Una mañana "normal"

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Tn se levantó algo cansada. La noche había sido algo movidita.

Al bajar abajo, encontró a George preparando el desayuno, sin camisa y con la varita en la boca.

Tn se quedó quieta. Ya lo había visto de mil maneras, pero ahora estaba más encendida que nunca. Ella, que era una chica tímida e inocente antes de conocerlo a él.

George seguía moviéndose energéticamente, giró la cabeza, vio a su novia mirándolo, y siguió con los suyo.

- Buenos días princesa.

- Bu..buen...buenos di.. días - saludó de vuelta nerviosa.

- ¿Qué te pasa cariño? - preguntó preocupado, aunque seguía moviéndose por la cocina.

- Tú - soltó ella sin pensar.

George paró de trabajar, y miró a la chica confuso.

- ¿Yo?

- Es decir, osea - decía moviendo sus manos nerviosa - Agh. Nada, déjalo.

George se quitó la varita de su boca, la puso en el bolsillo de atrás de su pantalón deportivo, y se acercó a ella.

- ¿Qué pasa galletita? - preguntó poniendo sus manos en la cintura de su novia.

- Hazme tuya - contestó ella hipnotizada con ese hombre suyo.

- ¿Y el desayuno? Tenemos que comer. Anoche casi no cenaste si no fue porque me comiste otra cosa - dijo él levantando su ceja divertido.

Ella no replicó, si no que lo cogió de los hombros y lo besó.

- Quiero desayunar de lo mismo - murmuró ella

- Pero hay que comer de verdad - se quejó él cuando rompió el hilo de saliva que los unía después del beso.

- Está bien. Pero ya vendrás, y le pondré pegas. - dijo ella frustrada alejándose de él

- Además, ¿no tienes que trabajar?

- A la mierda el desayuno y el trabajo - dijo subiéndose a él enrollando sus pies en su cintura, y volviéndolo a besar.

Él se apoyó contra la pared mientras agarraba su culo y seguía el beso.

- Después de todo lo que hemos trabajado por tu sueño. Ahora lo quieres mandar a la mierda - se metió él.

- ¿Estás seguro de que quieres seguir jugando? Porque me podrás estar viendo en pijama, pero no llevo nada debajo. - le retó. Mordió su labio inferior provocándolo - Además, tú no tienes que trabajar. Y puedo decirle a los encargados que hoy no me encuentro bien.

- Merlín, lo estás poniendo difícil. Pero tienes que trabajar, y no ayudas a que te regañe.

- Si no voy, puedes castigarme - dijo ella poniendo morritos, haciéndose la inocente.

- Primero vamos a desayunar. Luego lo pienso.

- ¿Vas a dejarme así caliente amor? No deberías, sabiendo que así puedes jugar más conmigo.

- Será un momento de desayuno. Nada más. ¿Vale?

Ella bufó, bajó de él y se quitó la camiseta aposta. George la miró hipnotizado. ¿Podrían saltarse el desayuno y el trabajo por una vez?

Se fue un momento al salón, y le mandó un patronus, diciéndole que fuera a la tienda de Tn, y dijera que estaba mala. Él tenía que cuidarla.

Volvió a la cocina y la vio tocarse el pecho sensual.

Prisoner Of Your Heart (George W.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora