El hechizo.

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Moroha luchaba contra los vasallos del lagarto demonio.
Hisui y Setsuna acompañados por Towa llevaron al monstruo hasta dentro del palacio.
Supuso que nunca se dieron cuenta de los gigantes lagartos llenos de energía vil que aparecieron para atacar a los samuráis restantes y a los exterminadores.
Kirara salió volando a una velocidad nunca antes vista por los exterminadores ni por Moroha.

-¿Que sucedió?- dudó Rokuta con la masa en la mano

-Algo grave, Hisui nunca abandona una batalla- recordó Nanasuke quitándose la mascarilla

-Moroha ¿Tú que sabes?- Kohaku desprendió su gancho del cadáver de un demonio lagartija con los ojos puestos en la chica

-No lo sé- se explayó la pelinegra alzando los hombros -Me quedé aquí para ayudarlos, me perdí de la batalla del palacio. Mi Onda Dragonica no tenía efecto en Koisuru Tokage-

-Tienes un alto sentido del olfato ¿Puedes oler si se trata de una herida?- habló con rapidez el jefe de los exterminadores

-Oye, oye, no soy tu cachorra. Espera- Moroha levantó el dedo índice olfateando el aire, no detectaba ningún rastro de sangre únicamente... -Algo le sucede a Setsuna- la cuarto demonio parecía preocupada al decirlo lo que consternó el doble a Kohaku.

Mientras tanto Towa sostenía a su hermana menor ya que la fiebre la habia hecho sentirse mal al punto de perder el equilibrio, parecía un milagro que aún se aferrara a la cintura de Hisui.
El muchacho sentía el débil aliento de su amiga cerca de su cuello.
¿Débil? Setsuna nunca era débil, por eso la poción parecía ser un veneno latente que la afectaba más de lo que pudo predecir.

-¿Hum?- susurró Towa observando el mechón de su hermana, el antes rojo intenso del mechón ahora se transformaba en un pálido rosa -Hisui, mira- alarmó la chica haciendo que el hijo de Miroku diera una media vuelta, los ojos entreabiertos de la muchacha cambiaron por igual, de un púrpura intenso a rosa pálido como el rosa de los lirios.

-Kirara, falta poco-

La anciana Kaede recolectaba hierbas medicinales a orillas del río, fue cuando pudo oír el gruñido de la gran gata demonio

-¡Kaede! Vaya a la aldea, Setsuna fue hechizada- gritó Towa desde la altura

-¿Hechizada? Vayan a mi casa, llegaré pronto- la anciana levantó la mano mientras los chicos continuaron con el viaje

-¿Qué le hizo ese demonio a Setsuna?- inquirió la gemela mayor

-Mi tío lo dijo antes de marcharnos, secuestra a sus víctimas con una poción de amor, ella es demasiado fuerte por eso no cedió pero los efectos secundarios le afectan-

-¿Qué otro efecto crees que tenga?-

-Espero que ningún otro- suspiró el chico enmarañando sus dedos en la cabellera de Kirara

-Hisui...- exhaló casi inconsciente la exterminadora, el hijo de Sango intentó consolarla al colocar silenciosamente una mano encima de la de ella.

El gesto no duró demasiado ya que Kirara tocó el suelo, justo a tiempo Kaede cruzaba el puente.

-¿Que ha pasado?- murmuró ella al verla reclinada por Towa

-El lagarto del que hablamos antes la quería secuestrar, la hechizó con una pócima- los ojos rojos de la hermana mayor no mentían. La muchacha no tenía muchas fuerzas en el cuerpo, hubiera sido fácil para el demonio llevársela.

-Towa ven conmigo, tú Hisui quedate aquí. Debemos cambiarla, acompañame- con sumo cuidado ambas la condujeron hasta la choza mientras el maestro del Hiraikotsu quedó desalentado fuera de la casa de Kaede.

El hechizo tardío. [Setsui - Hisui x Setsuna] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora