279 48 20
                                    

El viento comenzó a soplar de manera suave pero repentina, movía suavemente las hojas de los árboles de cerezo que se encontraban en el lugar, así como también mesía las lánguidas y caídas ramas de los sauces del rededor, el aroma del té caliente se dispersaba por aquella habitación perfectamente ventilada, y las cortinas de seda eran balanceadas por las corrientes de aire que ingresaban traviesas por la ventana.

Wei Rong Feng se encontraba sorprendido por las palabras del menor, pero también era algo razonable que sintiera aquel lazo, después de todo los Lan tenían la sangre mas pura de las cinco sectas.

-Maestro Wei...- lo llamó WangJi sacándolo de aquellos pensamientos.

Rong Feng pensaba en que responder, pero fue interrumpido.

-Lamento interrumpir- habló un joven postrado en la puerta

-que sucede? - hablo Rong Feng secamente, odiaba ser interrumpido, y sus súbditos lo sabían por lo que si esto sucedía tenía que ser por algo importante.

-el joven maestro Wei... el maestro Wei Wuxian – y ambos alfa se pusieron de pie, mientras que Rong Feng esperó lo que él joven tenía que decir, WangJi salió de aquella habitación rumbo a la de Wei Ying - él ha despertado- concluyó el joven.

Rong Feng suspiró aliviado, que su pequeño loto estuviera despierto le hacía inmensamente feliz.

-Gracias por decírmelo, puede retirarte- despidió al joven y continuó bebiendo el té, sabía que no habría forma de acercarse al pequeño en estos momentos, WangJi estaría ahí custodiándole, y su hijo estaría quejándose del por que el joven Lan estaba ahí sin moverse, ese debía ser un momento familiar, el era su abuelo si, pero no se comparaba con la presencia de su padre su madre y su alfa, además de que ya habría tiempo para verlo de manera tranquila y sin sobre saturarlo apenas despertar.

.

.

.

WangJi fue lo más rápido que pudo, y sus ojos se iluminaron cuando llegó a la habitación, aquel aroma a lotos ya no estaba suprimido, danzaba libre por todos los rincones de la habitación, aquel aroma era exquisito y por que su alfa se lo dijera sino porque realmente lo era, eran exquisitos los lotos abiertos en primavera humedecidos por las delicada y suaves corrientes del rio, era simplemente maravilloso.

-Wei Ying- fue lo único que pudo articular. Fue una frase corta y casi inaudible, pero Feng Mian pudo escucharlo.

-Lan WangJi – saludo Feng Mian – vamos, salgamos por un momento – hablo a sus respectivos alfas.

-Pero papá...

-anda, ya veras a tu didi luego, no vez que el joven Lan muere por entrar – dijo Chang Ze provocando el sonrojo en los lóbulos de WangJi

-Basta- dijo Wei Ying en tono cansado. Luego de esto los tres salieron de la habitación dejando les solos a ambos.

-Confío e usted maestro Lan- Dijo Feng Mian antes de salir y cerrar le puerta tras de sí.

WangJi le miro mientras salía, y cuando la puerta estuvo completamente cerrada se giro para ver de nuevo al omega que un se encontraba en cama, que aunque estuviese despierto aun estaba algo adormilado por los medicamentos suministrados.

-Lan er'gege- pronunció el menor y el corazón de WangJi se estremeció, había deseado tanto ser llamado por el omega de aquella forma, esa forma en la que poco le importaban las cortesías, esa forma en la que le expresaba que lo consideraba ya alguien cercano, que no se negaba a aquel lazo que ambos habían sentido aquella noche de las linternas, adoraba ser llamado de aquella forma por que le expresaba que lo consideraba su familia.

El Delta y la promesa de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora