Los días lluviosos me llenan el alma de una extraña y efímera alegría, aunque tenía otros días lluviosos en los que solo sabía llorar y luego de derramar las lágrimas me seguía el cielo.
Tuve un sueño bastante extraño.
Estaba en el último piso de un edificio, vestido con ropa de hospital, justo cuando iba a abrir la puerta para salir alguien me detiene, mi corazón se aceleró y me di la vuelta pero desperté justo antes de verle la cara, extrañamente la sensación que sentí era familiar. No es la primera vez en estos dos años que tengo sueños así, mas bien los dedos no me dan para contar las veces que ha sucedido pero, prefiero no darle mucha importancia.
Algo dentro de mí no quiere esforzarse por saber nada de lo que sucedió antes de que me despertara en aquel hospital.
Terminé de colocarme el abrigo y bajé las escaleras encontrándome de camino a la pelirroja quien antes de que yo pudiera decir algo siguió caminando pasando de mi. Me volteé a verle extrañado con su actitud pero luego recordé de la escena de ayer y solté un chasquido.
— ¿Vas a ir?
— Buenos días, amanecí bien ¿y tú? —me adentré a la cocina con suma calma viendo como el mayor rodaba los ojos—. No tengo ganas de salir. —abrí el refrigerador y tomé una botella de agua, lo cerré y me di la vuelta enfrentando a Seokjin.
— Bueno, solo preguntaba, Namjoon preguntó por ti ayer cuando llamó. —miró hacia los lados y yo le vi confuso—. Soyeon está sospechando cosas Taehyung, ¿qué le haz dicho? —fruncí el ceño y dejé la botella sobre la meseta.
— ¿Qué dices? No le he dicho nada, y de nadie. —alzó una ceja.
— Namjoon me dijo que ella piensa que no somos hermanos, se lo comentó. Dice que lo duda y no se qué, no entiendo entonces porqué lo piensa. —rodé los ojos.
— No es tan grave, ya tienes papeles y cosas, no es como que ella fuera muy importante para aclararle cosas de tu vida. —tomé de vuelta la botella e iba a salir pero este me tomó el brazo.
— Soyeon se crio conmigo desde pequeña, nunca le mencioné un hermano hasta hace un mes cuando vino y te vio, esto no es un juego Tae, no puedes mencionarle nada de esto a nadie, ¿entiendes? —siempre era la misma conversación. Me zafé con algo de fuerza de su agarre y me volteé para verle desafiante.
— Te recuerdo que el único que tiene para perder entre los dos eres tú. No espero que eso haya sido una amenaza porque si a eso vamos permíteme refrescarte la memoria Kim, tu papá me atropelló y me dejó serios daños. —la mirada de este flaqueo y hasta yo sentí mi corazón contraerse, ¿por qué me había puesto de repente a la defensiva?—. A parte, me has ayudado estos dos años, no tengo cómo pagarte, no haría una estupidez como delatarte. —suavice la situación y me di la vuelta para salir a tomar aire.
Maldita sea, este mes he tenido los sentimientos a flor de piel, ¿serán mis recuerdos los que me tienen con esta actitud? No es tan cómodo sentirme extrañamente impotente.
¿Habré escapado de casa? ¿Por qué no puedo recordar a mis familiares?
Maldita sea.
Tomé mi rostro en manos, me he estado sintiendo ansioso. Encima de mi el nublado cielo rugió, avisando que estaba por desahogarse pronto. A mi alrededor no había nada más que pasto y arboles bien cuidados, dije que no tenía ánimos para salir, pero aquí estoy.
Me volví a poner de pie viendo cómo el cielo se nublaba cada vez más, Seokjin dijo que aquella noche llovía. ¿Qué hacía yo en medio de la carretera?
Di un suspiro cansado mientras me preguntaba inútilmente cosas que ya me he preguntado unas miles de veces. Volví a seguir el silencioso y tranquilo camino de vuelta. He olvidado eventualmente casi todos los sueños que he tenido, luego de unos meses de una leve terapia no volví al hospital, Seokjin tampoco me ha dejado ir, sé que muy en el fondo tiene miedo de que todo se descubra y salga a la luz el accidente con un menor de edad involucrado.
Esa noche casi muero y a veces me pregunto si no fue más fácil el haber muerto, ¿antes de perder la memoria lo habré pensado, o mi vida era tan buena como para nunca haberlo hecho?
Llevaba conmigo una identificación de menor que Seokjin tomó y quemó la misma noche, luego de registrarme como su hermano menor, dijo que había tenido un accidente con un auto que se dio a la fuga y para hacerlo más creíble dio un número de matrícula en el hospital, la policía investigó los primeros meses y luego nunca más volvieron a llamar referente al tema, extrañamente me sentí sólo cuando dejaron de investigar, tal vez así como no quiero saber nada otra parte de mi quiere ser encontrado. Esta liga de emociones desconocidas me aturde un poco.
No fue difícil convencer a los cercanos de que éramos hermanos porque la madre de Seokjin le abandonó cuando era pequeño, este dijo que yo era hijo de la dichosa mujer y que esta había muerto, por eso él se haría cargo de mi desde entonces. Duré un mes acostumbrándome al hecho de llamarle hermano, él claramente no me dijo la verdad sino hasta después del mes, no le creí al principio, pero entonces los sueños extraños que había tenido tomaban sentido. Lamentablemente ese día su compañero de trabajo Kim Namjoon escuchó todo y estuvo a punto de ir a la policía, no fue porque si declaraba en el mejor de los casos Seokjin iba a quedar como cómplice de intento de homicidio e iba a ir a la cárcel. Fue mucha información para procesar, pero ya ha pasado mucho tiempo desde entonces.
Creo que es la primera vez que salgo de casa sin importarme tardar en llegar. Seokjin se convirtió en un apoyo para mí, en todos los sentidos, para mi ya era como mi verdadero hermano.
Abrí la puerta justo cuando comenzó a lloviznar.
— ¡Feliz cumpleaños! —mi corazón latió con rapidez al ver un rostro en particular dentro de tantas personas, ¿qué demonios?—. ¡Felices 21 Kim Taehyung!
Comencé a hiperventilar mientras sentía como mi corazón se encogía, creí haber visto un rostro conocido.
— ¿Tae? —Soyeon se acercó a mi algo preocupada, ¿dónde estaba Seokjin, qué es esto?—. ¿Estás bien? —reaccioné cuando me tocó el brazo, los gritos habían cesado y consigo se tranquilizó mi ritmo cardíaco. Volví a dar una ojeada alrededor, ¿dónde está esa persona? Seguí viendo a mi alrededor cuando Namjoon se detuvo frente a mi viéndome con cierta preocupación.
— ¿Todo bien Taehyung? —negué levemente.
— Seokjin, ¿dónde está? —este asintió he hizo una seña para que los desconocidos nos dejaran pasar mientras nos movíamos, ¿de dónde salió tanta gente?
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