Prisoner Of Your Heart (George W.)

La fiesta

Tn iba arreglada con una blusa y una falda, parecía una griega. Una diosa griega a los ojos de todos lo hombres.

Entró al hotel donde iba a celebrarse el cumpleaños de su amiga Luna Lovegood. Era especial por ser su veinte cumpleaños. Una ocasión especial para ella porque a esa edad, sus padres se casaron, y lo iba a celebrar a lo grande.

En sus manos llevaba sus regalos, y los dejó donde el encargado le dijo. Miró las parejas bailando y sonrió apenada al no tener ella con quién bailar así.

Giró y encontró a dos hombres vestido de negro.

- Señorita, debe acompañarnos - dijo el moreno.

Tn miró a ambos confusa.

- Es importante - dijo el otro castaño.

Los dos cogieron a la chica, y sin dejarla ni quejarse, la llevaron hasta el ascensor.

Cuando el ascensor volvió a abrirse en uno de los pisos más altos, la llevaron hasta la habitación del fondo. Era una suite de las más caras que se podían ver en la ciudad de Londres.

- Él debe haber esperado por mucho tiempo - le dijo el moreno al otro.

- ¡Eh! Me parece que no estoy enterada de todo - se quejó la muchacha

- Eres la que él quiere realmente - informó el otro

- ¿Quién? - preguntó ella confusa - Me parece que os habéis confundido. Y mucho. Yo no soy la que pensáis.

- No te preocupes bonita, estamos en todo lo cierto - sonrió el moreno.

Entraron a la suite, y al frente, mirando por la ventana, había un hombre alto, pelirrojo, se arreglaba el reloj de su mano. Al escuchar el sonido de la puerta, se giró mirando a los tres serio.

- ¿Qué pasa Weasley? - preguntó el castaño burlón

- Tío, te hemos traído un regalo. Es toda tuya - la chica abrió los ojos sorprendida ante lo que ambos decían. Que ella supiera, no se había ofrecido nunca a nada, menos con los hombres. Pero era algo tarde para patear e intentar salir corriendo.

El pelirrojo sonrió a sus amigos, y Tn se quedó prendada en esa bonita sonrisa - No sabía que me ibais a regalar algo. Menos una chica tan bonita. Gracias Lee, y a tí Oliver. Pero acepto el regalo sin ninguna queja.

- El primer regalo que le gusta sin ninguna pega - se burló el moreno, Lee.

- ¡Ey! - se quejó la chica - No soy ningún regalo. Menos para desconocidos

Los tres ignoraban a la chica. Bueno, el pelirrojo miraba a la chica sonriendo, pero le hacía caso a sus amigos.

- Te dejamos disfrutarla Weasley - dijo Oliver saliendo de la habitación

- Luego nos cuentas Georgie - Lee guiñó el ojo a su amigo antes de irse.

- Tranquilos - George les sonrió a sus amigos cuando se fueron, y volvió a poner su vista en la de Tn.

Cuando ella reaccionó, George se acercaba a ella a pasos largos, intentó salir corriendo, pero él la aprisionó contra la pared, cerró la puerta con seguridad, y se acercó al oído de esta.

- No vas a librarte de mí por un largo tiempo princesa - susurró con su voz ronca.

Eso hizo temblar a la chica, no podía hacer mucho. George la giró apoyándola contra la pared. Él puso su mano sobre la mejilla de ella, y Tn cerró los ojos sintiendo el cálido y suave tacto del muchacho.

- Soy George Weasley, creo que necesitas para saber qué decir mientras gimes. - su mano pasó de su mejilla a su pelo, hasta coger un mechón suelto de ella.