18. Michael

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El lunes de la última semana de Julio empieza y me doy cuenta de que prácticamente ha pasado la mitad del verano y siento que no he aprendido absolutamente nada. Bueno, nada con respecto al colegio, en referencia a mi mismo todo ha cambiado. No entiendo cómo todo empezó con la insinuación de Smith de que yo era gay. Pero por mucho que le siga dando vueltas en mi cabeza, he decidido aceptarlo y no intentar luchar contra ello.

Estoy en clase de transformaciones perdido en esos pensamientos. Pansy está a mi lado, no ha cambiado nada desde el fin de semana entre ella y Olympia. De hecho las cosas se han vuelto más tensas desde que a cierta parte del grupo nos resultó graciosa la tontería que hizo Pansy. Yo sigo igual que siempre con ella, pero esta mañana está especialmente pensativa.

- ¿Estás bien? - le pregunto, debo reconocer que estoy un poco preocupado.

- Claro, ¿por qué no iba a estar bien? - me contesta ella con su habitual tono orgulloso.

- ¿Por qué la mitad de la gente con la que convives piensa que estás loca? - pregunto sarcásticamente.

- Si a ti no te importa que piensen que eres un cabrón, ¿por qué iba a importarme a mi? - pregunta ella en el mismo tono y yo me río.

- De acuerdo, solo quería saber si estabas bien - respondo con sinceridad y eso le sorprende.

- ¿Por qué te interesa? - pregunta ella extrañada.

- Digamos que me siento identificado contigo - contesto sonriendo, pero ella sigue sin entender nada.

Desde la distancia miro a Malfoy sentado junto a Smith y decido que no quiero seguir como estoy, asustado y esperando su reacción. Lo mejor es enfrentarse a ello y es lo que hago. Cuando termina la clase lo alcanzo por el pasillo.

- Draco, ¿podemos hablar? - le pregunto y espero que se enfade y me diga que no o algo así.

- Claro - dice y eso me sorprende y hace que todo el valor que he acumulado se esfume rápidamente. Nos paramos en medio del pasillo y la gente nos adelanta mientras nos miran con curiosidad.

- Verás... Yo... Quería disculparme por aquello que pasó. La verdad es que no sé en qué estaba pensando y... - intento decir con muchísima dificultad.

- Michael, no te preocupes por eso, está olvidado - contesta él sonriendo con tranquilidad.

- ¿Olvidado? - pregunto confundido.

- Sí, en serio, reaccioné de forma equivocada. Fue la sorpresa - responde riendo y a mi eso me deja todavía más extrañado.

- ¿Forma equivocada? - pregunto sin reaccionar.

- Sí, no le des más importancia. Vamos a clase - dice y me pasa la mano por la espalda, invitándome a caminar junto a él.

Estoy tan sorprendido que llego a clase Pociones y ni siquiera sé cómo. Intento concentrarme en las lecciones de Wood, pero es imposible. Pansy se rinde conmigo y termina haciendo la poción ella sola, lo que trae como consecuencia un desastre porque a Pansy no se le da nada bien esta asignatura.

Por fin las clases de ese día terminan y en el comedor Draco se sienta junto a mi. Habla conmigo como si nada hubiera pasado, me sonríe e incluso a veces me toca. Me roza la mano, me da palmadas en el hombro. No sé si se da cuenta de que prácticamente está hablando él solo porque yo no puedo concentrarme en nada si me está tocando.

- Bueno, tengo que irme, luego nos vemos - me dice, se levanta de mi lado y se despide despeinándome un poco.

Tengo la sensación de que me va a explotar la cabeza y tengo claro que lo único que puede ayudarme es contarle esto a alguien. Y solo hay alguien a quien pueda contárselo. Por un momento echo de menos el castigo, porque ahora no tendría que buscar a Smith por todo el castillo. Al final lo encuentro junto al lago negro, dibujando tranquilamente en su cuaderno de dibujo.

- ¿Qué pasa, Corner? - me pregunta en cuánto me siento a su lado.

- ¿Es que tiene que pasarme algo? - le pregunto irritado. El misticismo con el que habla me pone de los nervios.

- Si no fuera así, no vendrías a hablar conmigo - contesta sonriendo. Cierra el cuaderno, lo deja a un lado y me mira fijamente.

- He hablado con Malfoy... - comienzo a contarle.

- Os he visto juntos - responde él.

- Sí. Pues me he disculpado...

- Me lo imaginaba - vuelve a interrumpirme.

- ¿Puedes dejarme hablar? - le pregunto enfadado.

- Ups, perdona - dice él sonriendo de forma estúpida y eso me cabrea bastante, pero me controlo.

- Pues eso, me he disculpado, pero él estaba extrañamente contento y me ha dicho que no importaba y que cuando pasó reaccionó de forma equivocada. ¿Qué quiere decir eso? - le pregunto desesperado. Él se queda unos segundos en silencio, pensativo.

- Vaya... sí que es extraño - responde por fin.

- Sí, y mientras hablamos, está sonriente todo el tiempo. No para de tocarme y yo no escucho nada de lo que me dice porque, en serio, ¡no para de tocarme! - le explico.

- Es interesante - dice él de nuevo pensativo - Dices que no está enfadado porque le besaras, ¿no?

- Parece que está encantado - contesto yo.

- Quizás Malfoy también sea gay... - murmura.

- ¿Cómo va a ser Malfoy gay? - le pregunto histérico levantándome del suelo.

- Piénsalo un momento, siempre ha estado con Pansy, nunca con ninguna chica más. Este año cambió radicalmente y la dejó, de hecho cambió toda su vida. Quizás sea eso y ahora que tú lo has besado lo tiene todo claro. A lo mejor le gustas - explica él poniéndose de pie también frente a mi.

- Eso es imposible - digo yo confundido.

- ¿Por qué es imposible? Ya lo has dicho, no para de tocarte y no está enfadado por lo que pasó. ¿Qué otra cosa podría ser? - pregunta.

- No lo sé. Si lo supiera, no estaría aquí hablando contigo - respondo con desdén.

- De acuerdo, creo que lo mejor es que yo desde fuera os observe cuando estéis juntos. Tengo más experiencia que tú, así que seguramente podré interpretar las señales - dice él pensativo con una mano sujetando su mentón.

- ¿Cómo vas a "interpretar las señales"? - pregunto imitándolo.

- Tampoco es tan difícil, es cuestión de observación. Además soy tu única opción y tú eres un desastre con estas cosas. Ni siquiera te habías dado cuenta de que tú eras gay - contesta encogiéndose de hombros y soltando una risita estúpida que me pone de los nervios.

- No sé por qué me molesto en hablar contigo - digo suspirando - Pero, está bien, estoy de acuerdo en que eres la única opción que tengo.

- No te preocupes, puedes contar conmigo para esto. Descubriremos la verdad - dijo él bastante decidido. 

Sabía que era una mala idea, pero realmente pensaba que no tenía ninguna otra forma de averiguar la verdad. 

Entre corazones rotos y exámenes suspensosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora