Aún lo recuerdo, supe que iba a ser mi perdición en cuanto sus pies tocaran el suelo de mi pequeño apartamento.
Aún recuerdo su cálido tacto disfrazado de chico rudo y rebelde.
Aún recuerdo su físico, el cual yo encontraba hermoso en todos los sent...
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17 de Enero 2015.
Había pasado una semana y Lina tenía a aquel hombre dentro de su apartamento. Aún se preguntaba cómo es que ella misma se había convencido de dejarlo entrar y quedarse allí, realmente debia estar loca.
El alto salía por las noches y llegaba por las mañanas con algo para el almuerzo y compraba despensa para el día. Ciertamente, para ella era alguien muy misterioso, ni siquiera su nombre sabía, pero allí lo tenía, durmiendo en el sofá de su sala a petición de él, por suerte llevaba ropa diferente cada día y parecía que se duchaba fuera del apartamento.
Lo bueno de todo, y aunque no hablarán, era que tenía beneficios económicos. Aunque no sé consideraba ambiciosa, le alegraba.
"Dylan" dijo aquel hombre. Lina se exaltó al escuchar su voz, muy gruesa a su gusto, al momento llevo su mirada hacia aquel hombre, él la veía fijamente, pensó en lo escalofriante que fue esa mirada.
"¿Perdona?" Pregunto de vuelta. "Mi nombre es Dylan, ¿Que no oyes bien?" Soltó con brusquedad, a lo que la joven quedó sorprendida y con una papita a medio camino hacia su boca.
"Disculpa, no había entendido, además, no es como que hablemos mucho, ni el sonido de tu voz reconozco, es normal que me sorprenda ¿O que esperabas?" Trato de sonar lo menos enojada posible, pero aquel tipo alto solo rodo los ojos.
"Por más extraño que te parezca está es mi voz, si no te gusta, puedes irte, y sí te estoy echando de tu propia casa, así que piensa mejor las cosas antes de gritarme. Ahora quiero un favor tuyo, y no esperes a que te sea recompensado, porque ya cargo con muchos problemas, como para cargar también con tu insistencia, ¿Entendiste?" Carraspeó, su garganta estaba seca y su corazón palpitante, nunca pensó que conocería al un tipo que parece sicario y con una voz escalofriante. Pero a pesar del miedo y los nervios, asintio a forma de respuesta hacia aquel hombre.
"Bien, está noche saldremos, así que duerme o lo que sea, porque no sostendré tu cuerpo para que puedas descansar, tendrás suerte si no sales adolorida" sorprendida, es poco para expresar lo que sintió, ¿Acaso la iba a prostituir a cambio de dejarlo quedarse en el sofa de su apartamento? Estaba loco si creía que haría eso con ella.
"A ver grandulon, ¿Quien te crees para hacerme esto? Primero entras a mi casa como si fueras alguien súper importante. Y segundo, ¿Por qué me prostituiria para ayudarte? Quien debería hacer eso soy yo" esto último lo dijo en un susurro, pero para su mala suerte Dylan la escucho.
La tomo por la solapa de su abrigo y la estampó en la pared de la sala. " Eres idiota ¿O que? No soy un degenerado para hacer eso, simplemente quiero que me acompañes, y con adolorida me refiero a..." Pero callo al escuchar el click de un arma al ser quitado el seguro. "Escondete" demandó el alto, inmediatamente Lina salto hacia el otro lado del sofá y se agachó, pero logro ver cómo el alto sacaba un arma de su gabardina negra y escucho el seguro ser quitado.
Mientras tanto el alto se acercaba a la puerta a paso lento, sin hacer mucho ruido la abrió y apunto hacia afuera con la intención de disparar si era necesario.
Lina solo pudo escuchar como dos disparos eran emitidos a la misma vez. Por suerte, nadie salió herido.
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