Narra la narradora:
Misa al entrar sintió como el ambiente la carcomía, el aire que respiraba se sentía muy denso, algo extraño que pasara ya que siempre dejan una ventana abierta.
Al llegar a la puerta de su habitación escuchó la voz de Ryuzaki, en otro momento seguramente ya habría entrado, pero algo le dijo que se quedara a escuchar lo que pasaba.-Sí, me siento bien... Preferiría hablar de eso en el lugar de siempre... iré de todas formas-
Ella al notar que había terminado la llamada se alejó un poco para gritar.-¡Ryuzaki! -
Grito para que saliera de la habitación.Él al abrir la puerta fue abrazado por los brazos de Misa, él no correspondió, las imágenes de los paparazzis seguían rondando en su mente. Por lo que se soltó despacio de los brazos de Misa y le dio un beso en la mejilla, después de eso se acercó a la puerta con intención de irse.
-¡Hey! ¿a dónde vas?... llegué hoy -
Dijo enojada y haciendo un pequeño berrinche.-Tengo que ir a un lado -
Dijo secamente para tomar rumbo, pero Misa volvió a interrumpir sujetando su mano.-Oye, no me dejes sola -
Dijo, sentía un mal presentimiento desde que subió al avión, y ese presentimiento la incomodaba.Pero él no hizo caso y se soltó del agarre de Misa para irse sin mirar atrás.
Ella al notar que se fue su respiración comenzó a ser más fuerte y pesada, miraba a todas las direcciones con ojos llorosos y manos temblorosas, no sabía lo que pasaba, sin quererlo se sentó en el suelo con ambas piernas juntas y la espalda recta mirando a la ventana del frente. No se podía mover.
Al girar su vista a la puerta ve como es abierta y una figura humanoide entraba por la misma, su vestimenta era totalmente negra, lo único visible eran sus ojos, unos ojos esmeraldas brillantes y escalofriantes, ella pudo visualizar un cuchillo en su mano derecha y se acercaba a paso rápido.
La persona levanta su mano con intención de atacarla pero ella al fin pudo moverse y salir de ahí y encerrarse en su habitación. Empezó a temblar involuntariamente y comenzó a hipar por las lágrimas que recorrían sus ojos, sentía el ambiente pesado, pero las gotas de lluvia que dejaba escuchar incluso con las cortinas cerradas le daba fuerzas para no caer desmayada por el susto.
Se levantó temblándole las piernas, a abrir la ventana para que el cielo gris llegara a toda la habitación. Junto sus brazos buscando reconfortarse, extrañamente lo qué pasó en esa habitación quedó en segundo plano, al salir como si nada al salón y tomar un paraguas y salir por la puerta en busca de Ryuzaki.
Al salir decidió ir a ver las cámaras de seguridad, le habían dado una llave maestra por ser ella. Algo poco profesional. Al entrar procuro cerrar la puerta, su mirada seria y carente de brillo miraba atenta los movimientos de Ryuzaki, al ver la cámara exterior pudo reconocer una limusina, la limusina de Watari.Al salir del edificio pidió un taxi y dio la dirección del edificio donde se llevó a cabo el caso "Kira", al estar fuera del edificio cruzó la puerta y se dedicó a mirar cómo el lugar estaba vacío como la mayoría de veces que ha estado aquí, subió las escaleras para llegar a la habitación donde se quedaban Light y Ryuzaki cuando estaban esposados, por el inminente silencio se escuchaban las voces de Ryuzaki y Watari claramente.
-Hoy es el día -
Se oyó decir a Watari claramente.-Lo sé... pero no pasará nada, lo
sabes -
Dijo Ryuzaki mientras comía un dulce.-Ryuzaki, ¿La Amas? -
Pregunto Watari con ambos brazos detrás de su espalda.-... No-
Pero Misa ya no pudo escuchar más al soltar un sollozo bastante fuerte que resonó haciendo eco por todo el edificio.
Ambos pudieron ver a Misa parada en la puerta de la habitación en la que se encontraban, ambos se encontraban sorprendidos por su llegada y que su conversación fuera expuesta por la principal razón de ella.
Misa al verse expuesta salió corriendo sin tener mucha idea hacia donde se dirigía, sabía que Ryuzaki era rápido y ella con zapatos altos no era de mucha ayuda, en un acto de desesperación decidió subir a la azotea independiente mente estuviera lloviendo, de seguro el pensaría que bajaría. Pero no sería el caso, Ryuzaki la seguía de cerca, guiándose por los sonidos de los tacones de Misa al tocar el suelo.
Misa al llegar a la azotea y la lluvia chocará con su cabello se acercó un poco al final de la azotea y decidió alejarse al pensar que podría caerse en cualquier momento, de la nada un sonido la desconcertó, El sonido de unas campanas, se quedó mirando a el suelo un momento hasta que sintió como la puerta de la azotea era abierta por Ryuzaki, pero no quizo ver, su concentración estaba centrada en ese sonido.
-Misa-san -
Dijo Ryuzaki desconcertado.-¿Escuchas eso? -
Pronunció Misa mirando ahora al cielo.-... ¿A qué te refieres? -
Sentenció con confusión en su voz mientras se acercaba lentamente.-Las campanas... están sonando -
Esa confesión sorprendió a Ryuzaki y rápidamente se acercó a ella con algo de pánico en su cuerpo.
-¿De verdad no me amas? -
Volvió a hablar mirándolo a los ojos sin poder descifrarse si lloraba o no.-No lo sé Misa-san... tal vez simplemente no eres la indicada-
Dijo tan desinteresado como siempre.-Te amo Ryuzaki-Chan -
Dijo Misa con una sonrisa.Antes de que él pudiera responder a su confesión el cuerpo de Misa colapsó y calló al mojado suelo, rápidamente Ryuzaki se agachó para comenzar a hacer RCP, pero al comprobar su pulso lo único que comprobó fue como su vida se iba yendo poco a poco.
Había Muerto de un paro al corazón.
Ahí estaba ella tan hermosa como siempre, él al dejar de hacer RCP se sentó a su lado para abrazar el frío cuerpo de la misma.
Tal ves si
No estuviera
Lloviendo lograría
Sentir sus
Lágrimas.