十一

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QiShan era ya cubierto por las tinieblas de la noche y así mismo en la bóveda celeste se podían admirar un sinfín de estrellas que escoltaban orgullosas a la luna, la cual era la única que ofrecía su luz, y era bajo aquella tenue luz la que iluminaba el camino de cierto joven omega.

Aquella noche había algo, que, sumado a la costumbre por desvelarse, no le permitía dormir. QiShan era una ciudad muy segura, y aún más palacio rojo, el cual había incrementado su seguridad desde el incidente con Wei Ying, por lo que no había de que preocuparse, pero... paseando por los alrededores del palacio, hubo un aroma que llamo su atención, un aroma que le parecía conocer de algún lado, le era tan familiar, pero a la vez le causaba cierto temor.

-No creo que sea bueno que te acerques ahí- una voz le desconcertó y le hizo detenerse para mirar a quien le había llamado

Wei Ying: P-princesa, ¿Qué hace aquí? –

Zhenzhu: Eso es lo que yo te pregunto ¿Por qué vas ahí? –

Wei Ying: Yo...

Zhenzhu: Ese es un lugar peligroso – dijo en advertencia

Wei Ying: ¿Cómo lo sabe? - se acercó a ella para escucharle mejor

Zhenzhu: el que haya estado enclaustrada en el palacio de jade no significa que no sepa nada de las demás sectas- Wei Ying la miró extrañado y ella siguió explicando – la secta Lan y Wen son sectas hermanas, y por mucho tiempo fueron muy unidas, tanto que en nuestra biblioteca hay un sinfín de libros en donde se brinda todo tipo de información, así como nosotros tenemos esa información, el palacio rojo también tiene información sobre nosotros. Por mi parte, tengo mucho tiempo libre y me he leído casi toda la biblioteca, por lo que sé que en esa dirección están los calabozos del palacio, y es un lugar muy peligroso, en especial para un omega-

Wei Ying no objetó ante aquellas palabras, y después de aquello comenzaron a pasear juntos bajo la luz de la luna, ambos platicaron y rieron un poco, para Zhenzhu era muy lindo compartir tiempo con Wei Ying, comenzó a verlo como un hermano menor, y después de mucho, mucho tiempo volvió a reí como lo hacía de niña, pues Xichen desde que había ascendido a líder le dedicaba menos tiempo, aunque siempre estaba al pendiente de ella, no era lo mismo, y WangJi, bueno él era tan serio como su tío, pero ver que Wei Ying era tan alegre, era como un aliento de vida para ella.

Todo iba de maravilla hasta que cierto alfa malhumorado los encontró.

Jiang Cheng: ¡Wei Wuxian! ¿se puede saber qué haces fuera de tu habitación a tan altas horas de la noche? –

Wei Ying: Yo... no podía dormir – dijo cabizbajo ante la reprimenda del alfa – además aquí nadie me hará daño –

Jiang Cheng: ¿sabes lo preocupado que esta papá por ti? Y yo...

Wei Ying: Jiang Cheng... tu... ¿estabas preocupado por mí? – cuestionó sonriendo con burla – ¿estabas preocupado por tu didi? –

Jiang Cheng: No – mintió – ¿Sabes lo que haría Lan Wang Ji si algo te pasa?

Wei Ying: *Excusas* - Pensó para sí

- ¿Lan WangJi? ¿Qué tiene que ver mi hermano en esto? –

Jiang Cheng: Señorita Lan – dijo en total sonrojo – Yo...

ZhenZhu: y... ¿me va a responder? –

Wei Ying: él es mi alfa – dijo con orgullo

Zhenzhu: ahh era es... espera, dijiste tu alfa-

Jiang Cheng: A tu habitación –

Wei Ying: Pero... - no recibió respuesta, solo un brazo extendido hacia el palacio por parte de su hermano – bien – berrincheo un poco y se fue.

El Delta y la promesa de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora