El secreto del abuelo

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Si no fuese porque el día que descubrí este poder en mi interior sufrí las consecuencias una semana entera, diría que esto es un sueño, pero claramente no lo es.

Quisiera contarles a detalle como termino todo esto, aunque para que lo entiendan mejor comenzare desde el principio.

Soy Ben, un hombre adulto de 24 años, el héroe elemental de fuego, o así me llaman los noticieros y periódicos locales.

Hace un par de años era alguien normal, un joven inteligente e introvertido proveniente de la ciudad de Shentilus.

[Shentilus es una ciudad fundada aproximadamente en los años 1895, en el país Amúsona]

En ese entonces era el año 2090. La ciudad había avanzado muy favorablemente, no en tecnología, sino en arquitectura moderna, con edificios gigantes y calles anchas y extensas para el transcurso de vehículos. Aunque mi lugar favorito no era esa parte, sino unos suburbios lejos de tanto glamur y estruendo por el sonido de bocinas, maquinarias, etc. Un lugar tranquilo lleno de residencias chicas, llenas de vida, tanto vegetativa como humana. Los días que me tocaba hacer las compras me quedaba horas y horas disfrutando de paseos interminables sobre esas calles que tantos recuerdos me traían.

Yo, lastimosamente, no tenia el privilegio de vivir dentro de ese barrio. Vivía un poco mas lejos. En una cabaña con mi hermano mayor y mi hermosa madre. Claramente me agradaba el vivir ahí y disfrutar de las brisas que pasaban por el gran y verde campo, pero sentía que no era lo mismo.

-Maaaa.. ¿Haz visto mi celular?. Lo deje arriba de mi cama y ya no esta-. Salí de mi habitación en busca de dicho objeto.

-No lo se Ben, pregúntale a Jasper-. Mi madre respondió sin dejar de ver su novela favorita.

Tome mi sudadera roja y cruce la puerta trasera para salir al patio y buscar a mi hermano.

-¡Jasper!.- No logre escuchar una respuesta. -¿Donde se metió ahora ese imbécil?-. Susurre hacia mi mismo.

Pasaron unos 30 minutos hasta que lo encontré debajo de un árbol.

-Hasta que te encontré Jasper, ¿Tu tienes mi teléfono?-. Dije algo cansado después de tanto caminar.

-Ah si... Yo lo... Tengo-. Parecía estar ocupado con algo.

-¿Que estas haciendo?-. Me acerque a su lado para verlo mas de cerca.

-Te lo voy a contar, pero no se lo puedes decir a madre lo que busco. ¿Aceptas?-.  Me miro seriamente a los ojos, parecía muy decidido en lo que hacia.

-Si si obvio que acepto. ¿Qué buscas?-. Me senté al lado del hueco que cavaba Jasper con una pala.

-Estuve... toda la noche... leyendo unos libros... que encontré ayer... en la habitación de ma-. Decía entrecortado al estar cavando.

-Pero, ¿Y que hacías en la habitación de ma?-. Me pare ayudándome del árbol.

Detuvo su excavación y se agacho nuevamente para remover la tierra con las manos. -Una chaqueta que había lavando, pero eso no importa ahora. Lo que importa ahora es lo que puedo llegar a encontrar ahora-. Siguió removiendo tierra hasta encontrar una caja grande. - Ayúdame a sacarla de aquí dentro-.

Juntos logramos sacar esa caja luego de varios intentos y de mucho esfuerzo. Ambos nos sentamos muy cansados a cada lado de la esa misteriosa caja.

-Ahora si... ¿Me vas a contar... porque acabamos de sacar... esta extraña caja... que estaba casi debajo de nuestro árbol? -. Apoye mi brazo izquierdo sobre la tapa de la caja mientras hablaba entrecortado.

ShenTilus: ElementalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora