「 𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗲𝘃𝗶𝗹 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 」
A pesar de que trataron de olvidar al otro
se les hizo imposible.
Y, gracias a las vueltas de la vida,
poco a poco ambos jóvenes
dejarían de ser simples desconocidos.
❥ 𝗦𝗶𝗻 𝗲𝗱𝗶𝘁𝗮𝗿
❥ �...
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Meses antes...
El aroma a alcohol y tabaco se sentía fuertemente en el ambiente. A pesar de ser un bar caro y de categoría, contaba con varias fallas, sin embargo aquello no le importaba a Leon en absoluto. No por nada había pasado los últimos tres años visitando aquel bar, cada noche sin falta.
Luego de la tragedia de Raccoon City, Leon se veía atrapado en un oscuro agujero de traumas y pesadillas. Nada lo ayudaba. Los primeros años había intentado superarlo, creyendo que con el pasar del tiempo aquellos malos sueños se irían. Pero no, ellos seguían allí, y años después de aquel 29 de septiembre el encontró consuelo en el alcohol.
Se había vuelto un maldito adicto a las bebidas blancas, y ya no existía noche donde el alcohol no fuera su compañía antes de dormir. Su hígado pedía ayuda a gritos, pero él lo ignoraba bebiendo más de la cuenta, intentando olvidar su traumático pasado.
El blues sonaba en los parlantes, dándole aquel toque sensual al aire. El barman sirvió otra cerveza al rubio que se mantenía entretenido anotando algunas cosas, referidas a su trabajo, en una vieja agenda que solía ser de su tío.
La mujer ingresó al bar con aquel vestido negro y tacones a juego que llamó la atención de más de uno. Su espalda descubierta deja ver unos pequeños lunares en su espalda, mientras que su escote se mantenía hasta la altura del cuello, matando a todos allí por la curiosidad de saber que habría bajo ese escote.
Ella sonrió ligeramente ante la atención y desvió sus ojos, decorados con largas y oscuras pestañas, hasta cierto agente sentado sobre la barra. Lo vio solo, concentrado en sus anotaciones, y por eso decidió acercarse a él. Ella buscaba diversión para esa noche y el parecía ser el candidato perfecto.
Tomó asiento a un par de butacas alejadas de él, aún así llamó la atención del ojiazul de inmediato. El dulce perfume que Either llevaba había logrado que Leon levantara la mirada en su dirección, sorprendiendose al encontrar a tan hermosa dama. Leon había visto mujeres guapas en su vida, pero aquella muchacha se veía diferente.
Su sonrisa coqueta, su porte seguro y confiado, aquella mirada traviesa que le dirigía al barman, todo eso simplemente hizo suspirar a Leon. Observó disimuladamente su figura. Piernas largas y ejercitadas que se veían cruzadas mientras su vestido dejaba a la vista gran parte de éstas. Sus pechos se marcaban en el vestido ya que ella no llevaba sujetador, sin embargo sus pezones no eran perceptibles.
Leon se idiotizo con la idea de jugar con sus senos, chuparlos, morderlos, sin embargo aún le quedaba algo de cordura para no echarse desesperado sobre ella. Se imaginó besando esos brillosos y carnosos labios mientras ella lo montaba. Vaya queimaginación la mía, pensó el rubio.
Ella giró a verlo y no le sorprendió encontrar la mirada del agente sobre ella. Ella conocía su encanto y se aprovechaba de eso, por lo que sabía el impacto que podía llegar a tener en los hombres. Either alzó su copa en dirección al joven, acompañado de una deslumbrante sonrisa.
Sus miradas chocaron por unos instantes, mientras ambos imaginaban escenas para nada infantiles en sus mentes. Ni siquiera habían entablando una conversación y ya existía una fuerte tensión sexual entre ellos.
Es por eso que ninguno de los dos se dio cuenta en qué momento, pero ya se hallaban en el baño del bar, uniendo sus bocas con anhelo y desesperación. Leon la sostuvo de la cintura mientras la arrinconaba contra el lavamanos, impidiéndole escapar. Sus labios devoraban los de la chica, logrando que sus lenguas comenzaran una batalla que ninguna parecía querer perder.
Ella se sostuvo de los hombros del chico, una vez se hallaba sentada en el lavamanos. Él no tardó en dirigir sus manos hacia los pechos de la fémina, notando que ahora sus pezones se hallaban erectos y se notaban en la tela del vestido.
Either sonrió al ver donde se encontraba la atención del rubio. Éste le dirigió una mirada rápida, cargada de deseo, mientras sonreía victorioso.
-esto es gracias a mi?- acarició los pezones por encima de la tela, mientras susurraba aquello sobre sus labios. Ella respondió a su mirada, aleteando aquellas pestañas en su dirección. Sus labios, rojos e hinchados a causa de los besos, se entreabrieron para dar una respuesta. Aquel movimiento encendió aún más a Leon.
-ves a alguien más aquí?- su lucha de miradas era demasiado intensa. Las ganas de cogerse el uno al otro eran tan notables como el bulto en sus pantalones.
-vayamos a mi departamento- ignoró la pregunta de la chica, diciendo aquello prácticamente rogando -quiero follarte, y mucho. Pero para eso necesito un lugar mejor-
Ella rió ligeramente y se dejó cargar por él, quien la bajó del lavamanos y tomó la mano de ella para partir a su departamento, donde allí saciaron todo el deseo contenido, dándole a ambos la mejor noche de todas sus vidas.
Sin embargo lo bueno dura poco. Y qué grande fue la decepción de Leon al despertar y encontrar el otro lado de la cama vacío.