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— ¿Qué estás diciendo? —soltó una risa nerviosa. Baje la mirada al frío asfalto. Debo de estar confundiendo las cosas, ¿no?

— C-creo que... no entiendo lo que me has dicho. —rápidamente limpié mi rostro—. Ni siquiera sé lo que yo mismo acabo de decir. —me sentía acorralado, nunca en estos dos años había tenido ese sentimiento tan sofocante. Me puse de pie como pude y me di la vuelta comenzando a caminar. Estoy aturdido.

— Eh, ¿a dónde vas? —me tomó de el brazo. Su nariz y ojos estaban rojos, el resto de su cara pálida—. No hemos terminado de hablar. —¿me he olvidado de tu rostro? Siento que nunca en la vida te había visto—. T-tengo algo que mostrarte, solo dame unos segundos por favor.

No supe responder, mi cabeza estada dando vueltas. Sentía mucho frío al pasar los minutos, mis pensamientos me están agotando con rapidez.

— ¿Podemos ir a casa? —este subió inmediatamente la mirada de su celular, viéndome algo sorprendido—. Tengo mucho frío. —asintió.


No hablamos ni siquiera cuando me siguió hasta mi habitación donde me lancé a la cama y me escondí entre la colcha. Él estaba sentado en mi silla giratoria mientras seguía haciendo algo con su celular. Seokjin no estaba aún y no sentí a Soyeon en ninguna parte, eran cerca de las ocho y media de la noche.

— Tengo sueño. —este volvió a subir la mirada hacia mi.

— Dame unos minutos, estoy buscando algo que necesito que veas. —siguió en lo suyo mientras yo lo miraba un rato.

¿Entonces el chico de la cuenta de Facebook era él? Por eso se me hizo familiar, ya lo había visto. Pero de todas formas tenía un peinado diferente y con todo el filtro no se parecía del todo...

¿En serio sabe quién soy?

Su rostro cambiaba de iluminación gracias a la pantalla de su celular, tenía en ceño ligeramente fruncido y parecía estar buscando algo con urgencia.

— ¿Qué buscas? —mi voz salió en un hilo, me sentía agitado, abatido, cansado. Este no me respondió ni me miró, ¿no escuchó mi pregunta?

En medio de aquel silencio traté de grabar cada esquina de su rostro, quería sentir algo al verlo, estaba curioso y ansioso, necesitaba encontrarle respuestas a este vacío que tengo dentro, no es que quiera cambiar mi forma de vivir, es simplemente que nunca me he sentido plenamente bien sabiendo que no conozco cosas de mí que se supone que en un momento fueron importantes.


Abrí los ojos de repente, el sudor corría por mi cuello, mi cuerpo ardía, miré varias veces a mi alrededor y me detuve cuando le vi observando el techo. Sentí algo, sentí una presión en el pecho que no me dejó moverme, me comencé a sentir mal, mis ojos ardieron por lo que tuve que cerrarlos, ¿por qué me duele?

— ¿Te despertaste? —asentí sin abrir los ojos y cubriéndome con la colcha, tenía demasiado calor pero mi repentino comportamiento me dio vergüenza, ¿por qué estoy llorando? creo que en cierto punto escuché la melodía de aquella canción—. No pude encontrar la foto que estaba buscando pero era una foto que tenía de tus lunares del brazo. —me espanté cuando haló la colcha—. Estás rojo, no dormiste mucho, ¿te sientes bien?

¿Qué es esto, por qué mi corazón no se detiene?

— Bueno, el punto es que creí que sería una buena prueba para que veas lo que te estoy diciendo, pero tengo las imágenes en la computadora. Tengo muuuchas, muchas fotos. —volvió a su lugar, mirándome—. Tuyas.

Mías. Fotos mías, ¿mías?

— No me mires así. Me gusta la fotografía. —resopló—. Es lo que íbamos a estudiar en la universidad. —volvió a centrarse en el techo—. Pero enfermaste justo antes de los exámenes de admisión y te quedaste un tiempo en el hospital.. yo.. —pareció trabarse—. ¿Está bien que te diga todo esto?

— No lo sé. —se enderezó en su asiento.

— ¿En serio no recuerdas nada? —fruncí la mirada e igual tomé asiento.

— No sé ni cuál es mi verdadera fecha de nacimiento. —él alzó una ceja.

— ¿No celebras tu cumpleaños? —asentí.

— Si lo hago, los 13 de junio.

— ¿Por qué?

— Porque es el día en el que Seokjin me encontró.

— ¿Cuándo?

— Hacen dos años. —su mirada comenzó a escrutarme con desesperación.

— ¿Qué te pasó, alguien te hizo algo, por qué no recuerdas nada?

— ¿Podrías por favor dejar de hacerme preguntas? —me puse de pie y me dirigí al baño—. No me estoy sintiendo bien.

— Disculpa pero.. —tomó mi brazo haciéndome dar la vuelta—. Estás ardiendo. —rodé los ojos.

— Te he dicho que no me siento bien. —me safé de su agarre y cuando iba a abrir la puerta este la empujó volviéndola a cerrar.

— Tu cumpleaños es el 30 de Diciembre.

Tuve miedo, tuve mucho miedo en ese justo momento. Ese exacto momento en el que tuve una pequeña vista de lo que eran los treinta de diciembre de los tiempos que no recuerdo, todo pasó rápido. Pasó tan rápido que lo único que pude apreciar con claridad fue una sonrisa inocente y una lápida.

Estaba en un lugar frío.

Estaba en un lugar frío

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My mingle.  || KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora