Tocando el alba.

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Kori no Shinzo regresó entre la espesura del bosque donde Koisuru Tokage esperaba con los brazos cruzados.
La demonesa pronto se transformó otra vez en su perversa forma de serpiente demonio dejando en vista su sonrisa escalofriante, sus colmillos sobresalían de aquellos labios azulados que se curvaban en un gesto satisfecho. 

—¿Se puede saber como esa minúscula botella será la causante de nuestro éxito?— dudó el lagarto con una expresión insatisfecha.

—Si no lo entiendes mejor no hables— siseó la demonesa arrastrando su ancha cola por el suelo del bosque para subir a su montaña de nuevo.
Koisuru empezaba a creer que Kori solo estaba actuando en favor a sus intereses. 

Toda la tropa se amontonó en la entrada del pueblo esperando por las antes mencionadas plantas demonios pero la noche seguía clara, las estrellas brillaban y no tenían pista alguna.

—Tengo sueño...— susurró Moroha posando su cabeza por el hombro de Nanasuke a lo que él bostezó sin pena

—Yo también...— habló suavemente el exterminador

Takechiyo dormía sobre una piedra harto de esperar

Rokuta apenas se podía mantener en pie y Towa dormitaba sostenida por el brazo de Riku.

Setsuna quizás era la más precavida en el grupo, Riku mantenía esa sonrisa engreída mientras su mano sostenía a Towa para que no cayera al suelo. Kohaku como líder de los exterminadores manejaba la somnolencia al igual que Hisui.

—Ni siquiera huelo un rastro.— advirtió Setsuna aferrándose a la naginata

—Es de esperarse, las plantas demonios tienen la mala costumbre de arrastrarse por debajo del suelo para saltar a la superficie de manera inesperada. Mantengan los ojos abiertos... Al menos los que sigan despiertos— recordó Kohaku observando a Towa, a Rokuta, a Nanasuke y Moroha.

—Espero que al menos exista una recompensa por estas cosas— chilló la chica de rojo fregando sus ojos

—Si Takechiyo estuviera despierto se lo diría pero al parecer nuestro amigo se durmió al igual que mi querida princesa— habló por lo bajo Riku intentando no despertar a Towa

—No es momento para estarte quejando, Moroha— la reprochó la pelinegra mirando a Hisui por la esquina de sus ojos

—Tío, ¿será que de alguna manera nos percibieron?— preguntó el muchacho, impaciente

—Es una probabilidad aunque no hay nada seguro con estas criaturas— jadeó Kohaku en hastío de la espera

—Tal vez sea mejor que se retiraran los que ya no soporten— aconsejó Hisui a lo que su tío asintió

—Yo me quedaré— ofreció Rokuta

—Pues yo no— dijo sin animos la cuarto demonio marchándose apenas unos pasos

—Ni yo— aclaró Nanasuke sentándose cerca de la roca de Takechiyo

—Tendrás que despertar a Towa— dijo reacia la gemela menor a Riku

—Princesa... Despierte. Vamos, debería ir a descansar al templo mientras nosotros esperamos por la amenaza— habló el pelirrojo a lo que Towa despertó con los ojos entrecerrados

—Sí, está bien— contestó débilmente a lo que el siervo de Zero la ayudó a caminar, pasando cerca del Tanuki también lo cargó para llevarlo al templo

—¿Dónde está el templo?— preguntó Moroha siguiendo al cliente selecto de Jyubei

—No muy lejos—

El hechizo tardío. [Setsui - Hisui x Setsuna] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora