~17~
.
.
.
Colgó la llamada, miré el teléfono y lo dejé sobre la mesa. ¿Estaba hablando con Mateo? Comenzaron a escucharse pasos en el pasillo. Rapidamente bajé de la cama y volví a sentarme delante del ventanal. La puerta fue abierta, pero ni siquiera me di la vuelta. Ví sus piernas junto a las mías y sus brazos alrededor de mi cintura.
- Te estaban llamando - Le dije mientras metía una de las gomitas a mi boca.
- ¿Ah sí? - Me respondió dando un beso en mi mejilla.
- Sí - Me giré levemente hacia el - Quiero que respondas a mis preguntas.
- ¿Quieres? - Volvió a responderme con una pregunta susurrando a mi odio
- Si, eso quiero, papi. - Mierda.
- ¿Sabes que debes hacer, no, bebé? - Me dijo dandome media vuelta quedando de frente a el.
Me miraba con ternura como siempre, lo había hecho, pero... aun recuerdo cuando en esa mirada cambió algo.
- - -
- No, sueltenme - Me quejaba entre risas mientras era levantada por Iker y Mateo.
- No, te vamos a castigar por ser mala niña - Me dijo Mateo lanzandome a la cama al igual que Iker.
Se acostaron junto a mi y comenzaron a hacerme cosquillas por todos lados. No podía verme pero estaba segura de que mi rostro estaba completamente rojo de tanto reír.
- Ya... Po-por favor, paren - Comenzaron a escaparse varias lágrimas de mis ojos debido a la risa.
Ambos se miraron y se acostaron junto a mi, me acomodé junto a Mateo pero el se levantó rápidamente por llamado de mi madre.
Suspiré y me quedé mirando al techo, mi vista fue cubierta por el rostro de Iker.
- Quítate - Me quejé riendo levemente y moviendo su rostro a un lado.
Agarró mi muñeca y levantó mis brazos por encima de mi cabeza. Una sonrisa extraña se veía en su rostro, y la ternura que veía en su rostro se convirtió en perversión.
- ¿Iker, qué haces? - Sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
- Nada... solo quiero probarte un poco - Paso su lengua desde mi clavícula hasta el lóbulo de mi oreja derecha. Su brazo cruzó por debajo de mi, por lo que me apegó a el - ¿Te he dicho lo mucho que me encantas? - Susurró a mi oído.
Yo no podía moverme, mi cuerpo no reaccionaba ante tal situación, aunque bueno, que iba a hacer una niña de 13 años contra alguien como el? ¿Mi única salida? Gritar, pero no podía decir nada.
- ¡Iker! - Gritaron desde fuera de la habitación.
Iker me miró y sonrió para terminar por dar un beso en mi frente como era costumbre y luego irse.

ESTÁS LEYENDO
˗ˏˋ • 𝕭𝖊𝖇𝖎𝖙𝖆 ࿔*:・゚🎀
Romans- Todo es un juego, un pequeño juego de la vida que puede cambiar todo. Y no, no hablo solo por dinero, hablo de tu vida, donde si apuestas pierdes... o haces perder. - ¿Y yo... hago perder? - Puedes perder, perderte, y tal vez... solo tal vez, ha...