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𝗔𝗚𝗢𝗦𝗧𝗢 2013

La joven caminaba de un lado a otro por su habitación, mientras apretaba los puños, conteniendo las ganas de golpear algo. Estaba enojada, enojada con el, su comportamiento era muy infantil, se estaba comportando como un completo idiota. Lo único que había echo por estos dos meses que habían pasado era hacerle la vida imposible.

- ¡te he dicho que no saldrás de estas putas cuatro paredes! ¡¿Comprendes?!, ¡ya estoy arto de ti, jovencita. Estoy arto de tu actitud de mierda!, ¡¿porqué no puedes agradecer todo lo que te he dado, eh?! -ella por primera vez en la vida sentía la necesidad de matarlo, hasta aquel punto de quererlo matar con sus propias manos. - ¡Mírame, te he dicho que me mires.!

Su padre la toma del rostro bruscamente y lo aprieta, haciendo que su hija suelte un quejido de dolor y comience a golpearlo torpemente en el rostro para que la suelte.

- ¡suéltame! -la joven comienza a forcejear intentando soltarse de su agarre, ya que su padre tomaba su rostro fuertemente, y gracias a esto la lastimaba. La chica muerde la mano del hombre fuertemente haciendo que este suelte un quejido de dolor.

- has sido una muy mala niña. Es hora de que aprendas una lección por las malas... -el hombre la suelta bruscamente, para después comenzar a quitarse el cinturón de su pantalón. La joven comienza a dar unos pasos atrás mientras que siente como sus ojos se cristalizaban, por primera vez en la vida sentía miedo, terror, aquel hombre había pasado de ser su padre a ser su peor pesadilla.

- aprenderás por las malas, que a papá, nunca, le debes de faltar el respeto. -habló, para después comenzar a azotarla, haciendo que la joven grite de dolor. Ella nunca pensó que llegaría a estos puntos, antes sólo la maltrataba verbalmente, pero nunca tuvo los huevos de ponerle un dedo encima, y ahora, ahora parece que no siquiera le importa que sea lo único que le quede de su familia.

Venus Intentaba cubrirse con sus manos lo mas que pudiera, pero era imposible evitar tanto dolor, era insoportable, los golpes parecían nunca acabar, cada vez eran más fuertes, la habitación se llenaba de gritos y cada vez mas agudos. Por primera vez en la vida sentía aquel sentimiento de desesperación, quería que todo acabara, lo más rápido posible, ya su garganta dolía, sus brazos, piernas, rostro, estaban completamente rojos, hasta el punto en el que sangre salía de ellos. Las lagrimas no paraban de salir suplicando que por favor no le hiciera mas daño.

- Espero que hayas aprendido, pequeña. -el hombre se acerca a ella y toma su rostro, el cual estaba empapado en lagrimas. - no llores, tranquila, debes entender que a papá no se le lleva a contraria, tuviste que aprender por las malas.

Su padre acariciaba su cabello, mientras que la joven solo sollozaba, y se quejaba gracias a las fuertes heridas que le había causado. El hombre se levanta del suelo dejando a la joven tirada en el piso.

- Descansa, mañana será un día largo, buenas noches. -Su padre le dió un beso en la frente y luego salió de la habitación apagando las luces.

La joven se levantó con dificultad del piso, fallando en algunos intentos de mantenerse al balance debido a las fuertes heridas en sus piernas que causaban que estas temblaran. Al poder mantenerse de pie se tiró en su cama a llorar desconsoladamente, no podía creer todo lo que había pasado, ella nunca se lo imaginó de esa manera, ya no lo conocía, el hombre que solía ser su padre, ahora para ella era un completo extraño.

(...)

- Ay por dios, ¿pero que te pasó? -habla la rubia llamada Andrea llegando al escritorio en donde se encontraba comiendo la peli-negra. Esta ni siquiera la gira a ver, ya que lo ultimo que quería era llevarle una palabra. - Venus.

- ¿que coño quieres? ¿Podrías dejarme comer en paz e irte de mi habitación sin un ojo morado, o quieres que te saque de mi habitación a golpes? Sabes que soy capaz -habla la joven entre dientes cerrando los puños con fuerza, la relación entre ellas iba de mal en peor, y mucho mas departe de Venus, la cual la veía como su peor enemiga. La rubia se levanta de la silla, y aparta la mirada.

- Venus, tenemos que hablar.

- ¿hablar de que? ¿de que eres una perra ofrecida? Bueno, en ese caso, te escucho. - La joven venus se dió la vuelta y se cruzó de brazos mientras hablaba con ironía, no era el mejor momento para que ella estuviese allí.

- Escúchame, ese Philip del que me contaste aquel día en el pueblo no se parecía nada al Philip que conocí cuando llegué aquí, me había enamorado, pero ahora me di cuenta de muchas cosas y vengo a disculparme por eso- Andrea se cruza de brazos y vuelve a mirar a la chica, la cual ahora se encontraba de espaldas.

- Hablas pura mierda, ¿sabes?. De todas maneras sabiendo que era mi padre traicionaste la confianza que te brindé. Así que no vengas a esta habitación haciendo el papel de la víctima.

- yo...pensaba matarlo. -habla Andrea derrepente, haciendo que la joven levante las cejas y deje caer la cuchara al tazón, haciendo que un poco de leche salpique.-yo...pensaba clavarle una navaja mientras dormía.

- ¿y porqué no lo hiciste? A esta altura, no te lo reprocharía. -la joven se queda viendo las herida de en sus manos fijamente. Andrea se acerca y se pone a su altura mirando hacia aquella misma dirección a la que venus miraba llevándose una sorpresa.

- ¿el te hizo esto, no es así? -pregunta, a lo que Venus ríe con y mete sus manos en los bolsillos de su abrigo. - hijo de puta. ¿Porqué lo hizo?

- Intenté escapar por la ventana, el entró a tiempo y me lo prohibió. El caso es que yo, no quiero seguir aquí, quiero irme, quiero volver con mi verdadera familia. Los que si hicieron algo por mí. - la joven miraba la ventana sin expresión alguna, solo recordando al grupo de la prision con nostalgia.

- Philip va a pagar, el va a pagar por lo que hizo.

- ¿porqué harías algo contra el? Te recuerdo quien tuvo la oportunidad de matarlo, y la desperdició por ser una marica. -la joven mira por ultima vez a Andrea con odio, para después agarrar su tazón de cereal y salir de su habitación, dejando a Andrea sola y pensativa.

(...)

Era la primera vez que mi padre me dejaba salir de aquel agujero, y sólo fue para ir al baño, pero en vez de ir al baño, quise aclarar mis dudas entrando a una habitación que desde hace un tiempo me generaba curiosidad. Entré a aquella habitación cerrando la puerta silenciosamente para no despertar a nadie, esta estaba oscura, por lo que comencé a buscar algún panel o linterna para encender la luz. Finalmente encuentro una linterna en lo que parecía ser un cajon, por lo que la enciendo sin pensarlo dos veces y comienzo a mirar a mis alrededores detenidamente. Era una habitación extraña, habían lo que creía que eran "cabezas de caminante" metidas en peceras, y eso ni siquiera era lo mas raro allí dentro. Habían demasiados químicos por todos lados, por lo que caminaba con cuidado intentando no llenarme de una sustancia extraña.

Comencé a escuchar fuertes gruñidos dentro de la habitación, por lo que saqué el arma que había robado de la cocina y apunté hacia donde provenían los ruidos. Comencé a acercarme lentamente para descartar la posibilidad de que se tratara de un posible caminante, y me encontré con una jaula. Siendo cuidadosa agarro uno de los bordes de la manta con dos dedos, quitándola por de un jalón, y descubriendo la jaula por completo. Al ver lo que había dentro se me heló la sangre, y mis ojos de abrieron como platos. Dentro de la jaula se encontraba una niña, una niña caminante mejor dicho, esta devoraba una rata muerta de espaldas, al parecer no se había percatado de mi presencia, por lo que decidí acercarme mas y observar con detenimiento. Llevaba cadenas atadas a sus pies, y un collar sostenido de cadenas rodeado en su cuello. Era repugnante el olor de aquella jaula, mas los fuertes gruñidos que me causaban escalofríos. Rápidamente volví a cubrir la jaula con la manta negra, y salí corriendo de aquel lugar.

(...)

en mi mente rondaban muchas preguntas, como el porqué había un caminante vivo en una jaula, y el porqué estaba en la casa de mi padre. Joder, quería saber en que asunto turbio se encontraba metido, aunque viniendo de mi padre, podía esperarme cualquier cosa.







Capitulo 7.

  WARNING #1- 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐠𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora