La bañera

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Al despertar, Tn miró que aún seguía en el mismo lugar que el día de la fiesta.

Está vez ni se inmutó. Se dio la vuelta en la cama, y se arropó más aún.

Pensó en George.

El pelirrojo que la dejaba sin aliento. Que la estaba enamorando cada día más inconscientemente.

Se abrazó oliendo el perfume que él había dejado en la cama, y sonrió.

Recordó su tacto en todas partes, sus suaves labios besando cada parte de su ser, su penetrante mirada sobre ella.

Como ahora, su mirada estaba sobre ella.

Tn cerró los ojos, y al darse cuenta, los volvió a abrir. George estaba delante de ella, con una toalla sobre su cintura, mirando su ropa del armario.

Él se giraba de vez en cuando para mirarla. Y sonrió al verla oler las sábanas y abrazarse a sí misma.

Tn admiró los músculos del pelirrojo, se notaba un chico de hacer ejercicio físico.

George se dio la vuelta aún sin darse cuenta de que ella seguía mirándolo, y Tn miraba con especial atención al muchacho. ¡Por Merlín! A ese hombre lo había esculpido el mismo Zeus.

Lo mejor de todo, ese hombretón le había quitado la virginidad, y le había hecho el amor dos veces. No recordaba haberlo visto tan bien cuando lo hacían, pero era por la oscuridad de la noche. Sólo podía apreciar sus facciones de la cara con la luz de la luna.

El teléfono de la mesita de noche sonó, George se acercó aún con la camiseta medio puesta. Tn se arropó hasta la cara, esperando no haber sido atrapada.

- Hey Fred, ¿pasa algo? - preguntó. - ¿Para qué? Ayer te dije que tomaría día libre. Yo ya te di los tuyos para estar con Angie, y no me quejé...... ¿Qué? Ah no, sabes que Ron puede ayudarte...... Pues si él está ayudando a Harry en su misión, llama a Charlie por ejemplo, o a Bill o Percy....... Estoy enfermo. De hecho, ayer se me cargó el brazo cuando llevaba unas cajas...... ¡Claro que llevé cajas!.... No, no hace falta que vaya a San Mugo, tengo una enfermera para mí.

- Yo no.... - George metió un dedo en la boca de la chica para hacerla callar. Lo movió por la lengua de ella haciendo que ella lo chupara, lo que parecía bastante sensual.

- Sí claro. Me vestiré enseguida e iré, pero no te creas que estaré mucho. Te ayudaré con el barullo. - y colgó - Algunas veces lo odio - murmuró. Se giró, quitó su dedo de la boca de ella y le sonrió - Buenos días princ..... - vio que la chica estaba roja y respiraba con dificultad - ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? - preguntó preocupado.

- ¡No! Lo siento, he visto algo demasiado perfecto - empezó a explicar Tn nerviosa y sin pensar mucho - Osea, no estoy acostumbrada a ver cosas perfectas. Entiéndelo, sólo llevamos dos días juntos, pero hoy te he podido ver en las mejores condiciones posibles que me acaban de mojar y... - la chica tragó saliva, cogió aire, y su mente despertó dándose cuenta de lo que acababa de decir - ¿He dicho eso en voz alta? ¿Acaso estoy loca? Lo siento

Dio una pequeña sonrisa nerviosa, y George soltó una sonora carcajada.

- ¿Estás diciendo que te gusta lo que ves? - se giró un poco dando mejores vistas a la chica.

Ella abrió los ojos y le dio un repaso al chico, amaba lo que veía. Incluso tenía ganas de ser ella misma la que le hiciera el amor en ese mismo momento.

George soltó otra sonora carcajada, y Tn se tapó con las sábanas para que no viera su cara. Sacó un poco su cabeza de entre las sábanas y lo miró mordiéndose el labio.

George echó un mechón de ella detrás de su oreja, bajó la mano hasta su mejilla, la acarició y besó sus labios tiernamente.

Ella casi se desmaya. Esos besos que él le daba, quería que fueran para siempre.

En poco tiempo acercó su otra mano a su otra mejilla. Ella iba hacia atrás, quedándose tumbada en el cómodo colchón mientras él seguía besándola.

- Me siento fatal dejándote otro día sola. Pedí día libre, pero al parecer mi hermano no lo entiende. Intentaré venir lo más rápido posible para estar a tu disposición.

Ella asintió, mirándolo con cautela. Amaba todo de él en ese momento. Incluso que no tuviera una oreja, aún se le hacía completamente un Dios Griego.

Se levantó y fue en dirección al baño.

- ¡Señor Weasley! - llamó ella. George dio la vuelta irritado. Tn se dio cuenta y se corrigió - George.

La expresión de él se ablandó. Tn se levantó de la cama, se puso la manta sobre ella y se acercó a él lentamente.

- ¿Cuánto más tengo que estar encerrada? ¿Por qué yo tengo que estar encerrada?

- Te lo explicaré todo pronto. Ahora he de irme. - George besó la frente de ella y se metió en el baño a cambiarse.

Tn suspiró y volvió a la cama.

George se cambió enseguida. Salió, besó el pelo de la chica y se fue.

Tn volvió a suspirar, esta vez, frustrada.

Ya habían pasado cinco días desde su estancia en la suite. Y todas las noches, él la "forzaba" a hacer el amor.

Por fuera se negaba a otra noche más. Pero por dentro, pedía mucho más. Sobretodo desde el momento de la ducha.

Tenía una lucha interna con su cerebro y su corazón. Y tenía que decidir.

Sí que George se lo ponía difícil.

Era tierno cuando no hacían el amor y estaban juntos. En esos pocos minutos. Pero también era algo rudo y salvaje haciendo el amor.

Pero en algún momento esto tendría que parar, y ella decidir.

Prisoner Of Your Heart (George W.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora