Un juego peligroso.

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~16~

Rose:

-¡Rosa, ven un momento!

Dejé el lápiz y mi muñeca de porcelana sobre el escritorio y salí de mi habitación. Me acerqué a la sala de estar y vi un paquete de cartas sobre la pequeña mesa.

- ¿Qué sucede, papá? - le dije mientras me acercaba.

- Venga, te voy a enseñar a jugar un poco - me dijo alegremente.

Aprovecharía que estaba de buen humor, no siempre era así.

- Ah, está bien - Mis pequeños pies se movieron rápidamente por el suelo hasta llegar a el.

- Siéntate - se hizo a un lado dándome un espacio junto a el.

- Bien.

Comenzó a mover las cartas en sus manos, y las colocó ordenadamente sobre la mesa.

- Todo es un juego, un pequeño juego que puede cambiar toda tu vida. Y no, no hablo solo por dinero, hablo de tu vida, donde si apuestas pierdes... o haces perder.

- ¿Y yo... qué hago? - mi mente inocente aun no entendía a lo que el se refería. Tenía diez años, ¿como iba a entender a esa edad?

- Puedes perder, perderte, y tal vez... solo tal vez, hacer perder - Hizo una pequeña pausa - Nadie gana.

- No entiendo...

- Ya lo verás. - dijo mi madre entrando a la sala y sentándose en un sofá individual delante de nosotros. - En la mayoría de los casos... las mujeres se pierden.

- Los hombres tan solo pierden o hacen perder.

- Y en pareja, pueden perder o hacer perder - dijeron los dos al unísono.

- Esto... aun no entiendo - les dije.

Mi papá sacó dos cartas más, ambas tenían una rosa, solo que, una de estas era una rosa roja y la otra era una rosa negra.

- Toma - Me dio la rosa roja. La agarré - Tu eres la roja.

- Toma - Mi mamá me dio un cinco de diamantes y a mi padre, un ocho de diamantes.

Cada uno tenía dos cartas.

- Tengo una carta más alta, y estabas al límite. - Me quitó la carta de la rosa roja y me dio la negra - Te pierdes.

Mi mamá agarro la rosa roja y tomó una carta menor a la mía.

- Tengo una carta menor a la tuya. Eres mejor jugador y aposté algo valioso porque estaba al límite - Me dio la rosa roja y tomó la negra. - Haces perder.

Mi mamá me sentó en el sofá individual y se sentó junto a mi padre. Ambos me dieron las dos cartas y una carta más baja a la de ellos.

- ¿Me pierdo? - Les dije mientras los miraba confundida.

- Eso lo decide la pareja. Nosotros queremos que simplemente pierdas - Sonó el timbre y me respondieron antes de abrir la puerta - No queremos que te pierdas - hizo una pequeña pausa - Trata de nunca perderte. - Eso fue lo último que me dijo mi madre estando serena, oh bueno, en mucho tiempo fue una de las únicas veces en las que la mirada serena, a ella y a mi padre.

˗ˏˋ • 𝕭𝖊𝖇𝖎𝖙𝖆 ࿔*:・゚🎀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora