「 𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗲𝘃𝗶𝗹 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 」
A pesar de que trataron de olvidar al otro
se les hizo imposible.
Y, gracias a las vueltas de la vida,
poco a poco ambos jóvenes
dejarían de ser simples desconocidos.
❥ 𝗦𝗶𝗻 𝗲𝗱𝗶𝘁𝗮𝗿
❥ �...
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Ambos se miraron con algo de pánico. Either temía haber sido seguida por aquellos tipos de los que escapaba, mientras que Leon temía que se tratara de algún compañero laboral. Si él era descubierto con ella allí, automáticamente lo tomarían como un enemigo del estado, lo que lo condenaría de por vida.
─ocultate en la habitación─ susurró él en su oído, dándole una mirada severa. Either asintió y corrió sigilosamente hacia la habitación, cerrando la puerta con cuidado detrás de ella.
Observó la cama donde, hace meses, se hallaba con el rubio, pasando la mejor noche de toda su vida. Jamás creyó encontrar a alguien que la comprendiera tan bien sexualmente. Había química entre ellos, sus besos parecían ensayados y sus toques denotaban el gran anhelo que había por el otro. Simplemente mágico.
Se recostó con cuidado, disfrutando del aroma varonil en la almohada del agente. Aquel aroma que había quedado en su piel por varios días, al igual que las marcas que éste había dejado en diferentes partes de su cuerpo. Una idea surcó en su cabeza y, con una sonrisa maliciosa, se dirigió al baño de la habitación.
Por otro lado se hallaba Leon, quien consolaba a su amigo Nick luego de que éste último nombrado llegara que su apartamento sin siquiera avisar, con gruesas lágrimas cayendo por sus mejillas y los mocos escapándose de su nariz.
─es que no lo entiendes─ limpió su nariz con un pañuelo que Leon le había tendido ─el señor presidente me matará. Yo debia asegurarme de que no escapara, yo debia contenerla. Todo es mi culpa y él acabará conmigo─
─no lo hará...─
─si lo hará. Era mi guardia, me desconcentré por un momento y ¡Bum! Ella desapareció─ exclamó, recostando su cabeza contra el respaldar del sofá.
Leon estaba inquieto. Quería ayudar a su compañero, sí, pero había cierta chica en su cuarto que lo esperaba y que era el motivo por el que Nick ahora mismo sollozaba en su apartamento. Si alguien descubría que Either estaba allí, sería el fin de Leon.
─escucha Nick, la encontraremos, y si no lo hacemos ten por hecho que me aseguraré de que mantengas tu empleo─ Leon estaba siendo descortés por segunda vez en la noche. Empujaba suavemente a su compañero hasta la salida, en una clara señal de que quería que se vaya, pero por alguna razón no podía importarle. Su cabeza claramente estaba en otro sitio.
─juralo Leon─ pidió, una vez en el vestíbulo del edificio. Para suerte de Leon, Nick se veía con intenciones de querer marcharse a su hogar, por lo que sus nervios comenzaban a disminuir notablemente.
─lo juro, Nick─ aseguró el rubio. El último nombrado asintió, confiando en su amigo, y se despidió en un pequeño abrazo antes de dirigirse al elevador y abandonar el edificio. Leon celebró para sus adentros, ya no tendría de qué preocuparse por, al menos, un par de horas.
Ingresó al apartamento, algo extrañado de oír tanto silencio en su habitación. Literal no se percibía ningún sonido desde el interior del cuarto. Optó por investigar, y rogó para sus adentros que ella no haya decidido escapar por la ventana.
Sin dudas no se esperaba encontrarla de esa manera, pero así pasó. Either estaba cubierta con solo una toalla, con las gotas cayendo por su cuerpo, perdiéndose en la curva de sus pechos. Su cabello mojado se pegaba a las hermosas facciones de su rostro mientras que la humedad en su piel la hacia ver como si brillara bajo la luz de la luna.
Leon la observó embelesado, completamente rendido a lo que sus ojos veían. Si, la había visto desnuda antes, la mejor imagen de su vida, pero ahora, verla asi, sentía que colisionaria en cualquier momento.
─¿qué se me ve mejor, el negro o el azul?─ la chica giró a verlo, con una camiseta en cada mano. Leon abrió y cerró su boca sin saber que decir, quería reclamarle por rebuscar en su armario y tomar su ropa, pero simplemente estaba completamente idiotizado. Ella quiso reír por la cara del joven, pero sólo se encogió de hombros y volvió a darle la espalda.
Tiró la camisa azul sobre la cama y desató la toalla, dejando sus redondos glúteos y su espalda a la vista de Leon. El hombre se sintió morir, un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza mientras sentía como un bulto se acumulaba en sus pantalones.
Pronto la camisa negra cubrió su desnudez, pero ya era tarde, había desatado el lado salvaje de Leon intencionalmente, teniendo que pagar las consecuencias de sus actos.
Kennedy se aproximó a pasos rápidos tomándola de la cintura y empujándola a la cama con brusquedad. En su primer encuentro él había sido dulce y suave con sus toques, aunque siempre manteniendo la dureza de su embestidas, y ahora parecía otra persona con la lujuria apareciendo en su mirada.
Either soltó un chillido sorprendida, mientras que Leon se posicionaba sobre ella.
Una se sus manos tomó las de la joven y la posicionó sobre su cabeza. Su otra mano, la que estaba libre, descendió por el abdomen de Either hasta llegar a su feminidad, donde acarició con suavidad, logrando que ella jadeara ante el contacto de sus dedos fríos.
Se encontró con su zona húmeda, logrando que Leon sonriera pícaro, una pequeña sonrisa que nunca mostraba, pero que Either parecía ser la excusa perfecta para dejarla ver.
─Leon, por favor...─ pidió ella, tocando su brazo, acariciando con dulzura. Kennedy se vió perdido por unos instantes en ese movimiento, nunca nadie lo había tocado de una forma cariñosa. La observó a los ojos por unos segundos, aquella mirada gris que le transmitía tanto ahora se hallaba observándolo intensamente. Leon no pudo evitar inclinarse para besar sus labios. La necesitaba, necesitaba sentirla de una manera que va más allá de lo sexual.
Sus labios se rozaron en un jugueteo que a ambos les sacó una sonrisa. A pesar de toda la lujuria, en el ambiente también se sentían otras cosas, algo indescifrable para el momento. Se besaron, acariciando sus labios cariñosamente y con lentitud, parecían tener todo el tiempo del mundo. Leon se recostó sobre ella, con sus antebrazos cuidando de no aplastarla mientras sus besos continuaban.
Era extraña la conexión que había entre ambos, pero no iban a negar que les gustaba y que era lo más placentero que habían sentido jamás. Eran nuevos en eso del amor, es por eso que estaban tanteando terreno desconocido y no sabían como seguir con lo suyo.
─Leon─ lo llamó ella, interrumpiendo su beso. Él llevó sus labios a los pechos de Either, apretando y mordisqueando a su antojo. Ella se encorvo en su dirección gracias al placer y luego tomó las mejillas del rubio, obligándolo a mirarla.
─¿mhm?─
─follame, Kennedy...te necesito─ la castaña estiró su mano hasta dar con el botón del pantalón de Leon, apartandolo de un tirón y tomando su, ya erecto, miembro entre sus manos. El aire quedó atrapado en la garganta de Leon al oír aquello, su voz se oía tan dulce y serena que quiso escucharla por el resto de su vida.