¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
___________COMENCEMOS___________
-Entonces, ¿Te gusto lo que viste de mi reino?- Pregunto con duda Emilio, mientras se mantenía caminando al lado del castaño,osteniendo su pequeña mano. Ambos regresando de su paseo por las calles del reino del mayor.
La pequeña y tibia mano de Joaquin, hacía que su brazo hormigueara. Y esa sensación la quería sentir por siempre.
Joaquin volteó su rostro hacia el rizado y con una dulce sonrisa asintió con la cabeza, indicando que si le había gustado el paseo. En realidad, el menor estaba fascinado con el reino del moreno, se le hacía muy interesante y tenía la certeza de que escondía millones de secretos por descubrir.
El castaño no podía esperar para volver de nuevo, cuando tuviera que marcharse. Obligaría a Emilio a que le enseñara otro rincón de su reino. Y se pasara horas explicando cada cosa que el pequeño hombrecillo le había preguntado.
Emilio le devolvió la sonrisa a Joaquin, y le dió un ligero apretón a sus diminutas manos. El rizado caminaba con calma, como si nunca quisiese que este momento acabara. Necesitaba que durara por siempre. -¿Tienes hambre?- cuestionó el rizado a Joaquin.
-Oh sí, mi pancita está gruñendo. -Ok, entonces vamos... iremos a comer algo y después te mostraré una pequeña sorpresa que tengo para ti, mi dulce ángel-comentó el mayor, aún sosteniendo la mano de Joaquin y llevándolo hacia el área en donde se encontraba el comedor del palacio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Entonces volverá en un día o dos supongo?- preguntó la diosa. Mientras paseaba de un lugar a otro dentro de su habitación.
Nikolas se encontraba sentado en una pequeña y cómoda silla. El rubio estaba charlando con Deméter sobre lo que este averiguó de la escapada de Joaquin.
-Así es, según lo que me dijo ,Es totalmente probable que así pase, sabes que es muy obediente- indicó el rubio.
De la misma forma y con calma le explicó que Joaquin volvería en unos días, que no había necesidad de hacer un escándalo. Y que si quería tenerle de vuelta, debía de actuar con mesura y tranquilidad.
Deméter torció la boca en señal de disgusto, pero no le quedo de otra más que asentir ante las sugerencias de Nikolas. Sabía que su hijo era curioso y un poco rebelde por naturaleza, así que si ella le decía "NO" lo más probable era que el castaño se pusiera a sus deseos.
Debía de hacer todo lo que fuera posible para que Joaquin no tuviera la idea de quedarse con Emilio. Ella sabía perfectamente que si el menor salía del inframundo, ya jamás podría volver a él. Solo tenía que esperar a que este saliera por su propio pie. Ya después, ella se encargaría de que el dios del inframundo jamás vuelva a acercarse a su hijo.
-Entonces, solo queda esperar por él- el rubio hablo de nuevo, analizando los gestos de la diosa. Tenía un mal presentimiento de esto, el odio que la diosa le pregonaba a Emilio era demasiado como para pasarlo por largo.
Inclinando su cabeza ligeramente hacia atrás, Nikolas miró a la diosa caminar de un extremo a otro de la habitación con ojos entrecerrados.