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¿Qué mierda?

— ¿Jungkook, estás bien?

No escuché ningún movimiento, solo sabía que aún seguía allí a causa de su respiración la cual resonaba en el silencioso espacio. Pronto se volvió a escuchar el sonido estruendoso de un trueno.

— ¿Jungkook?

Admito que por unos instantes mi corazón se detuvo, su silencio me estaba incomodando de una manera sorprendente, tal vez la oscuridad y el sonido de los truenos agregaba algo de tensión a la situación.

Escuché cómo se movió y un rato después la luz de mi celular dio directamente a mi cara, él dio unos cuantos pasos acercándose a mí y tocó levemente mi brazo derecho, volviendo a subir la manga y así se quedó unos tres segundos en los que yo seguía sin poder moverme. Volví a reaccionar cuando su mano tocó esta vez mi piel por la misma zona.

— Eh, ¿qué te pasa? —me separé de una manera un poco brusca.

Ocurrió un sonido y de repente todo fuera de la habitación volvió a iluminarse, él bajó la linterna del celular y encontró sus ojos con los míos, tenía en ceño fruncido, parecía que iba a llorar. Se acercó una vez más pegándome con algo de fuerza el celular en el pecho, yo atónito lo tomé antes de que este se separara, dándose la vuelta y caminando con rapidez, ¿qué fue eso?

Quise decir algo pero las palabras no querían salir. Me las arreglé para caminar tras él, aún atónito. Al llegar a la sala, iba a reclamarle su comportamiento pero ya había dejado cerrar la puerta principal en su espalda.

Quedé de pie en medio de la sala, con la televisión encendida y un mar de dudas.

Mi respiración agitada hizo presencia en la habitación una vez tomé asiento en la cama, estaba tan sofocado como quien acaba de correr un maratón, sudaba, los latidos de mi corazón iban muy rápido y mi nariz comenzó a arder cuando recordé ese algo...

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Mi respiración agitada hizo presencia en la habitación una vez tomé asiento en la cama, estaba tan sofocado como quien acaba de correr un maratón, sudaba, los latidos de mi corazón iban muy rápido y mi nariz comenzó a arder cuando recordé ese algo especial que resaltó en el sueño.

Mi corazón dolía y dolió más cuando no pude recordar con exactitud la increíble sensación que sentí al tener esa presencia cerca, me sentía feliz y triste porque no podía recordar los detalles, las lágrimas hacían un camino hasta mi barbilla. Subí mis manos para ver cómo temblaban, me había tocado, todavía siento el tacto pero no recuerdo con exactitud todo lo que me hizo sentir.

Comencé a sollozar de impotencia, ¿qué es esto que siento? No lo entiendo.

Traté de no hacer mucho ruido, no tengo ni idea de qué hora es pero puedo ver lo oscuro que está fuera y escuchar lo enojado que sigue el cielo. Mi corazón se contrae con cada respiro y sollozo, extraño esa sensación, extraño esa felicidad plena que experimenté en el sueño, extraño el rostro y el tacto pero ya no recuerdo nada.

Me cubrí con las manos el rostro y permití tratar de aliviar la frustración.

— ¿Tae? —di un brinco en mi lugar cuando escuché su voz adormilada—. ¿Estás bien? —cerró la puerta detrás suyo y se acercó para tomar asiento en la orilla de la cama—. ¿Por qué lloras?

No es la primera vez que Seokjin me ve en esta situación, lo que si es diferente es la manera en la que me siento. Nunca, nunca había experimentado este sentimiento de encierro, dolor, felicidad y nostalgia al mismo tiempo. No entiendo qué está mal, no lo sé.

— No sé Hyung. —pronuncié como pude mientras trataba de secar las lágrimas que salían sin control.

— ¿Seguro? —comenzó a sobar mi espalda mientras suspiraba.

— ¿Te desperté? —di unas cuantas respiraciones para poder calmar mi ritmo cardíaco.

— No, estaba mensajeándome con Nam cuando te escuché.

— ¿Qué hora es?

— Son casi las cuatro de la mañana. —hubo un silencio entre ambos, sentía a través de la oscuridad su típica mirada de pena, no estaba ayudando—. ¿Jungkook te hizo algo? —subí de inmediato la mirada encontrando sus ojos con los míos, Jungkook—. ¿Fue él?

Jungkook, ¿quién es Jungkook?

— ¿Quién? —Jin no respondió al instante, mi corazón nunca se detuvo del todo y podía sentirlo acelerarse nuevamente.

— Jungkook, ¿no lo recuerdas?

Jungkook, no se quién es.

— Tiene linda voz, Jungkook. —mi ceño se fruncía cada vez más, había cierta familiaridad—. Tae, ¿por qué vuelves a llorar?

Toqué mi rostro y las lágrimas volvía a salir sin control.

— Es Jungkook, el am...


Me espanté y miré a mi alrededor con rapidez, mi habitación, el despertador hacía estruendo anunciando que eran las siete de la mañana.

¿Tuve un sueño dentro de otro?

Respiré profundo calmándome y tratando de ordenar mis pensamientos. Se sintió muy real. Los pajaritos cantaban fuera de la ventana y el sol se colaba por la misma. Eso fue inusual en todo sentido.

Y Jungkook, ¿por qué no lo recordaba?

Mierda, mi cabeza comienza a doler.

Mierda, mi cabeza comienza a doler

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My mingle.  || KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora