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𝗦𝗘𝗣𝗧𝗜𝗘𝗠𝗕𝗥𝗘 𝟮𝟬𝟭𝟯

Ya el sentimiento de inquietud me invadía, ya no quería seguir en aquel hoyo en donde tenía que estar las 24 horas del día. Lo único bueno era que mis heridas corporales estaban sanando ya dejando cicatrices y marcas, desde aquel día en el que Anthom me llevó a la enfermería de la comunidad, la doctora me recetó algunas pastillas y cremas para sanar las heridas, y gracias a eso, y el cuidado diario de Anthom, los dolores habían pasado de ser insoportables, a ser mas ligeros. Pero aunque todo estuviese mejorando, eso no me quitaba el sentimiento de inquietud. Mi padre había dejado de lastimarme, ya ni siquiera lo veía diariamente como antes, cuando solía llegar ebrio a mi habitación solo con el propósito de golpearme. El se había ido de viaje a no se donde por algunos meses, por lo que dejó todo a cargo de Merle y Joshua, uno de sus amigos mas cercanos. El asqueroso hombre que abusaba de mi raramente había desaparecido, nadie dentro de los muros sabía algo de el, y hasta este punto comenzaban a darlo por muerto, algo de lo que me sentía agradecida. El o la responsable de tantos cambios en mi vida, se merecía el cielo y lo que se encontrara mas allá.

Me encontraba en mi cita médica semanal, me alegraba saber que la doctora siempre traía buenas noticias para mi desde que todo comenzó a cambiar. Sentada en el borde de la camilla balanceaba mis pies esperando impaciénteme a que la doctora volviera de la sala de exámenes, quería saber como lo había hecho la ultima semana, el tener que beber aquellas pastillas ya me estaba cansando, odiaba que me causaran tantos mareos, aunque también era por la cantidad de medicación que tenía que tomar al día.

- Bueno niña, te tengo una buena noticia. - Al instante una sonrisa se hizo presente en mis labios, y la escuché atentamente. - Has avanzado bastante en el tratamiento, y ya no veo necesario que sigas con la medicación, estas lo suficientemente estable como para dejarla.

- Gracias al cielo, odio esas pastillas, y los mareos que me hacen tener.

- Ah, y.. acerca de los mareos. - noté como la expresión en el rostro de la mujer cambió por completo a una seria, lo cual no me daba buenas ideas. Vi como me extendió unos papeles que suponía que eran los exámenes, aunque la verdad, no entendía absolutamente nada.

- ¿Que es esto?

Mi mirada nuevamente subió hacia la doctora, la cual tenía un semblante como si no supiese que decir o como explicarme lo que sucedía, lo cual me preocupaba. Por un momento la doctora se sentó a mi lado y tomo mi mano como forma de consuelo, confundiéndome aún mas.

- Venus.. revisando los exámenes de esta tarde, pude darme cuenta que no algo no estaba bien y que los dolores no eran gran parte causado por las heridas que esa persona te provocaba. - lo que esa mujer estaba diciéndome era imposible, ¿acaso no vio cual era mi estado el primer día que pise esta enfermería? No podía ni siquiera mantenerme de pie.

- ¿Y eso que quiere decir?

- Estuviste embarazada por un mes completo, pero perdiste al bebé debido al estado tan débil y vulnerable en el que tu padre te tenía, y también gracias a las cantidades de medicación que ingerías por día, era imposible que ese bebé naciera, y si lo hacía..pues, no viviría por mucho tiempo.

En ese momento mi mente se quedó en blanco, y mi corazón comenzó a acelerarse. ¿Acaso ese hombre me había dejado embarazada? Tenía que ser el, nunca en mi vida había tenido relaciones con alguien más, y de tan solo pensar que un bebé casi nace siendo fruto de una violación, me daban ganas de vomitar. Asimilar esto era demasiado difícil y en definitiva algo de lo que tardaría en recuperarme pensando en que hubiese pasado si ese bebé hubiese nacido.

- Probablemente fue lo mejor. - Tomé aire para intentar regular mi respiración y me pase las manos por la cara. - así ese niño no hubiese tenido que crecer en un mundo como este, y menos siendo fruto de un acto tan descarado.

Aún no podía créelo, ahora todos mis mareos y vomitos tenían sentido, y yo que pensaba que era por lo que ese monstruo que llamaba papá me hacía a diario. Apoyé mis brazos en los bordes de la camilla y solté un suspiro mientras que mantenía la mirada clavada en el piso.

- Te dejo para que pienses, se que es una noticia difícil de asimilar. - La doctora me acarició el hombro y sin mas salió de la clínica dejándome a solas pensativa, pero aquello duró poco ya que escuché como tocaban la puerta de vuelta. - Pase.

De inmediato una sonrisa se hizo presente en mi rostro al levantar la mirada y encontrarme con Anthom parado en el marco de la puerta devolviéndome la sonrisa. Le hice una señal con la cabeza para que viniese a sentarse a mi lado, necesitaba su compañía.

- ¿Que tal salieron los exámenes? -Preguntó ya sentándose a mi lado.

- Salieron.. bien. Al fin me quitaron la medicación definitivamente. - Sonreí, no le contaría acerca de la otra noticia, me parecía algo bastante personal, y no estaba lista para contárselo a alguien. - ¿Y que hay de ti? ¿Lograste comunicarte con tu madre?

Su semblante no había cambiado, y eso quería decir que las noticias que me traía eran buenas.

- Si, me dijo que hablaría con su esposo acerca de sacarnos de aquí, pero.. no me aseguró nada. Sabes que ese viejo es difícil. - Anthom soltó un suspiro, al menos no eran tan malas noticias. - Venus, tu padre volverá en unos días, y lo mejor sería idear un plan para escaparnos, en caso de que mi madre no pueda hacer nada. Aún no sabemos si el volverá con malas o buenas intenciones.

El tenía razón, pero de igual manera debíamos de esperar un rato por si llegaban noticias de su madre, esa forma de salida era mas segura que un escape. Sólo asentí con la cabeza y lo miré.

- Cuando salgamos de aquí, no vamos a estar solos, iremos con aquellas personas que me ayudaron, son buena gente. -Hablé con nostalgia, me preguntaba si ellos ahora mismo tenían las esperanza de que algún día volvería, o si ya me daban por muerta.

- ¿Es una comunidad?

- Un grupo, aunque murieron varios, según lo que me contó el líder a penas ingresé. Ese hombre ha pasado por muchas cosas, y ha perdido a mucha gente querida. - Solté un suspiro, solo le quedaba carl y la bebé, y debía de cuidarlos con su vida.

- Cuando todo empezó, sólo éramos mis amigos y yo, 4 personas unidas en todo este caos, pero fueron muriendo uno por uno, hasta yo quedar solo. Tiempo después me reencontré con mi madre, pero mi padre había muerto.

- Lo siento. -Anthom también tenía una historia bastante triste, nuestro pasado traumático y las ganas de salir de este lugar eran lo único que teníamos el común.

- Ya no importa, desde pequeño estoy acostumbrado a ver gente morir por doquier.

Joder, ¿que tan jodida debía de ser tu vida como para estar acostumbrado desde pequeño a la muerte? Definitivamente su infancia no debió de ser bonita, pero el como la mayoría de la gente en este mundo tenía cosas que no quería que la gente supiera, y iba a respetar eso.

- Yo tengo que irme, recordé que tengo que ir a hacer algo. - Habló de repente como si algo muy importante le hubiese pasado por la cabeza, por lo que yo sólo asentí con la cabeza y sonreí, el era alguien con bastantes cosas que hacer, puesto que ahora que aquel hombre había desaparecido,a el lo habían puesto a cargo del grupo de búsqueda, las personas que salían a buscar provisiones.

Lo seguí con la mirada mientras que el se alejaba y salía casi corriendo, ¿así de urgente era lo que tenía que hacer?. Me recosté en la camilla y solté un suspiro, mi cabeza estaba comenzando a doler, supongo que gracias al estrés por el que estaba pasando.






Capítulo 9.

  WARNING #1- 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐠𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora