10. Ginny

41 5 5
                                    

Mi primer pensamiento al empezar aquella segunda semana del verano fue que ya solo quedaban cuarenta y nueve días para que el curso diera comienzo y todo el mundo volviera al colegio. Sin embargo, días después me di cuenta de que eso no era algo positivo en realidad porque Harry y Hermione también entraban en ese "todo el mundo" que iba a volver. Ese pensamiento me atormenta y no me deja dormir, no paro de dar vueltas en la cama. Después de lo que me han parecido cinco horas así, me levanto de la cama y decido bajar a la sala común.

Paso antes por la habitación que Oliver tuvo que crearle a Pansy. Pienso en ella mientras bajo distraídamente las escaleras.

- Hola - escucho una voz, me asusta tanto que casi no puedo contener un grito. Veo que es Malfoy sentado en uno de los sillones junto a la chimenea.

- Creo que acaba de darme un infarto - digo mientras me sujeto el pecho con la mano.

- Siento haberte asustado - contesta él sonriendo tímidamente.

- No te preocupes, iba demasiado distraída - respondo yo también sonriendo - ¿Qué haces aquí a estas horas?

- Supongo que lo mismo que tú, no podía dormir - me dice y mirándome fijamente me hace un gesto para que me siente frente a él. Yo me acerco y lo hago.

- ¿Qué es lo que no te deja dormir? - le pregunto.

- Nada en particular, en realidad. A diferencia de ti, ¿verdad? - yo asiento, él no ha dejado de mirarme en ningún momento. Esos ojos grises parecen tener la capacidad de atravesarte, tengo la sensación de que sabe exactamente lo que estoy pensando.

- Estaba pensando en cómo voy a enfrentarme a todo el mundo cuando empiece el curso - contesto y suspiro profundamente.

- ¿Qué pasó exactamente con Potter? Pareces una chica lista, no tienes pinta de ser de esas que lo dejan todo por un tío - me pregunta.

- ¿Te parece una tontería deprimirse por amor? - le pregunto yo a él.

- No, me parece una tontería renunciar a todo por una persona. Pero, cuéntame qué pasó...

- Bueno, estábamos juntos y un día me dijo que necesitaba espacio y...

- No, eso ya lo sé, lo sabe todo el mundo - me interrumpe - Me refiero a que pasó contigo para que lo dejaras todo.

- La verdad es que no lo sé - de repente me doy cuenta de la situación en la que estoy. Hablando con una de las personas que siempre he considerado "enemigo" y que está extrañamente interesado en mis sentimientos. Antes habría dejado de hablar y me habría vuelto a la cama, pero ahora supongo que todo me da más igual y decido seguir hablando - Yo... Simplemente no me lo esperaba. No tenía ninguna prueba que me hiciera sospechar de que iba a pasar algo así. Así que cuando pasó, no supe reaccionar.

- Entiendo - contesta él después de unos segundos en silencio.

- Me sentí como una estúpida, porque estuvo jugando a dos bandas, estaba con ella a la vez que conmigo - continuo.

- Estabas más enfadada contigo misma que con él - dice y yo asiento.

- Sí, exactamente eso - respondo - Solo podía pensar en lo tonta que había sido por haber imaginado que los "te quiero" y las palabras bonitas habían significado algo - él se queda en silencio un instante, parece que mis últimas palabras le han hecho pensar.

- No creo que sea así. No has sido una tonta, no te has imaginado que todo eso significaba algo, él te engañó diciéndolas. Te hizo creer algo que no era verdad.

No digo nada, no sé qué decir. Solo me quedo mirándole, le observo, como si nunca antes le hubiera visto. Y en parte es verdad, nunca he estado tan cerca de él, nunca le he mirado así. Le recuerdo años atrás, insultándome en Flourish and blotts y no puedo evitar sonreír.

- ¿De qué te ríes? - pregunta extrañado.

- Nada. Cuando bajaba las escaleras pensaba en Pansy. ¿Por qué se comporta así? - pregunto cambiando de tema, él me sigue mirando igual pero parece darse cuenta de que no voy a contestar a su pregunta.

- Es su forma de protegerse, no está acostumbrada a necesitar a nadie, es independiente - responde y mientras lo hace, puedo notar en su tono cierto cariño.

- Creía que ya no te gustaba... - digo y parece que no le sorprende.

- Ella me gusta, lo que odio es a mi mismo cuando estoy con ella - se queda mirando a algún punto de la pared que tiene delante y no sé exactamente si decir algo más, pero la curiosidad me mata.

- ¿Por qué? - pregunto.

- Eso lo reservo para alguna de nuestras sesiones con Wood - contesta sonriendo y volviendo la mirada a mi. Yo también sonrío.

- Bueno, creo que deberíamos intentar dormir de nuevo - dice y se levanta de donde está sentado, yo hago lo mismo y asiento. Cada uno nos dirigimos hacia las escaleras que llevan a nuestras respectivas habitaciones, le miro antes de subir - Me ha gustado hablar contigo, Weasley. Me ha sorprendido comprobar que no eras como yo creía.

- Lo mismo digo - respondo y comienzo a subir las escaleras, oigo que él hace lo mismo.

Vuelvo a entrar en la habitación, me tiendo en mi cama y pienso en lo que Malfoy ha dicho. Es verdad que todo este tiempo he estado más preocupada por recordarme cuánto me había equivocado y en estar enfadada, enfadada no, decepcionada conmigo misma, en lugar de seguir adelante y no pensar más en el pasado. Con este pensamiento me quedo dormida en algún punto de la noche.

A la mañana siguiente despierto con la sensación de que se me hace tarde y al mirar el reloj que tengo en la mesita de noche me doy cuenta de que estoy en lo cierto. Me visto rápidamente y sé que no voy a tener tiempo para desayunar. Bajo las escaleras dándome prisa y, al mismo tiempo, desde la habitación de los chicos baja lentamente Euan.

- ¿Has visto la hora que es? - le pregunto viendo su poca vitalidad.

- Sí - contesta simplemente.

Cuando salimos de la sala común lo adelanto rápidamente porque él parece que no tiene prisa esa mañana. Me doy cuenta que algo no va bien, así que sacrifico mi puntualidad y espero a que me alcance.

- ¿Qué te pasa ahora, Euan? - le pregunto interrogándolo con la mirada.

- No dejo de pensar en lo mal que hablé a Olympia y en como he sido tan estúpido - dice él sin demasiados ánimos.

- Euan - digo y me paro en seco, él también lo hace. Le sonrió y él me mira extrañado - Deja de culparte y pide disculpas.

- ¿A qué viene tanto optimismo hoy? - pregunta sorprendido - Normalmente eres un fantasma. ¿Qué ha cambiado?

- Se supone que el tiempo lo cura todo - contesto todavía sonriendo y él se extraña aún más - Vamos, llegamos tarde.

Dicho esto le cojo de la mano y lo arrastro para que siga andando. Llegamos al aula de Historia, Oliver nos regaña por llegar tarde. Nos sentamos detrás de los demás. Y aunque en ese momento lo único que puedo oír del profesor es por enésima vez en mi vida la historia de los fundadores de Hogwarts me encuentro bien. Miro a los demás, tan lúgubres como siempre. Me paro a observar a Malfoy y recuerdo que es el único de nosotros que siempre parece estar bien, animado y me pregunto por qué. Como si sintiera mi mirada, el Slytherin vuelve la cabeza hacia mí y me saluda con la mirada, yo hago lo mismo. Sin poder evitar sonrojarme un poco. 

Entre corazones rotos y exámenes suspensosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora