqueé una ceja.

- ¿Que te da tanta risa? -pregunté haciéndome la curiosa girándome completamente para verlo.

- Recuerdo tu rostro ayer, parecías un tómate.- Ruedo los ojos al escuchar sus palabras, ¿en serio seguiría con eso? Aunque debo admitir que entrar al baño sin tocar y verlo a el en definitiva fue muy vergonzoso.

- Tenía calor, además. No había mucho que ver, Sr Carl. -Hablé entrecerrando los ojos y volviendo a clavar la mirada hacia el frente.

- ¿ah, no?

- No.

- Ah, pues vale. Tu cara te delataba. -Rió por última vez, y digo por última vez ya que le clavé un codazo en el brazo. - Bueno, ya paro.

El silencio se hizo presente por varios minutos, y sentía aquella intensa mirada azulada clavada en mi, claro, ahora comenzaría con su otra personalidad, amable, cariñoso y enamorado, vaya idiota. Aprovechando que el ambiente estaba tenso, decidí comenzar a joderlo un poco.

- Me he dado cuenta de las miraditas que te tira la chica esa, lizzie, creo que le gustas.

- Por favor cierra la boca. Esta loca, demente, prefiero estar con un caminante antes que con ella. -Parecía estar bastante indignado por las cosas que salieron de mi boca, lo cual me causó gracia por lo que comencé a reír.

  WARNING #1- 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐠𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora