RECUERDO IV

4 2 0
                                    

20 de Septiembre 2015

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

20 de Septiembre 2015.

Por suerte o desgracia, aún no lo sabia, Dylan no recibió una noche apasionada días atrás, lo único que recibió fue un beso tosco que hizo que terminara con el labio superior roto, aún dolía, pero cada cosa que pasaba con aquella joven bajita, sólo hacia que sus sentimientos fueran creciendo cada vez más y que el se asombrará de que ella mostraba ser, al fin, una fiera enjaulada. Sabía que faltaba poco para que se liberara, pero eso no importaba, al menos ya no.

Esa noche decidió salir sin "Astrid" , y dejar de lado, por un día su trabajo e invito a Lina a pasar un buen rato en un restaurante familiar, a lo que Lina accedió. Quizás no fue la mejor idea, lo sabia, pero Lina quería que, de algún modo, el hombre alto le compensará o en el peor de los casos se disculpará, por lastimar su cuerpo al estamparla contra aquella dura pared. Recordó que él le había dicho que no compensaba nada, pero allí estaban en medio de una cena que para nada parecía incómoda. Al menos no para la joven dama.

Una vez más encontró al alto mirándola, sus ojos lucían con un brillo que jamás, en el tiempo que llevaban juntos, había visto.
Mientras él la veía, Lina comenzó a sentir algo en su estómago, mentiría si dijera que la comida que ingirió le había caído bien y que tenía indigestión. Sabía que eran, "Malditas mariposas estomacales."

Al fin, salieron de aquel lugar tan acogedor y regresaron a su apartamento, Lina lucía cansada, pues había trabajado mucho ese día y sumando el tiempo de la cena, se encontraba más que rendida, así que con solo poner un pie dentro del piso fue corriendo a su habitación y se tiró boca abajo en su cama, abrazo una almohada y allí sin cambiar su ropa por un pijama caliente, durmió.

Con lo que no contaba era con que el más alto entrara, cambiará su ropa y la pusiera bajo la manta acolchada que la cubría del frío todas las noches "Como quisiera ser yo el que te cubra del frío por las noches" pensó él con una sonrisa boba ¿Desde cuándo la bestia sonreía así? Fue hace mucho tiempo y justo ahora regresaba esa sonrisa que lo hacía ver más guapo de lo que ya era.

Observo un poco más a la bajita y suspiro, "¿Acaso la reencarnación existía?" Pregunto en su mente, porque si así era, Bea había regresado, así tomado para ella, el cuerpo de Lina. La recordaba así de berrinchuda, así de bajita, así de tímida, en pocas palabras, todo en Lina le recordaba a Bea, su primer amor.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SOLO RECUERDOS (historia corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora