El duelo Kyber

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Ninguno de los personajes de Star Wars me pertenece. Esta es una historia alterna en el universo desarrollado por Lucas Film y no pretendo lucrar con ella.

IV. El duelo Kyber

Exegol,

4 años antes

—Este es un momento sumamente importante en tu entrenamiento, Asha Jen'ari —la voz del Emperador Palpatine resonó en lo alto de la bóveda. Para ser casi un muerto viviente, lograba hacerse escuchar sin esfuerzo, pensó la chica mientras permanecía en reverencia con una rodilla en el suelo. —El arma de un usuario de La Fuerza experimentado es, por excelencia, el sable de luz. Es hora de que consigas tu propio cristal Kyber y construyas tú misma el arma que te acompañará en tu camino.

—He esperado este momento por mucho tiempo, mi Señor. No lo defraudaré. — se levantó y observó a la figura decrépita sostenida del brazo mecánico, con cables y mangueras que alimentaban su cuerpo marchito e impedían que terminara de morir. Pocas veces era llamada a su presencia, por lo general le hablaba en su mente, recordándole que no estaba sola y que lo tenía a él para guiar su camino. Un escalofrío recorrió su columna. Estar ante él no era nada cómodo, el olor fétido que emanaba del viejo era casi disimulado por los químicos que servían de soporte vital, pero no por completo. Eso hacía que a Asha se le revolviera el estómago.

—Irás a los niveles más profundos de La Ciudadela, a las cuevas sagradas que los Sith usaban para sus rituales. Ahí encontrarás lo que buscas. La Fuerza sabrá guiarte. — el brazo mecánico lo llevó aún más cerca de ella. —Pero debo advertirte, hija mía. Los cristales Kyber son caprichosos, están arraigados en la esperanza de la Luz. No se entregarán fácilmente a un seguidor del Lado Oscuro, por lo que tendrás que doblegarlo y hacerlo sangrar para que sea tu siervo. Será una batalla difícil que tratará de hacerte dudar de tus convicciones, pero confío en que eres fuerte y podrás resistir, así como lo haces cada día en tus entrenamientos.

—Puedo hacerlo. La Fuerza me da el poder y el Lado Oscuro guía mi camino. — dijo con determinación, pero sin dejar de sentir la bilis en la boca del estómago.

Por fin, el viejo se alejó de ella.

—¡Bien! Siento tu poder, Asha Jen'ari. La Fuerza es poderosa en ti. Ahora ve, mi niña, y construye el arma que marcará un hito en tu entrenamiento.

Asha hizo una reverencia y se alejó con rapidez. Apenas pudo salir de la cámara, respiró profundamente tratando de calmar su estómago. Cuando se estabilizó, dibujó una sonrisa en su rostro. Había esperado tanto por esto. Desde hacía varios años había recibido lecciones sobre los Sables de luz, sabía todo lo necesario para construir el suyo y el diseño lo había decidido también bastante tiempo atrás. Pensó en que la próxima vez que viniera Enric Pryde, estaría orgulloso de ella. Le diría que le disparara con su blaster para que pudiera repeler el ataque con su Sable.

Mientras caminaba por los pasillos de piedra, se sentía bastante positiva. Sabía que el momento de salir y probarse como guerrera estaba cerca. Este era el primer paso. Todos los grandes Sith de la historia habían tenido un sable de luz en su vida y ahora ella tendría el suyo.

 Todos los grandes Sith de la historia habían tenido un sable de luz en su vida y ahora ella tendría el suyo

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Where The Soulmates ShatteredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora