Novena parte

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Cuando Jing Cheng tenía aproximadamente 7 meses de embarazo, recibió una carta de Gusu, donde se le informaba que el segundo Jade estaba en estado crítico de salud y recluido en el Jingshi.

Sin pensar mucho la situación el líder dejó algunas indicaciones a su discípulo de confianza y se encaminó a Gusu montado en Sandu, sin importarle nada más, estaba muy preocupado por su esposo.

En su condición el vuelo en espada lo debilitaba demasiado, esto debido a que gran parte de la energía espiritual que poseía era consumida por su bebé y al haber estado separado de su esposo (y por consiguiente de su flujo de energía espiritual) por un tiempo prolongado era peligroso que saliera así; pero de alguna manera sorprendente las deidades lo ayudaron, llegando a su destino apenas unos minutos antes del toque de queda y casi en el límite de su poder.

A pesar de saber que se encontraba desaliñado, con las túnicas algo torcidas, el cabello ligeramente desordenado y un semblante extremadamente cansado, se dirigió hasta la habitación de los líderes de la secta.

Nie Huaisang y Lan Xichen estaban preocupados por la situación del menor de los jades y porque justo ese día también se habían enterado que Huaisang estaba embarazado pero que conllevaba un alto riesgo, debido a que su núcleo se había formado a una edad tardía en comparación con el promedio ponía en riesgo tanto su salud como la del producto, pero en cuanto vieron a Sandu Shengshou parado justo a su puerta, sus caras palidecieron, olvidando todo lo que había pasado por un momento y rápidamente se movilizaron para hacer que el joven se sentara, pero recibieron una reprimenda en su lugar:

— ¿Qué demonios pasó Lan Xichen? Dijiste que la cacería nocturna a la que asistirían no era nada de que temer, pero termino recibiendo una estúpida carta donde se me notifica que mi esposo podría morir por las heridas recibidas. — Terminó por gritarles furioso mientras Zidian chispeaba levemente, su energía estaba comenzando a menguar y sentía que podría desmayarse en cualquier momento, pero quería respuestas.

Ante tal gritó, ambos hombres se asustaron, embarazado o no, Jiang Cheng era una amenaza, por lo que el pequeño Nie fue el que se decidió a explicar la situación:

— A-Cheng, mi cuñado no fue herido durante la cacería, es... es algo más complicado que eso, por favor, toma asiento, prometo que después de explicarte las cosas te llevaremos con él. — Habló en un tono conciliador el joven, mientras observaba como el semblante de su amigo se volvía más frío y con su ceño profundamente marcado, pero haciendo caso de lo que se le pidió.

— La cacería nocturna no presentó ningún problema en realidad, cuando mi cuñado volvía a tu secta algo paso, no sabemos que fue, pero hizo que Wangji se descontrolara y desapareciera entre la multitud que había en la ciudad en ese momento. — Explicaba pacientemente el joven, ninguno notó nada extraño cuando habían llegado al pueblo de Caiyi.

— Más tarde lo encontramos borracho en la sala de castigo con numerosas heridas hechas con el látigo de la disciplina del clan Lan, creadas por el mismo, mientras decía que no era digno de confianza y que no había podido proteger a los que amaba. Las laceraciones producidas eran demasiado profundas, no se podrá mover en meses y las cicatrices no desaparecerán, no sabemos el motivo, te juro que intentamos razonar con él después de aquello, pero solo se encerró en su habitación, nadie más lo ha visto ni ha permitido que un sanador lo revise. — Concluyó su amigo.

La cara del joven frente a él lucía muy pálida y, a pesar del enojo que siempre portaba como una máscara, sus ojos estaban llorosos, quedamente se puso de pie junto con Lan Xichen y se dirigieron al Jingshi.

El primer Jade se mantuvo callado durante el trayecto, temiendo ser azotado por el más joven en cualquier momento si decidía decir algo más; él le había prometido que cuidaría de su hermano menor, que lo regresaría con bien a Yunmeng, pero había fallado junto con su tío, que se encontraba meditando para calmar sus nervios, la culpa también le carcomía el corazón, ya que tanto Wangji como Jiang Cheng eran personas amadas por él. La conducta del Lan menor fue completamente anormal, solo esperaban que la presencia del Jiang calmará las cosas.

Mi querido Loto (ZhanCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora