Rastro.

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La tarde se desvanecía lentamente no sin antes llevarse toda la atención de Setsuna hacia el firmamento.
Hisui se había marchado a visitar al monje Miroku desde hacia horas pero no tenía idea de cuanto le llevaría.
Kaede se dedicó a preparar la cena mientras colgaba algunas hierbas medicinales del techo.
Towa era una chica apacible que esperaba lo mejor de los demás, Moroha tarareaba alguna que otra canción dejando la espada a un costado y el manto de piel de rata al otro.
La gemela menor se fijó en la Kanemitsu, pocas veces la soltaba pero ahora descansaba en el umbral de la puerta.

—Setsuna, ¿quieres un poco? Está delicioso.— comentó Towa levantando un tazón en la mano

—Supongo que comer me ayudará a recobrar fuerzas.— desistió ella quitándose las botas

—Anciana Kaede, muchas gracias por la comida.— sonrió la peliblanca haciendo que la sacerdotisa secretamente se sintiera satisfecha

—No se que vayan a hacer ustedes pero yo debo ir a pagarle a Jyubei.— habló Moroha acercándose al fuego

—Creo que me quedaré aquí, ¿tú que harás Setsuna?— dudó la gemela mayor dándole un sorbo a la sopa

—Esperaré a Hisui aquí, de todos modos creo que deberé hacerlo, Kirara se marchó con él y no puedo caminar en la oscuridad hasta la villa.—

—¡Claro que puedes! Eres mitad demonio ¿recuerdas? Tu olfato es agudo, te ayudará a encontrar la villa y si tu nariz no acierta tus sentidos lo harán.— aclaró Moroha acariciando su propia nuca

—No puedo, desde que me hechizaron no logró distinguir otra aroma que la de Hisui.— Setsuna se estremeció de ver la expresión de su prima

—Así que solo hueles el rastro de Hisui ¿eh Setsuna?— río la chica de rojo con los colmillos visibles

—Ya callate.— murmuró la ojipúrpura apretando los puños

—Bueno, hechizada o no debes comer. ¡Gracias por la comida!— voceró la cuarto demonio atacando el tazón que Towa le había pasado

—Cuando el hechizo acabe todo será de nuevo normal, no quiero que hagan comentarios al respecto.— aseguró la pelinegra

—Para cortar el lazo con Hisui debes vencer a Koisuro y encontrar el corazón de Kori no Shinzo.— dijo Kaede sentándose delante del fuego

—¿El corazón? ¿Quiere decir que su corazón no se encuentra en su cuerpo?— indagó Towa

—Hace muchos años Kori no Shinzo era una demonesa benevolente que compartía sus pociones con la gente de distintos pueblos pero luego de un altercado con un joven del pueblo que se halla al pie de la montaña se volvió malvada y altanera recordando así por siempre el engaño amoroso.— relató la sacerdotisa

—¿Engaño amoroso?— recalcó la exterminadora tomando un tazón entre las manos

—Un muchacho la engañó, le hizo creer que la amaba cuando en realidad solo quería el poder de la demonesa, al final ella terminó matándolo. Como promesa para no volver a amar a nadie se arrancó su propio corazón convirtiéndose en el monstruo que es ahora. Un corazón de hielo con un alma furiosa, si quieres acabar con esto debes romper su corazón.— le recomendó la sacerdotisa a la muchacha

—Ash, amor. ¿Que cosa buena sale del amor?— bufó Moroha dejando el tazón en el suelo

—Además es un hechizo muy cruel, hacer creer que alguien te ama cuando no es real es como una tortura para mí.— Towa frunció el ceño preocupada por su hermana

—Si Koisuro me lanzó ese amarre amoroso ¿porqué lo sentí por Hisui y no por él?— preguntó la chica sintiendo como sus manos se entibiaban al contacto con el tazón

El hechizo tardío. [Setsui - Hisui x Setsuna] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora