Primera parte

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El calor era un tanto sofocante a esa hora del día en el patio de entrenamiento, pero ninguno de los discípulos flaqueaba a la hora de realizar las secuencias de ejercicios ante la atenta mirada de su líder, un hombre de gran belleza, de piel ligeramente tostada que poseía un porte arrogante, con cejas delgadas, sus ojos parecían un par de hermosas almendras de un color púrpura oscuro, reflejando una mirada intensa y amenazante, de mentón ligeramente angulado, vistiendo una túnica violeta, incluso los hijos de este no estaban exentos, los ojos purpurinos registraban y analizaban cada movimiento con cautela, preparado para intervenir en caso de cometerse errores.

En días como este, el líder Jiang pensaba que la vida era bella y tenía cierta paz consigo mismo, porque en el fondo estaba feliz, viendo como sus dos hijos de 20 y 16 años habían crecido espléndidamente, siendo jóvenes apuestos y de buen corazón, agradeciendo un poco a la vida por su condición de doncel, pero aunque no todo fue bueno, no se arrepentía de la vida que había llevado hasta ahora, incluso si sus padres y esposo no lo amaron, él los amaba, agradeciendo sus lecciones, ya que sin ellos su familia no estaría a su lado.

En días como este, el líder Jiang pensaba que la vida era bella y tenía cierta paz consigo mismo, porque en el fondo estaba feliz, viendo como sus dos hijos de 20 y 16 años habían crecido espléndidamente, siendo jóvenes apuestos y de buen corazón,...

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Desde el día que nació, su madre sintió un desapego enorme hacía a él e incluso por un momento lo repudió, ya que lo consideró una abominación cuando el médico le informo que el varón que había traído al mundo era un doncel. Después del parto, el único tiempo que compartían era cuando debía alimentarle, ya que al finalizar dicha tarea lo entregaba a alguna de sus sirvientas personales (Jinzhu o Yinzhu), a su marido jamás le permitió estar cerca del pequeño, por lo que tampoco pudo tener una relación afectiva con el otro adulto.

Conforme fue creciendo su carácter se tornaba distante y un tanto huraño hacía sus progenitores, incluso después de que su padre en un cumpleaños le regalará a tres hermosos perritos, que le hacían compañía durante los duros entrenamientos de su madre o las tardes de estudio a cargo de su padre; la única persona por la cual él podía sentir un amor puro y con quien podía mostrarse como era, fue su hermana mayor Jiang Yanli, la cual lo cuidaba incluso como si fuera su propio hijo, aun cuando apenas se llevaban escasos 3 años de diferencia.

Los días transcurrían de manera monótona, él se había acostumbrado al desprecio de sus padres, incluso se esforzaba el doble o triple que los demás estudiantes, para intentar que al menos en ese sentido sus padres se sintieran orgullosos, pero todo cambió cuando el pequeño Wei Ying llegó a Lotus Pier en los brazos de su padre, cosa que él nunca había tenido la dicha de experimentar, haciéndolo sentir un poco de celoso, aunque, al final terminó por desechar la idea al pensar que el joven sería un futuro compañero de juegos; sin embargo, sus perros fueron enviados lejos en el mismo instante, él ni siquiera pudo despedirse de ellos y su padre reordeno su habitación para que el otro joven estuviera cómodo, sin mediar palabra con él en ningún momento, ¿todo ese barullo era necesario para un nuevo discípulo? No sabía que alguien de la calle podría recibir ese trato, se quedó callado, aun si se quejará, su madre simplemente le ignoraría al igual que su padre.

Mi querido Loto (ZhanCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora