2. Euan

70 6 7
                                    


Está atardeciendo cuando el tren por fin ha llegado a la estación de Hogsmade, la voz de Pansy Parkinson quejándose todo el rato me crispa los nervios. No puedo creer que esté aquí, por lo menos está Ginny, siempre me ha caído bien esa chica. Pero bueno, la cuestión es que cuando vamos caminando hacia el castillo alguien viene en sentido contrario hacia nosotros, me resulta muy familiar y cuando se acerca más me doy cuenta de que es Oliver Wood, todos nos sorprendemos al verlo.

- ¡Hola, chicos! - saluda casi ahogándose, parece ser que viene corriendo desde el colegio - Lo siento, llego tarde. Caminemos hacia el colegio todos juntos - dice muy animado, nosotros seguimos sorprendidos mirándole.

- ¿Para eso has venido corriendo? - pregunta Malfoy, mientras seguimos andando. Él no responde, solo sonríe. Llegamos al vestíbulo del castillo, una vez allí Wood nos explica:

- Veréis chicos, como sois de casas distintas hemos habilitado una zona en tierra de nadie donde dormiréis todas las chicas juntas y todos los chicos juntos - yo miro a los tíos que me acompañan, "voy listo", pienso.

Llegamos a un pasillo en el quinto piso, hay un cuadro de una sirena bañándose en el mar, Wood dice la contraseña que esa semana es "Ravenclaw". No consigo entender por qué necesitamos contraseña si estamos solos en el castillo. Entramos y la sala común de aquella casa improvisada se parece a la de Gryffindor, la diferencia es que allí hay estandartes y tapices de las cuatro casas de Hogwarts.

- Bueno, podéis acomodaros y cambiaros de ropa si queréis. Cuando acabéis, podéis dirigiros al Gran Comedor donde se servirá la cena - nos dice Wood antes de abandonarnos allí.

Nos miramos unos a otros y subimos en el que suponemos que es el cuarto de los chicos como en toda casa de Hogwarts. Allí encima de las camas están nuestros uniformes, de nuestras casas, pero versión verano: las telas son más ligeras e incluso hay bañadores y pantalones cortos. Sinceramente, creo que para los tres días que hace buen tiempo en el verano inglés no son necesarios, pero bueno. Nos vestimos y bajamos al comedor, las chicas tardan unos minutos más.

El Gran Comedor no está como siempre. Han retirado las cuatro mesas de las distintas casas y en su lugar encontramos una central, más corta de lo habitual. Allí cenamos todos juntos sin hablar demasiado entre nosotros mientras Wood cena solo y muy tristemente en una mesa de profesores demasiado larga para una sola persona.

Una vez hemos terminado de cenar Wood se acerca a nosotros.

- Bueno, ya estamos aquí - dice Wood sonriendo y se queda callado, ese tío parece más estúpido que cuando estudiaba en el colegio - Bien, vamos a empezar con una toma de contacto. Todos estamos aquí por una razón, no hay que avergonzarse de ella, pero quizás necesitemos cambiar esos comportamientos. ¿Y cuál es la mejor forma de seguir adelante? - pregunta esperando una respuesta, nadie dice nada - ¡Exacto! Hablando de ello en un círculo de la amistad como este. Todos los días tendremos charlas sobre nosotros, sobre cómo nos sentimos y qué nos pasa. ¿Quién quiere empezar? - pregunta y el silencio llena otra vez toda la gran estancia.

- ¿Tú no eres Oliver Wood? - pregunta Corner en su tono habitual.

- Sí, así es - responde él sonriente.

- ¿Por qué no empiezas tú por contarnos porqué estás aquí? - vuelve a preguntarle.

- Claro. Pues veréis, resulta que la profesora Hooch se traslada a Estados Unidos. Ha encontrado el amor en la convención internacional de mujeres árbitras de Quidditch. (Quizá no debería contaros esto) - añade quedándose pensativo un momento - La cuestión es que como quiero ser el profesor de vuelo y árbitro de Quidditch, me han pedido que esté aquí todo el verano con vosotros supervisando vuestro aprendizaje. Serán consideradas como unas prácticas para mí - explica Wood.

- O sea, que tú también estás a prueba - comento yo.

- Exactamente - responde él y sigue sonriendo de forma forzada, lo cual empieza a darme un poco de repelús.

- ¿Qué has hecho desde que saliste de Hogwarts? - pregunta Parkinson. Wood no parece muy contento de tener que responder a esa pregunta.

- Pues... fui suplente de los Murciélagos de Ballycastle y he estado dos años en la escuela británica de árbitros de Quidditch, preparándome para volver aquí - responde sonriente.

- O sea, que te comiste una mierda jugando en un equipo irlandés de segunda - espeta de repente Corner, lo que hace que todos le miremos instantáneamente. No me puedo creer que haya dicho eso - Saliste del colegio creyéndote especial y cuando llegaste al mundo real te diste cuenta de que eras uno del montón y ahora vuelves aquí para rememorar tus días de gloria... Es patético - añade y la sonrisa de Wood se esfuma.

La situación se vuelve incómoda en ese momento. Wood parece no saber qué contestar y permanece callado unos segundos que parecen varios minutos. Yo miro a los demás sin saber qué hacer y todos parecen estar igual de incómodos que yo, excepto Corner, que muestra una sonrisa de autosuficiencia que me hace considerar seriamente si ese chico no será un psicópata en potencia.

- Bueno, tengo que irme, chicos. La verdad es que tengo otras cosas que hacer. Os veo mañana, ¿de acuerdo? - dice Wood con una actitud derrotista que me hace sentir la mayor vergüenza ajena combinada con lástima que he sentido en mi vida.

Una vez que Wood ha salido del Gran Comedor con actitud derrotista y mirando al suelo, no puedo evitar romper el silencio que inunda la estancia.

- ¿No crees que te has pasado? - pregunto a Corner directamente.

- ¿Estás hablando conmigo? - pregunta levantándose de donde está sentado, yo también lo hago.

- Eh, chicos, tranquilos - espeta Ginny interponiéndose entre los dos - Euan tiene razón, te has pasado con él, solo intenta ser amable.

- Ese tío es un perdedor y no va a venir a darme lecciones - responde a la pelirroja, el resto sigue sentado en su sitio sin meterse en la conversación.

- Pues de ese perdedor es de quien va a depender que salgas de aquí este verano con todo aprobado - intervengo, Corner parece no tener nada más que decir así que vuelve a sentarse donde estaba.

Pasados unos minutos en los que nadie dice nada Corner es el primero en levantarse y salir del comedor, Malfoy le sigue y Parkinson hace lo mismo unos segundos después. Los demás nos quedamos allí unos minutos más, pero al final también nos vamos y caminamos lentamente por los pasillos.

- Qué buen comienzo... - digo rompiendo un poco el silencio.

- ¿Ese chico es siempre así? - pregunta Olympia tímidamente.

- Es un idiota - le contesta Ginny. Una vez llegamos a la sala común improvisada, Ginny se dirige hacia las habitaciones de las chicas y las demás la siguen.

- Buenas noches - les digo, Ginny me hace un gesto con la mano, Luna me ignora y Olympia se da la vuelta y me sonríe, no la conozco mucho pero puedo ver que es una chica bastante dulce. En esa sala nos hemos quedado Smiths y yo, que nos seguía sin que me hubiera dado cuenta - ¿Subes? - le pregunto pretendiendo ser amable. Él me mira y suelta una carcajada, después de eso no dice ni hace nada más, yo no sé cómo responder a eso, así que simplemente subo las escaleras mientras pienso que ese chico no está bien de la cabeza y dándome cuenta de que este va a ser un verano muy largo. 

Entre corazones rotos y exámenes suspensosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora