5. Michael

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- Se está haciendo tarde, Oliver dijo que estuviéramos allí antes de la cena - dice Malfoy en voz alta minutos después de que Abercrombie y Stewart salgan de Las tres escobas.

- Tienes razón - contesta Weasley y tanto ella como Lovegood, Malfoy y Parkinson se levantan de sus sitios - ¿Venís? - nos pregunta la pelirroja a Smith y a mí.

- Yo voy a tomarme otra - contesto, Smith levanta su jarra en señal de que él va a hacer lo mismo.

- De acuerdo, nos vemos luego - se despide y los cuatro se marchan del lugar.

Malfoy es el último, me fijo en él especialmente.

- Dos cervezas más, Madam Rosmerta, por favor - oigo una voz desconocida a mi derecha, me doy cuenta que es Smith. Estoy completamente sorprendido, nunca le había visto hablar antes. Él se da cuenta de esto, se levanta de donde está y se vuelve a sentar a mi lado - Vaya mirada, ¿no?

- ¿Disculpa? ¿Estás hablando conmigo? - pregunto aún sorprendido, pero volviendo a mi tono habitual.

- Por supuesto - contesta con toda naturalidad. Lo miro extrañado, pero supongo que ese es su juego, hacerme sentir incómodo, así que no le seguiré. Permanezco en silencio ignorándolo unos segundos. Pero la curiosidad empieza a ser difícil de manejar.

- ¿Qué has dicho de una mirada? - pregunto de nuevo. Él sonríe y se acerca a mí lentamente.

- La que le has echado al culo de Malfoy - responde susurrando.

- ¡¿QUÉ?! - grito y mi voz suena muy aguda, he vuelto a perder la compostura. Él se ríe sin más mientras yo me sonrojo al ver que las pocas personas que hay allí me están mirando - ¿De dónde coño te sacas eso?

- Vamos, Corner, reconócelo. Le has mirado el culo cuando salía, no intentes engañarme, no puedes - sonríe sin parar con superioridad, como lo haría yo, si estuviera humillando a alguien.

- No me jodas, Smith - empiezo a enfadarme de verdad.

- Ni que fuera la primera vez, hombre... - dice y seguidamente da un gran trago a su cerveza de mantequilla.

- ¿Qué quieres decir? - sé que juega conmigo, pero no puedo evitar preguntar.

- Que no es la primera vez que lo miras así, prácticamente te lo comes con los ojos todos los días. Puedes confiar en mí, no voy a decírselo a nadie, ya ves que no me gusta mucho hablar - explica.

- Es que de verdad que no sé de qué me estás hablando - le digo de nuevo con desesperación.

Hasta ahora ha estado sonriendo con superioridad, pero ahora me mira fijamente a los ojos y se pone serio. Se queda así, unos segundos en silencio, analizándome. De repente abre mucho los ojos, se tapa la boca con una de sus manos y suelta una carcajada.

- No lo sabes - dice sorprendido.

- ¿De qué estás hablando? ¿Qué no sé?

- Pues... que te gustan los tíos - susurra, yo me quedo un momento en silencio. Me tranquilizo y una pequeña carcajada sale de mí.

- Por un momento he pensado que estabas hablando en serio, muy gracioso - digo mientras le doy unas palmadas en el hombro - Será mejor que nos vayamos ya - me levanto y dejo encima de la mesa algunas monedas para pagar lo que todavía debemos.

Smith me sigue y salimos de Las tres escobas. Comenzamos a andar en dirección al castillo en silencio. Mientras, pienso en todo lo que me ha estado diciendo mi acompañante, le miro de reojo y camina todavía con una sonrisa burlona en el rostro. Eso, sin saber porque me hace enfadar y no me puedo controlar. Me paro en seco y él también lo hace, me mira. Instintivamente, le agarro fuertemente por el cuello de la camisa y con los nudillos aprieto su garganta.

- ¿Te estás riendo de mí? No has dicho ni una palabra en los últimos días y, ¿ahora abres la boca para soltarme un montón de mierda encima? - pregunto enfadado, él no está asustado, ha dejado de sonreír pero me mira seriamente.

Le suelto y le empujo, cae al suelo. Le doy la espalda y sigo andando sin mirar hacia atrás, unos segundos después escucho sus pasos que me alcanzan, yo me paro para enfrentarme de nuevo a él.

- Muy bonito eso de resolver las cosas con violencia - me dice siguiendo de largo, yo le sigo.

- Te he dicho, Smith, que no me jodas. Yo no soy gay - le grito y él esta vez se para y se da la vuelta para mirarme.

- ¿Por qué te pones tan nervioso? Si no eres gay vale, puede que me haya equivocado, pero tú estás exagerando - me dice tranquilamente. Me siento bastante idiota por enfadarme y gritar tanto, mientras a él nada parece sorprenderle ni afectarle. Supongo que eso es lo que quiere y lo consigue - ¿Por eso te has peleado con tanta gente? ¿Por qué han descubierto tu secreto? - pregunta de forma burlona. Todo el enfado que siento, se transforma de repente en sorpresa y no puedo evitar estar en shock durante unos segundos.

- ¿Qué sabes tú de eso? - pregunto aún sorprendido.

- No mucho, la verdad - contesta él tranquilo sin dejar de mirarme a los ojos.

- Solo te voy a decir una cosa, chaval - le digo cuando vuelvo en mi, fijando mi vista en sus ojos también - Como vuelvas a soltarme otra vez algo que tenga que ver con este rollo, te juro que te mato - amenazo.

- No te preocupes - responde él sonriendo de nuevo.

Reanuda su camino hacia el castillo y yo me quedo parado donde estoy un instante, viendo cómo se aleja. Tengo la sensación en ese momento de que este tema no terminará aquí. Aún así le sigo y camino hacia el colegio. 

Entre corazones rotos y exámenes suspensosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora