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___________COMENCEMOS___________

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-¡Oh por todos los dioses Emilio! ¡no puedo creerlo!

Lágrimas calientes de alegría bajaban por las mejillas sonrojadas del castaño. Sus labios formando una enorme sonrisa y sus labios temblando de la emoción.

-No puedo creerlo.

-Cómo es que...- intento decir. Quien fue callando cuando Emilio beso sus mojados labios de las lágrimas.

-Esto y más te mereces mi conejito, esto y más- musitó el rizado sobre los labios de Joaquin.

El castaño salto sobre Emilio y abrazo las caderas del mismo con sus regordetas piernas. Sosteniéndose con sus manos del cuello del rizado.
Abrazándole con fuerza.

-Gracias. Gracias. Gracias. Te amo... Te amo... Gracias- musitó con apuro mientras besaba todo el rostro del mayor en agradecimiento y con alegría.

Emilio rio con alegría y respondió al abrazo de Joaquin. Dejándose hacer por el pequeño hombrecillo.
Joaquin bajo de los brazos de Emilio y comenzó a caminar, no podía creer lo que veía.

Emilio literalmente le había creado un invernadero. Un jardín para que no extrañara el de su reino. Las lágrimas siguieron fluyendo libres por sus mejillas cuando observo todo a su alrededor. Cada flor era tan colorida y hermosa, verde pasto cubriendo las áreas libres del invernadero. La estructura era de material color marfil, pero tenía enormes ventanales y su techo parecía ser de transparente vidrio.

El clima era fresco dentro del mismo. No podía sentir el calor que común mente se sentía dentro del palacio de Emilio.

Giro su rostro observando cómo las columnas de la estructura estaban cubiertas de enredaderas por todos lados y del techo de cristal colgaban grandes candelabros llenos de hermosas flores blancas. Incluso pudo ver en una esquina del recinto lo que parecía ser una ducha al aire libre. Y cerca de esta un área de descanso, con un diván blanco y cojines adornándole. No tenía palabras.
El lugar te dejaba sin respiración. Era totalmente hermoso.

-¿Te gusto?- pregunto con duda adornando su perfecto rostro.

-Lo amo, es hermoso...- le contesto Joaquin. Mientras se acercaba hacia el grandulón.

Tomando la mano del rizado,Joaquin comenzó a caminar hacia el centro del invernadero. Observo cada detalle del mismo e hizo miles de preguntas. Y por supuesto Emilio las contesto con calma.

Siguieron caminando alrededor del lugar hasta que el ojimiel dirigió sus pasos hacia donde estaba el área de pasto verde. Indicándole con la mirada a Emilio que quería sentarse sobre la superficie verde.

Emilio tomo haciendo sobre el fresco pasto y espero a que Joaquin se sentara a su lado. Pero su rostro mostró sorpresa cuando vio como el menor tomaba lugar en su regazo.

Inferno's Garden || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora